SANTIAGO.- La lectura de cerca de media hora realizada el martes por el presbítero Cristián del Campo Simonetti, provincial de la Compañía de Jesús en Chile, sorprendió incluso a los mismos miembros de la congregación.
Eran pocos los que conocían el contenido de la investigación del penalista Waldo Bown, quien por seis meses se encargó de indagar las denuncias contra el fallecido sacerdote Renato Poblete.
Fue el pasado 26 de julio cuando Del Campo recibió las 407 páginas de la indagatoria que comenzó producto de la denuncia de Marcela Aranda, y cuyos principales resultados fueron dados a conocer por la misma máxima autoridad de los jesuitas en Chile a las 15.30 hora de ese día en Lord Cochrane 110, la sede de la Compañía de Jesús en el país.
Ahí, el provincial de 49 años dio cuenta, entre otras cosas, de 22 testimonios de mujeres que acusaron haber sido víctimas de abusos sexuales y de poder por parte del ex capellán del Hogar de Cristo entre 1960 y 2008, de las cuales cuatro eran menores de edad al momento de los hechos.
"Las conductas de abuso de poder, de conciencia, sexual y otros delitos cometidos por Renato Poblete Barth se sostuvieron en una suerte de 'doble vida' amparada en su imagen pública de persona de bien", señaló Del Campo, dando fin al proceso investigativo en contra de una de las figuras más influyentes en la historia de la orden religiosa, y cuyo camino deberá continuar ahora en la justicia civil y el Vaticano.
Las conclusiones del proceso ordenado por el mismo provincial coinciden en su recta final en el cargo, ya que este 2019 se cumplen seis años desde que asumió, plazo en que llega la hora del recambio. Si bien no se ha informado la fecha exacta en que el sacerdote deberá pasar el mando, una pista la entrega el día en que llegó al puesto: el 30 de septiembre de 2013.
Investigaciones y "arrogancia"
Ese mismo año, y recién ejerciendo el liderato de la provincia, le tocó enfrentar una compleja investigación al interior de la orden, en línea con la tónica que según cercanos a la Compañía de Jesús marcó su mandato: indagaciones por abusos sexuales y de conciencia.
Esa vez se trató de una investigación previa en contra de su antecesor, Eugenio Valenzuela. "Ahí hubo un momento que nos puso en la palestra. Se hizo un proceso, se llegó a ciertas conclusiones y luego de eso vino una relativa calma en estos casos hasta la visita del Papa. Eso fue un segundo hito, no solo para nosotros, sino que para toda la Iglesia", señaló Del Campo en entrevista con radio Infinita.
"Hemos sido soberbios durante mucho tiempo para apuntar a otros miembros de nuestra Iglesia, sacerdotes de otras congregaciones o del clero diocesano o autoridades de la Iglesia".
Provincial jesuita
Así fue como el caso del sacerdote
Jaime Guzmán, quien desde el 2012 cumple una sanción canónica por abuso de menores, reflotó, sumado al golpe que significó conocer los vejámenes perpetrados por el presbítero
Leonel Ibacache. Ambos expulsados de la Compañía de Jesús recientemente y cuyos procesos fueron encabezados por Del Campo.
"Pensábamos que el 2018 había sido doloroso y que nos estábamos haciendo cargo de todo lo que debíamos enfrentar, cuando aparece a comienzos de este año lo de Renato Poblete", expuso el provincial.
En forma paralela, Del Campo ha tenido que hacer frente a las voces que han criticado la "arrogancia" de la Compañía de Jesús ante otras congregaciones o episcopados antes de que se destaparan sus propios casos. Soberbia que, en todo caso, él admite: "Es nuestro mayor pecado".
"Hemos sido soberbios durante mucho tiempo para apuntar a otros miembros de nuestra Iglesia, sacerdotes de otras congregaciones o del clero diocesano o autoridades de la Iglesia. Es algo que debemos asumir y de lo cual tenemos que pedir perdón también", recalcó.
Dos años viviendo con Poblete
Cristián del Campo nació el 4 de septiembre de 1970 en Santiago. Cursó sus estudios básicos y de enseñanza media en el Colegio San Ignacio del Bosque, lugar en el que compartió aula con el fallecido futbolista y símbolo del club Universidad Católica, Raimundo "Mumo" Tupper.
Una vez salido del colegio, se tituló como ingeniero comercial de la U. Católica e ingresó a la Compañía de Jesús el 13 de marzo de 1994, siendo ordenado sacerdote en 2005 por el cardenal Francisco Javier Errázuriz. Pero antes, entre los años 2000 y 2002, vivió con "el padre Renato Poblete. Estaba volviendo de Estados Unidos, era estudiante jesuita en esa época todavía. Compartí en comunidad con él, no trabajé con él", sostuvo.
"Lo conocí. Me pareció siempre una persona muy agradable, muy simpática, muy encantadora, muy emprendedora, y de las pocas cosas que recuerdo que hoy podría leer hacia atrás era que era una persona que tenía una alta actividad social. Nunca tuve una señal (de sus abusos)", agregó.
Trayectoria y futuro
En la congregación, Del Campo ha desempeñado varios cargos, entre los cuales destacan el haber sido director de pastoral de la U. Alberto Hurtado y coordinador del programa de Ética Empresarial en la misma casa de estudios. Antes de asumir como provincial actúo como capellán de un Techo para Chile, entre otras cosas.
"Estaría en cualquier lugar donde haya necesidad de un cura. Anhelo retomar mi vida sacerdotal, en el fondo. Ojalá cualquier cosa lejos de los administrativo".
Cristián del Campo
Próximamente dejará el cargo, "gracias a Dios", dijo. Ahora vendrán tiempos de descanso, "yo también necesito un tiempo de distancia", añadió, con miras a dejarle al nuevo provincial espacio para tomar sus decisiones. El nombre de un sucesor aún no se hace público, y Del Campo dice ser el único enterado de quién será, aunque, según El Mercurio, hay algunos candidatos que se sondean, como
Román Guridi, Francisco Jiménez y Pablo Castro.
El futuro del actual provincial es aún incierto. Él señala que su receso se extenderá hasta fin de año, sin aclarar qué es lo que hará después. "Estaría en cualquier lugar donde haya necesidad de un cura. Anhelo retomar mi vida sacerdotal, en el fondo. Ojalá cualquier cosa lejos de los administrativo", deslizó en diciembre pasado, en una entrevista publicada por la página web de la Compañía de Jesús.
Una opción, según fuentes cercanas a la orden, sería que el presbítero se vaya a trabajar a la curia jesuita en el Vaticano, siguiendo los pasos de sacerdotes de la orden como Antonio Delfau o Marcelo Gidi.
¿Cuál será el sello de su gestión? "Creo que mi gestión va a ser, probablemente, bien o mal recordada por años muy difíciles para la Compañía y para la Iglesia, y por lo tanto un provincialato marcado por temas de abusos, de trabajar en la prevención y, en ese sentido, años duros", sostuvo Del Campo en la misma entrevista.