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Tomás Pérez-Acle, integrante de la Submesa de Datos: "Nuestro rol técnico tiene que cambiar hoy día"

El subdirector de la Fundación Ciencia y Vida asegura que es momento de que se convierta en una entidad "garante" de "la calidad e inmutabilidad" de los datos, sobre todo en medio de la polémica por los continuos cambios metodológicos anunciados por el Minsal.

12 de Junio de 2020 | 08:00 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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El Mercurio (cedida)
Al momento de publicar su primer informe el pasado 6 de mayo, la Submesa de Datos covid-19 ya se había reunido cinco veces y había protagonizado su primera polémica: la decisión del Instituto Milenio de Fundamentos de los Datos de congelar su participación en la instancia acusando "la ausencia de una política de acceso abierto a los datos de salud".

En ese primer informe, se dio cuenta de los logros obtenidos por la submesa: una Base de Datos covid-19 unificada y alojada en el Ministerio de Ciencia, un repositorio de GitHub —plataforma que permite a la comunidad científica extraer datos para elaborar análisis y proyecciones— y una serie de visualizadores y aplicaciones generadas a partir de la información disponible.

"La preocupación de nuestra sociedad por la disponibilización de información para enfrentar esta pandemia es un desafío para todos los países, y Chile avanza junto a otros en mejorar la cantidad y diversidad de variables, formato, claridad, periodicidad, y facilidad de acceso a los datos con profundidad geográfica", decía el informe.

En un inicio, recuerda Tomás Pérez-Acle —subdirector de la Fundación Ciencia y Vida, profesor del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso e integrante de la submesa desde su creación— el objetivo era el de "conseguir la mayor cantidad de datos de la manera más frecuente, abierta y desagregada posible". "La idea era que no solo la comunidad académica pudiera seguir la pandemia y aportar con proyecciones para entender hacia dónde nos dirigíamos, sino también que la opinión pública y la ciudadanía pudiera hacerse su propia visión de lo que estaba pasando", dice a Emol.

El doctor en Biotecnología tiene una mirada crítica, aunque primero reconoce que "se han hecho cosas importantes". "Por fin estamos consolidando como país una base de datos centralizada, que es fundamental, y que —¡enhorabuena!— está dentro del Ministerio de Ciencia. Si hay algo bueno que va a salir de esta pandemia, de las pocas cosas buenas que van a salir, va a ser esa base de datos", señala. Pero el rol, dice, terminó siendo "uno totalmente técnico".

Un rol "garante"


Son precisamente los datos los que han estado bajo la lupa esta semana, luego de que el Ministerio de Salud y el de Ciencia anunciaran un "cambio metodológico" que añadió 557 muertes al registro de decesos por covid-19, derivadas de una nueva forma de acceder a los certificados de defunción y a la lista de personas que cuentan con PCR positivo. La polémica se generó debido a que la semana pasada el Minsal había flexibilizado el criterio de testeo por recomendación de la OMS, cambio que finalmente quedó sin efecto.

—¿Cómo ve los cambios metodológicos implementados estos días por el Minsal?
—Lo que vimos cuando se definió que las muertes se iban a contar de acuerdo a lo que dice la OMS —no solamente con PCR+, sino que también cuando el cuadro es compatible con el de covid-19— fue que por cada persona que se contaba con el criterio antiguo, habían 2 o 3 personas con el criterio nuevo. La relación era 1:3. El fin de semana, cuando se conoce este exceso de muertos, todos estábamos preocupados, pero al menos tranquilos de que ya se estaban contando los muertos como debía ser. Sin embargo, el lunes aparece nuevamente el ministro Couve y explica que se volvió atrás, a contar solamente a los que tienen PCR+.

"Tenemos que ser capaces de ser garantes de que el dato que está siendo puesto a disposición de la ciudadanía sea correcto. Si en realidad no va a jugar ese rol, ¿para qué tenemos investigadores trabajando ahí?"

