SANTIAGO.- "La noción de desarrollo que predominaba hasta ahora ha sido remecida por la implacable realidad del cambio climático. Podemos cerrar los ojos y negar una realidad cuyos efectos devastadores serán cada vez más frecuentes e intensos, o asumir nuestra responsabilidad". Esta fue una de las principales frases que dijo ayer la Presidenta Michelle Bachelet en su último discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La alocución era parte de un mensaje global que la Mandataria ha destacado en su periplo por Estados Unidos centrado en destacar el legado medioambiental de su Administración. Como parte de esa idea, aterrizó en Nueva York acompañada de Marcelo Mena, el ministro de Medio Ambiente.
Juntos tienen una iniciativa que presumir: para 2018, un 46% de la zona económica exclusiva del mar se convertirá en área marina protegida. El proyecto suma un millón 329 kilómetros cuadrados y detrás de la iniciativa, incluso antes se asumir la cartera, ha estado siempre Mena.
En medio de esto, el portal de noticia Huffington Post publicó ayer una columna firmada por él, llamada "Crecimiento verde en la Economía Climática: El caso de Chile".
Luego de asumir el cargo el 20 de marzo tras la salida de Pablo Badenier, su crédito político se incrementó tras el rechazo al proyecto Dominga, cuando impuso su criterio frente al del equipo económico y que culminó con la salida de Rodrigo Valdés de Hacienda y Luis Felipe Céspedes de Economía.
Según expertos, lo anterior lo catapultó dentro del gabinete y su viaje junto a Bachelet a la ONU confirmaría su influyente rol en el Gobierno. Sin embargo, observan matices.
Un personaje "atípico y atractivo"
Para el consultor en comunicación estratégica y ex miembro de la Secretaría de Comunicaciones del Gobierno, Carlos Correa, la relevancia que ha adquirido el ministro se debe a que es un personaje "atípico y atractivo".
"Él no viene de las máquinas de los partidos, viene de la academia y se hizo cargo de un tema en el que este Gobierno estaba un poco al debe", explica, agregando que su iniciativa marítima "parecía secundaria, pero se ha transformado en agenda internacional".
"Mena es un ministro muy valorado y una figura muy atractiva, que le permite generar a la Presidenta agenda internacional, pero Eyzaguirre sigue siendo el más importante del gobierno y el más cercano a ella"
Carlos Correa
El ministro, quien hasta la renuncia de Badenier para integrar el equipo de campaña de Carolina Goic se desempeñaba como subsecretario de la cartera, es ingeniero civil bioquímico y cuenta con un doctorado de la Universidad de Iowa.
También fue director del Centro de Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello y ha sido galardonado por entidades como la NASA, además de obtener una beca post-doctoral en el MIT.
Sin embargo, a juicio de Correa, su rol dentro del gabinete no es principal. "Mena es un ministro muy valorado y una figura muy atractiva, que le permite generar a la Presidenta agenda internacional, pero Eyzaguirre sigue siendo el más importante del gobierno y el más cercano a ella", asegura.
Un momento global favorable
Para el diputado DC y miembro de la comisión de Medio Ambiente de la Cámara Baja, Patricio Vallespín, la decisión de darle la relevancia para asistir a la ONU tiene que ver con un momento que se vive a nivel global.
"La sustentabilidad del desarrollo es un desafío planetario y el tema del cambio climático es el mejor ejemplo de eso, y uno donde el ministro puede participar en el más alto nivel. Habla de hacia dónde hay que avanzar y de lo que Chile ha venido haciendo", comenta el parlamenatrio a Emol.
Una figura cercana al gabinete de la Presidenta, en cambio, matiza la situación. De acuerdo a la experiencia de la Mandataria frente a la ONU, afirma, no es raro que elija acompañarse del titular de esa cartera, ya que son los temas medioambientales los que mejor se alinean con los temas relevantes en el mundo actualmente.
Asegura, además, que Mena carece de la competencia política necesaria y que es un figura que lleva un tiempo muy corto dentro del escenario. "Él no da para estar en el debate planetario, solamente se ha visto favorecido por una circunstancia que es ajena a él", asegura.
El discurso con el que Bachelet quiere terminar
Cristóbal Bellolio, analista político y académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, piensa que la situación es una conjugación de todos esos factores y agrega otro: el legado que este Gobierno quiere dejar.
"Independiente de las reformas cuestionadas y de los avances en materia política o agenda valórica, pareciera ser que la Presidenta quiere dejar establecida la idea de que el crecimiento no lo es todo, que hay otros valores y otras prioridades que hay que ecualizar", afirma.
Dice, también, que es una característica que podría separar la percepción con respecto a su mandato de la que se tiene del período del ex Presidente Sebastián Piñera, e incluso del de Ricardo Lagos, quien recientemente afirmó que "la tarea número uno de Chile es crecer, lo demás es música".
"Mena es muy bueno para transmitir esa sensibilidad que Bachelet quiere dejar instalada como legado: la idea de que hay cosas más importantes, que quizás habría que sacrificar el crecimiento en su noción convencional para resguardar otros intereses, entre ellos la preservación del medio ambiente", agrega.
Bellolio aclara que, a su juicio, lo que lo convierte en un personaje atractivo no es su perfil académico, aunque eso puede haber ayudado a que "en un principio no pareciera una amenaza para nadie", a pesar de que finalmente "se transformó en esta figura tan relevante".
"Pero es relevante porque su discurso sirve y empalma con el discurso con el que Bachelet quiere terminar: contra Trump, contra el negacionismo al cambio climático", explica.
"Ella se instala con una línea internacional que asume que estos desafíos son globales, y Marcelo Mena es un muy buen aliado en eso. Se beneficia él y se beneficia la Presidenta, es una relación simbiótica y perfectamente podría ser su nuevo 'regalón'", finaliza.
