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"Chile Dice": Expertos analizan por qué el "sueño de la casa propia" sigue siendo el mayor anhelo de los chilenos

La alta valoración de la familia, de la propiedad privada y hasta las mayores exigencias para acceder a los créditos hipotecarios son algunas de las variables que podrían explicar esa situación.

10 de Octubre de 2017 | 15:34 | Por Natacha Ramírez, Emol
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Antropóloga plantea que hay un vuelco hacia lo "individual" y que los sueños de los chilenos "se han ido empobreciendo".

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SANTIAGO.- El mayor sueño que hoy confiesan tener los chilenos es contar con "una casa propia y cómoda", según muestra la encuesta "Chile Dice" –elaborada por la Universidad Alberto Hurtado (UAH)–. Esa opción supera, por lejos, a otras como "ser feliz" o "vivir en un país más equitativo".

Si bien "el sueño de la casa propia" parece ser una idea instalada en nuestro imaginario, el hecho de que hoy se levante como el mayor anhelo de los chilenos puede tener variadas interpretaciones y significados, en la visión de distintos expertos consultados por Emol.

Para Lorena Pérez, académica del Departamento de Trabajo Social de la UAH, la casa propia sigue siendo un sueño para los chilenos, ya que es difícil acceder a ella, tanto por la dificultad de obtener créditos hipotecarios como por los valores "exagerados" que están teniendo las propiedades en el mercado inmobiliario.

"A pesar de que en Chile existe una alta inclusión financiera, sigue siendo una elite la que accede al crédito hipotecario, porque las condiciones son súper difíciles para el promedio de los chilenos. Si uno piensa que la mayoría de los bancos están pidiendo el 20% de una propiedad, que puede costar sobre 3 mil UF, y uno ve los ingresos familiares, eso es un sueño bien imposible", afirma. A eso agrega que hay "un boom inmobiliario y los valores de las viviendas son bien exagerados".

En tanto, en términos más sociológicos, el académico del Departamento de Antropología de la Universidad de Chile, José Andrés Isla, atribuye el anhelo de la vivienda propia a "la alta valoración que muestran los chilenos respecto de la familia" y "de su lugar en el mundo". En ese sentido, afirma que la vivienda "supone una infraestructura básica, en forma de un lugar incuestionable y acogedor, donde comienzan y terminan todos los días. Se trata del punto de partida y llegada seguro que permite una rutina cotidiana normal".

Por su parte, la académica del Departamento de Antropología de la UAH, Francisca Márquez, dice que otro factor que incidiría es que "nuestro sistema neoliberal" tiende a ensalzar "la figura del propietario". "Es como si la propiedad fuese el baluarte que te va a dar seguridad en la vida, es a lo que te aferras. No es la comunidad ni el bien común, sino la propiedad. Es una idea que se ha instalado en nuestra cultura y no me extraña que hoy día cada uno quiera un título de propiedad".

"Los sueños y expectativas de los chilenos se han ido empobreciendo"


También asoma una visión un poco más pesimista respecto de que la principal aspiración de los chilenos sea la casa propia, pues algunos de los expertos lo interpretan como un vuelco más hacia lo "individual" que a lo "colectivo" y la pérdida de un "ideal de sociedad".

Así lo afirma Márquez, quien señala que "reducir tu sueño a una vivienda muestra que se ha perdido una dimensión más política y amplia de sociedad, se ha ido perdiendo una visión de país, de hacia dónde quisiéramos que el país avanzara. Las personas quieren asegurarse ellas y sus familias. Piensan en su metro cuadrado. No aparece la idea de la justicia social o el sueño de un país más igualitario (...) La vivienda es el último reducto de seguridad personal".

"Reducir tu sueño a una vivienda muestra que se ha perdido una dimensión más amplia de sociedad, se ha ido perdiendo una visión de país. Las personas quieren asegurarse ellas y sus familias. Piensan en su metro cuadrado. No aparece la idea de la justicia social o el sueño de un país más igualitario"

Francisca Márquez, académica Antropología UAH
En ese sentido, señala que "la encuesta es bastante desesperanzadora", pues muestra que "los sueños (de los chilenos) se han ido empobreciendo" y que "se ha ido reduciendo el nivel de expectativas de la sociedad chilena". "Los sueños alcanzan a lo más para pensar una vivienda de buen estándar, y eso ya parece lejos", afirma.

Mientras que José Andrés Isla señala que el dato "crítico" es que la alta valoración de la familia "se corresponde con una baja valoración de lo público y de lo colectivo". "Las personas entienden que la familia (y no la sociedad) es el sujeto de la vida colectiva (...) La familia representa la seguridad y confianza, mientras que la sociedad es el espacio de la ansiedad y la desconfianza. La familia es el soporte ideal y la sociedad un soporte muy improbable. La familia representa el sujeto de los anhelos relevantes, en paralelo a una cierta futilidad de los anhelos colectivos", sostiene.

No basta con el acceso: La vivienda debe demostrar la "movilidad social"


El estudio también muestra que el anhelo no es sólo ser propietario de una casa, sino que ésta sea de calidad. A juicio de Pérez, esto responde a "la masificación de las sociedades de consumo y de la idea de que todos podemos acceder a los mismos bienes y aspirar a las mismas comodidades". Además dice que en Chile "la casa también concretiza el deseo de la movilidad social, entonces cuando uno piensa en casa también piensa en poder vivir en condiciones distintas a las que vive".

En la misma línea, Márquez explica que en Chile la casa y el barrio son "un elemento de distinción"; por lo tanto, una vivienda de buenos estándares "simboliza todo el esfuerzo y el progreso social de la familia (...) Es lo que, simbólicamente, muestra que tú has surgido".

"En Chile hay mucho miedo al descenso social, y una vivienda de mala calidad tiene muchísimo significado en términos del estatus, de dónde te sitúan socialmente. Y lo que se sueña es una vivienda que sea de mejor estándar, que simbólicamente muestre que ellos han mejorado su calidad de vida, por tanto, hay cierto nivel de movilidad social", señala.

En tanto, Isla atribuye el anhelo de tener una vivienda "cómoda" a "una demanda creciente por mejoramiento de la calidad de vida". También apunta que la comodidad se asocia además con el "entorno" y el lugar donde se emplaza, y que "en las últimas décadas, salvo para los sectores más ricos, esta demanda se orienta (a vivir en) el interior, conectado y 'seguro', de la ciudad".

Los bajos sueldos son la principal piedra de tope


De acuerdo a los datos del estudio, el mayor obstáculo que ven las personas para alcanzar su sueño son la "falta de recursos económicos", los "bajos sueldos" y la "falta de empleo". Sólo un porcentaje muy bajo mencionó "la inequidad".

Según Márquez, esto también refleja "una reducción de la imaginación política y social". "La única piedra de tope que perciben es que 'me pagan poco' y no se imaginan otras respuestas posibles. Entonces no hay reivindicaciones ni la posibilidad de pensar que el problema puede estar más allá de mis propias posibilidades como individuo, de pensar que las cosas podrían ser distintas", señala.

Por eso, dice que no llama la atención que el segundo mayor sueño de los chilenos sea acceder "a educación y a una profesión", ya que la educación "no se ve como un ideal ilustrado, sino como una herramienta para competir al interior del mercado laboral y mejorar sus ingresos".
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