Tomás Pérez-Acle
—¿Qué implicancias tienen estas modificaciones?
—Resulta que la cantidad de muertos es el dato más duro que podemos tener para la evolución de esta pandemia, es esencial para poder seguirla y determinar cuántas personas tenemos realmente infectadas, para saber cuándo se acerca el peak, para ajustar nuestros modelos. Por eso es tan importante y por eso es que estos cambios metodológicos son un desastre. No solamente confunden a la ciudadanía, sino que aquellos que estamos tratando de seguir la pandemia y aportar con proyecciones que las autoridades puedan usar como insumo para sus decisiones también quedamos en las nubes y nos cuesta mucho seguir lo que están haciendo.

—Hay quienes han señalado que al cambiar los criterios constantemente se pierde la capacidad de comparar las cifras nacionales con las de otros países.
—La comparación estadística es fundamental, pero siempre se puede hacer estadística posterior. Lo más importante es que si queremos tomar decisiones de políticas públicas correctas, tenemos que tener los números más finamente posibles, y ojalá un número que sea inmutable, es decir, que el criterio que utilizamos para considerar a una persona como infectada en marzo sea el mismo en mayo y el mismo después. También que las personas que murieron por covid-19 cumplan el mismo criterio en mayo y junio, y si eso cambia, de alguna manera tenemos que aplicar el criterio nuevo hacia atrás. Si no, uno pierde la trazabilidad de la pandemia, y una vez que la pierdes no puedes estar seguro del efecto de las políticas públicas.

—Se han hecho algunos avances en materia de datos, como corregir el número de muertos de acuerdo a la fecha en que ocurrió el deceso, pero hay otros aspectos que siguen siendo señalados como pendientes por los investigadores, ¿cómo evalúa usted, desde la Submesa de Datos, el balance entre lo que se ha hecho y lo que todavía falta?
—Yo lo que esperaría en este minuto es que el rol cambie. El objetivo inicial cambió a uno totalmente técnico, donde de lo que nos preocupamos es en realidad de conseguir datos de un lugar o de otro. Ese rol técnico que tenemos como Submesa de Datos tiene que cambiar hoy día y es súper importante que entendamos que, como investigadores, tenemos un rol que va más allá que solo conseguir el dato, que es el que estamos siguiendo en este minuto. No tenemos que ser solamente eso, sino que tenemos que ser garantes de la calidad y la inmutabilidad del dato.

—¿Los hechos recientes le dan más peso a esa idea?
—Nosotros hemos propuesto este cambio porque creemos que es el momento de hacerlo, particularmente cuando vemos que las autoridades cambian de manera tan dramática la forma de seguir la pandemia de una semana a otra. Yo, por lo menos, siento que tenemos un rol que jugar. Tenemos que ser capaces de ser, de alguna manera, garantes de que el dato que está siendo puesto a disposición de la ciudadanía sea un dato correcto. Si la Submesa de Datos en realidad no va a jugar ese rol, ¿para qué tenemos investigadores, profesores de universidad, directores de centros de investigación trabajando ahí? En ese caso, mejor pongamos profesionales que se dediquen solamente a recoletar datos.

De cuarentenas y cordones sanitarios


El pasado 24 de marzo, Perez-Acle presentó al Ministerio de Ciencia un modelo matemático que diferenciaba la forma en que podría avanzar la pandemia de acuerdo a las decisiones que se tomaran en cuanto a cuarentenas. Ese día, sugirieron confinamiento inmediato al menos en las comunas de Providencia, Vitacura, Ñuñoa, Las Condes, Lo Barnechea, Independencia y Santiago. La medida se decretó dos días después.

"Para evitar la debacle de Italia, debemos actuar hoy como China: avanzar hacia la cuarentena total", dijo ese 26 de marzo el doctor en Biotecnología, y advirtió: "la cuarentena no es una bala mágica que acabará con el virus". En ese momento, añadía la importancia de tomar "medidas complementarias" como aumentar diez veces el número de tests diarios e identificar, seguir y cuarentenar a los infectados.

