Fueron 7.5 millones de personas las que llegaron hasta las urnas el pasado 25 de octubre para votar en el Plebiscito constitucional, lo que correspondió a un 50,95% del padrón. Por primera vez desde que se instauró el voto voluntario, la participación electoral superó el 50% y se convirtió en la elección con mayor cantidad de votos emitidos desde la presidencial de 1993.
Por eso también ha crecido la expectación sobre lo que ocurra en esa materia durante este fin de semana, cuando los electores tengan la oportunidad de volver a los locales de votación. Esta vez, ya no votarán por una afirmación sino por una persona que pueda representarlos en la convención constitucional. ¿Cuáles serás las claves para analizar la participación durante esos días?
Mantener a los jóvenes
En el Plebiscito votaron aproximadamente 1.5 millones de personas que no habían participado de las presidenciales de 2017 y dejaron de hacerlo entre 600 mil y 700 mil personas que sí lo habían hecho en el proceso anterior. Eso es lo que calculó Axel Callís, director de Tú Influyes.
"Lo que hay son recambios de público, entonces no sabemos quiénes van a votar", explica a Emol. Se ha determinado que los mayores aumentos el año pasado se debieron a a la incorporación de votantes jóvenes que viven en grandes centros urbanos, pero no se sabe si la convicción por votar se mantendrá en estos comicios.
Según los cálculos que realizó el diputado y experto electoral Pepe Auth en octubre, la participación del tramo etario de entre 18 y 29 años subió en un millón de votos para el Plebiscito Para Cristián Valdivieso, director de Criteria, se debió a que "esta elección los hacía a ellos incumbentes": "Había algo acá que sí les importaba, un momento histórico del país en el que se veían muy entusiasmados", dijo.
Recuperar a los adultos mayores
Así como Auth calculó quiénes se sumaron, estimó que 600 mil electores correspondientes a adultos mayores dejaron de participar, algo que se atribuyó principalmente a la pandemia, considerando que los grupos de más edad son los que más incorporado tienen el hábito de votar y correspondían al grupo de riesgo para el virus.
Un ejemplo de este fenómeno se puede comprobar en lo que ocurrió en Navidad, en la Región de O'Higgins. Según un estudio de la Asociación de Municipalidades Chilenas (AMUCh), la comuna tiene un 29% de población mayor de 60 años, el porcentaje más alto del país. En la segunda vuelta de 2017 participó un 53,9% del electorado y en octubre eso bajó a 46,3%.
Esto podría cambiar gracias al plan de vacunación, que ya ha inmunizado al 85% de los mayores de 60 años en todo el país. "Me gustaría ser optimista y pensar que el efecto vacuna va a permitir que las personas tengan menos miedo de votar y contagiarse", menciona la académica de la U. del Biobío, Susana Riquelme. En esto también podría jugar a favor la votación en dos días.
El tipo de elección
En las elecciones municipales de 2016, el 75% del electorado de Vichuquén participó de la votación y también lo hizo el 75% de Cobquecura. En cambio, en la primera vuelta de las presidenciales del año siguiente la participación bajó a un 48% en ambas comunas. Las cifras ilustran un fenómeno que los analistas conocen bien: las comunas más pequeñas y alejadas de la capital votan más en las elecciones de sus autoridades locales que en las nacionales.
"Vamos a ver si la participación es más parecida a la de las municipales, que suele ser baja, o si termina siendo más parecida a una elección nacional o a la misma del Plebiscito"
Mario Herrera
Ocurre lo contrario con las comunas grandes de la Región Metropolitana: en Maipú un 52% del padrón votó en la segunda vuelta presidencial y un 53% lo hizo en La Florida. En las municipales, en cambio, la participación bajó a 27% y 28% respectivamente. Con esos antecedentes y considerando que esta vez el voto va a asociado al nombre de un candidato, se desconoce si la participación se comportará como una elección local o una nacional.
"Hay que ver cuánto interés despierta no solamente el hecho de tener una nueva Constitución sino que también quiénes van a ser las personas que, en definitiva, van a escribirla", comenta el académico de la U. de Talca, Mario Herrera. "Vamos a ver si es más parecida a la de las municipales, que suele ser baja, o si termina siendo más parecida a una elección nacional o a la misma del Plebiscito", comenta.
Elegir nombres
Varios analistas advirtieron en octubre que la participación del Plebiscito no necesariamente sería comparable con otros procesos electorales debido a que existía una diferencia conceptual entre votar por una idea —aprobar o rechazar una nueva Constitución— y elegir un representante, como ocurre en las municipales o parlamentarias.
"Yo tengo una idea previa de que los ciudadanos a veces son espectadores. Puede estar la idea de que ya voté una vez y para qué voy a ir de nuevo, si no me interesa mucho lo que pase después"
Marco Moreno
"Puede ser perfectamente que la gente tenga seguridad de que quiere una nueva Constitución pero que en realidad le dé un poco lo mismo quiénes sean los que la escriban", comenta Herrera. Ese es uno de los temores que surgen de cara al fin de semana: que una parte del electorado crea que su opinión está lo suficientemente representada en el 79% alcanzado por el apruebo, pero que no llegue a convertirse en escaños dentro del órgano que redactará la Carta Magna.
"Yo tengo una idea previa de que los ciudadanos a veces son espectadores: uno está viendo qué es lo que pasa, pero no está interesado. Puede estar la idea de que ya voté una vez y para qué voy a ir de nuevo, si no me interesa mucho lo que pase después", advierte el decano de la Facultad de Gobierno de la U. Central, Marco Moreno. "Esos ciudadanos están mirando lo que pasa, pero siendo espectadores".
