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Cheyre, el general del "nunca más" convertido en el primer ex jefe del Ejército condenado por violaciones a los DD.HH.

El ministro en visita, Mario Carroza, sentenció al ex comandante en jefe del Ejército como encubridor del crimen de 15 personas en el marco del caso Caravana de la Muerte.

09 de Noviembre de 2018 | 11:00 | Redactado por Bárbara Osses R., Emol
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El general (r) lideró el Ejército entre 2002 y 2006.

El Mercurio/Archivo
SANTIAGO.- En julio de 2016 la trayectoria del ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, tuvo un giro radical. El 7 de ese mes fue procesado en calidad de cómplice en el caso Caravana de la Muerte. En la ocasión estuvo detenido junto a otras ocho personas, luego liberado previo pago de una fianza de $1 millón, abriendo un capítulo judicial a su relevante trayectoria.

Hoy, el ministro en visita, Mario Carroza, finalmente dictó la condena del ex número uno del Ejército, y de los otros siete ex militares, todos acusados como cómplices del asesinato de 15 presos políticos en el Regimiento Arica, de La Serena. Así, Cheyre se convirtió en el primer comandante en jefe del Ejército condenado por un delito de DD.HH.

Su carrera estuvo marcada por su rol posterior al golpe militar de 1973 mientras fue destinado a La Serena; sus cargos en la dictadura; sus vínculos con la Concertación; su cercanía con el ex Presidente Ricardo Lagos; el histórico discurso del "nunca más", ya en el cargo como comandante en jefe (2002-2006); una orden de detención en su contra y hoy, su condena.

Los hitos de su trayectoria en el Ejército

Juan Emilio Cheyre ingresó a la Escuela Militar, donde egresó con 19 años como el mejor alumno (primera antigüedad). Sus primeras destinaciones fueron el Regimiento de Infantería N° 11 de Valdivia (1967-1968), la Escuela de Infantería de San Bernardo (1968) y la Escuela de Paracaidistas y FF.EE. (1969). En 1971 fue asignado a la Escuela Militar, donde fue comandante de Sección de Cadetes y profesor de Técnica y Táctica de Infantería, carrera académica que tendría un giro a partir de 1973.

Tras el golpe de Estado, Cheyre se desempeñó como ayudante de Ariosto Lapostol Orrego, comandante del Regimiento de Artillería Motorizado N° 2, en La Serena. En esta destinación está basada la condena en su contra por casos de violaciones de derechos humanos.

De acuerdo a la investigación llevada adelante por el juez Carroza, el 16 de octubre de 1973 "arriba a la ciudad de La Serena un helicóptero Puma del Ejército de Chile" con un grupo de militares comandados por Arellano Stark, quien tras sostener una reunión con Ariosto Lapostol, requiere información sobre 15 prisioneros políticos que serían ajusticiados sin juicio previo alguno".

Según Cheyre, él nunca tuvo conocimientos de estos hechos. Sin embargo, Carroza refutó esta posición. "Sin perjuicio de las circunstancias que rodean sus acciones, el elemento esencial es su conocimiento de lo que se estaba realizando en esas 3 horas que estuvo la comitiva en La Serena", señaló el magistrado al explicar por qué ordenó su detención en calidad de cómplice de las torturas y asesinatos de 15 personas, en julio de 2016.

Antes de conocerse estos hechos, Cheyre siempre tuvo una alta valoración en la institución militar. Se comentaba que el fallecido Augusto Pinochet siempre lo consideró, ya que "estaba muy consciente de sus capacidades; le tenía un gran respeto, lo puso siempre en los mejores puestos, lo nombró director de la Academia de Guerra, lo envió a España, lo nombró comandante de los Institutos Militares; es decir, tuvo una confianza enorme en él. De hecho, el general Izurieta lo envió un par de veces a Londres cuando el general Pinochet estuvo detenido".

Tras la difícil década de 1970 y luego de realizar el Curso Regular de Estado Mayor, estuvo en Sudáfrica durante 1981, y luego ejerció la docencia en la Academia de Guerra. En 1987 es designado comandante del Regimiento de Infantería Nº 4 "Rancagua", y luego como comandante del Regimiento de Infantería N° 23 "Copiapó". Paralelamente, entre 1987 y 1990 se desempeñó como intendente de la región de Atacama.