Hoy, Pérez-Acle considera que la manera en que el Gobierno implementó la cuarentena —de manera "selectiva"— "no funcionó". "Las cuarentenas dinámicas, que es lo que se intentó aplicar, solo funcionan si se aplican simultáneamente y de manera sincronizada a todas las comunas o regiones que quieres proteger", señala. Hoy, la preocupación surge con respecto a la Región de Valparaíso, donde solo tres comunas —San Antonio, Viña del Mar y Valparaíso— están en confinamiento.

—Se ha dicho que la cuarentena no funcionó en la Región Metropolitana porque la interconexión entre comunas con y sin cuarentena era demasiado alta.
—Eso es así. Cuando se usó la cuarentena selectiva en Vitacura, Las Condes, Providencia y Ñuñoa, la movilidad al interior de esas comunas bajó entre un 20% y un 30%, pero cuando uno miraba la movilidad de otras comunas que iban hacia ellas, esa prácticamente no bajó, se mantuvo. El problema está en que, cuando una persona viene de una comuna no infectada a una comuna de alta infección, la probabilidad de toparse el virus es muy alta. Después imagínate si la persona se mueve en transporte público: vuelven a su casa e infectan a todo el mundo. Eso se hizo durante 21 días y finalmente terminamos con que el virus se terminó difundiendo desde las comunas de alta infección a las de baja infección. Si ahora hacemos lo mismo, quiere decir primero que no aprendimos nada y segundo que va a pasar exactamente lo mismo.

—¿Es un patrón que podría repetirse en la Región de Valparaíso?
—Va a pasar si vamos a seguir teniendo viajes desde Villa Alemana, Casablanca o Quilpué hacia Valparaíso o Viña. Como las personas van a seguir viajando, van a traer de vuelta el virus. Cuando uno pone una cuarentena selectiva, inevitablemente pasa esta situación. Por eso la teoría y todos los estudios, incluso los que nosotros mismos le mostramos al Gobierno en abril, dicen que cuando uno aplica una cuarentena de esa naturaleza, tiene que proteger a todas las comunas, de lo contrario el virus va a difundir. Las personas que dicen que hay que aplicar algún tipo de medida en las otras comunas están en lo correcto, porque el punto aquí es cómo eliminar la movilidad.

"El cordón sanitario no puede medir solamente la temperatura. Si el indicador es la fiebre, estás dejando pasar al 85% de las personas infectadas"

Tomás Pérez-Acle
—¿Qué pasa con las comunas que todavía no tienen casos o que tienen muy pocos? ¿Qué se debería hacer con ellas?
—En ese caso, es súper importante ponerle un cordón o una aduana sanitaria a esa comuna, para evitar que la gente infectada entre, pero no puede ser un cordón sanitario donde solamente le van a medir la temperatura, porque sabemos que la fiebre solo es un indicador razonable para el 15% de los infectados. Si el indicador es la fiebre, estás dejando pasar al 85% de las personas infectadas.

—¿Cómo se hace ese cálculo?
—Desde el punto de vista estadístico, lo que ha visto a nivel mundial es que del 100% de la población infectada solamente vas a poder identificar a un pedacito. En general, se habla de que se puede identificar por medio de test a un cuarto o un quinto del total de personas infectadas. De esa fracción que puedes identificar, el 30% no va a tener síntomas sino que va a ser completamente asintomático, y el 55% va a tener síntomas menores. Por lo tanto, si sumas los dos, tiene un 85% de personas que de ninguna manera tienen fiebre, y que no los vas a poder identificar desde el punto de vista estadístico. El Gobierno habla de un 10% de asintomáticos en Chile, pero eso es una mentira, no es lo correcto: a nivel mundial, lo estadístico es un 30% de asintomáticos y un 55% con síntomas menores. Eso es un dato duro que es indiscutible a nivel internacional.
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