Entre 1990 y 1994 fue director de la Academia de Guerra, y entre 1994 y 1996 fue agregado de Defensa y Militar ante la Embajada de Chile en España. Posteriormente fue comandante de Institutos Militares (1997-2000), y Jefe de Estado Mayor General del Ejército (2001-2002).

Como docente militar, pasó a la historia como el hombre que amplió los horizontes de sus alumnos, al incorporar ramos de distintas carreras como administración de empresas y periodismo, además de darles la posibilidad de terminar sus estudios en la universidad vestidos sin ropas militares si no que como ciudadanos comunes. Fueron sus primeros actos para acercar los militares al mundo civil. La "reestructuración cheyrana", además, incluyó como ramo obligatorio derechos humanos internacionales.

Todo esto contribuyó a que finalmente llegará al máximo cargo militar, ya que se fue ganando la confianza de la gobernante Concertación.

Su relación con Lagos y la Concertación

Un punto decisivo de su llegada a la comandancia fue su encuentro en 1996 con el ex Presidente Ricardo Lagos, en El Escorial, España, donde el Ejército organizó junto a la Fundación Ortega y Gasset el seminario "Las FF.AA. y la transición a la democracia".

El certamen fue preparado por el embajador Álvaro Briones y por el entonces agregado militar en Madrid, Juan Emilio Cheyre, bajo la anuencia del general Pinochet, y fue el primer acercamiento de los militares con el mundo socialista.

Precisamente, bajo la administración de Lagos, fue nombrado comandante en jefe del Ejército, cargo desde donde se intentó desmarcar de su antecesor, Ricardo Izurieta, quien apoyó explícitamente a Pinochet; Cheyre, en cambio, buscó reivindicar al Ejército por las violaciones a los derechos humanos.

El discurso del "nunca más"

En esa misma retórica, en noviembre de 2004 publicó el documento titulado "Ejército de Chile: el fin de una visión", donde por primera vez asumió la responsabilidad del Ejército en los crímenes de la dictadura.

"¿Excusa el escenario de conflicto global ya descrito las violaciones a los derechos humanos ocurridas en Chile? Mi respuesta es una e inequívoca: no. Las violaciones a los derechos humanos nunca y para nadie pueden tener justificación ética", señalaba el texto.

Previo a ello, en un discurso pronunciado el 13 de junio de 2013, Cheyre utilizó por primera vez el emblemático "nunca más", afirmando que el Ejército continuaba siendo "prisionero del pasado".

"El Ejército está viviendo una gran transformación. (…) Sin embargo, el tema es más amplio. Debo decirlo: siento que pese a todo seguimos siendo prisioneros del pasado. Tenemos grandes dolores (...) Me refiero al nunca más una clase política que fue incapaz de controlar la crisis que culminó en septiembre de 1973. Nunca más a los sectores que nos incitaron y avalaron oficialmente nuestro actuar en la crisis que provocaron. Nunca más excesos, crímenes, violencia y terrorismo. Nunca más un sector ausente y espectador pasivo. En fin, nunca más una sociedad chilena dividida", manifestó el entonces Comandante en Jefe.

Acusación y condena

El 7 de julio de 2016, el ministro Mario Carroza ordenó la detención del ex comandante en jefe del Ejército, en el marco de la investigación del Caso La Serena, episodio ocurrido en octubre de 1973, y por el cual estuvo detenido en el batallón de policía militar de Peñalolén.

Lo anterior, luego de que el abogado de derechos humanos, Cristián Cruz, en su denuncia, lo responsabilizara de ser cómplice en el homicidio de 15 personas, quienes fueron torturados y posteriormente fusilados.

Tras ser procesado, el ex comandante en Jefe del Ejército envió en septiembre de 2016 una carta a la entonces Presidenta Michelle Bachelet, presentando su renuncia como miembro del consejo del Servicio Electoral (Servel). Así, en enero de 2017, la ex Mandataria aceptó la dimisión y propuso a en su reemplazo a Juanita Gana Quiroz.

Previo a ello, Cheyre también dejó su cargo en la Universidad Católica, donde se desempeñaba como director del Centro de Estudios Internacionales. En la ocasión, la universidad señaló que, pese a que "frente a casos judiciales de esta naturaleza, la UC cuenta con una política institucional que consiste en otorgar permisos de trabajo, sin goce de sueldo, para que cualquier persona pueda defenderse", el ex comandante en jefe optó por dar un paso al costado.
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