"Preparación para el fin del estado de excepción" y "cambio prudente": Expertos analizan modificación al plan fronteras

A partir del 1 de octubre, comenzarán a regir cambios en el plan "Frontera Protegida" del Gobierno, encabezado por las directrices sanitarias del Ministerio de Salud. Entre las modificaciones, se determinó la apertura de los aeropuertos de Iquique y Antofagasta -que se suman al de Santiago-, y la posibilidad de que extranjeros no residentes puedan llegar al país, siempre que cuenten con la validación de sus vacunas.

El anuncio se realizó en medio de un contexto epidemiológico estable, con un promedio de 400 a 500 casos de covid-19 diarios y con un alto porcentaje de inoculación para la población objetivo, a la que se sumó recientemente el grupo de menores entre 6 y 11 años de edad. No obstante, esta realidad convive con algunos brotes, especialmente en el norte del país, la mayoría de ellos, con contagiados con variante Delta.

Ayer, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, dijo que "hay cerca de mil casos con variante Delta en Chile, obviamente más de un 60% de los casos son comunitarios, por lo tanto, tenemos variante Delta en todas las regiones del país", sostuvo. Por eso, también se continuará aplicando testeos en el los aeropuertos que permitan reforzar el proceso de secuenciación genómica para detectar variantes, como la propia Delta o la Mu, que ya ha registrado casos en el país.

Pero existe otro escenario con el que convive el anuncio a estas modificaciones. El próximo 30 de octubre termina el Estado de Excepción Constitucional, y aunque el Gobierno ha señalado que evaluarán la situación epidemiológica post Fiestas Patrias, varios ministros de Estado han señalado esta semana que hasta ahora no lo ven necesario.

En esa línea, el ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, planteó a Emol que "se está preparando el ambiente para no pedir la renovación del Estado de Excepción Constitucional, por lo tanto aquí hay una suerte de preparación y de prueba, para certificar que el Gobierno no lo va a renovar y creo que con los datos de hoy ya es un hecho". Esto, porque del 30 de septiembre al 1 de octubre "no puede cambiar todo de manera brusca, y desde los datos epidemiológicos que tenemos, no se justifica esta medida", sostuvo.

Para el ex ministro de Salud y decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma, Luis Castillo, la apertura de fronteras progresiva "es una buena medida y ya era el momento", por cuanto se están tomando "los resguardos de seguridad como la exigencia de un certificado de vacunación validado para ingresar al país y el posterior aislamiento".

Misma opinión tiene la doctora Lidia Amarales, ex subsecretaria de Salud Pública y coordinadora de Salud Pública de la Escuela de Medicina de la Universidad de Magallanes. "Me parece bien el pase de movilidad, pero creo que es engorroso, debería ser de una manera un poco más viable en lo que se está planteado". A su juicio, es clave llegar al menos al 90% de la población vacunada para tener alguna seguridad respecto a la protección que se necesita frente al ingreso de la variante Delta y de la variante Mu.

Por eso, dice que es clave avanzar con los rezagados, los niños entre 6 y 11 años recién incorporados y lograr prontamente la autorización de uso de emergencia de las vacunas para menores entre desde los 3 años. "La responsabilidad del Gobierno es lograr estas metas, porque esa es la única manera de poder abrir de esta manera fronteras, entiendo que tenemos una situación económica del rubro turístico, pero necesitamos tener esos avances", puntualizó.

En tanto, para Mañalich "la posibilidad de que las personas puedan salir del país con su respectivo certificado de vacunación y se contagien afuera y luego traigan una enfermedad, es extraordinariamente remota. Esto, porque tanto la gente que ha tenido infecciones y las defensas que adquirieron, así como por la propia campaña de vacunación, ya se ha demostrado que las vacunas son efectivas, incluso para Delta".

Asimismo, quienes deseen entrar al país, también deben presentar una serie de requisitos, como PCR negativo (de máximo 72 horas), testearse en el aeropuerto y hacer aislamiento efectivo de 5 días. Estas medidas, dice el ex titular de Salud, "son una situación bastante tranquilizadora". Esto, porque "es extraño que una persona venga desde un lugar con muy poca vacunación, y tomando todos los resguardos establecidos, la posibilidad de que una persona contagie acá con variante Delta, también es muy remota". Con todos estos antecedentes, plantea que "me parece prudente avanzar" en la apertura de fronteras.

Los brotes en el norte del país, principalmente con variante Delta, requiere para algunos especialistas mirar el escenario de apertura de los aeropuertos de Antofagasta e Iquique como una lección para abordar los escenarios de manera particular. "Hay que ver el país según sus regiones y las diferencias geográficas que existen y las cercanías con nuestros países vecinos, para analizar cómo se está desarrollando allí la pandemia", dice la doctora Amarales.

Para Charlinne Kass, jefa del Departamento de Gestión de Urgencia y paciente Critico del Servicio de salud de Antofagasta y prosecretaria de la Sociedad Chilena de Medicina de Urgencia (Sochimu), "no podemos pensar que en todas las regiones la situación es igual. No tenemos la misma cantidad de médicos o enfermeras, por lo que es importante mantener la precaución". De hecho, hace poco recibieron a un paciente contagiado con la variante Delta con apendicitis, lo que implica implementar protocolos específicos para su intervención.

Según comenta el ex ministro Mañalich, "la variante Delta produjo temor por su contagiosidad, sin embargo, y perdón que use esta expresión, se está comportando como una variante un poquito más buena persona, y con esto apunto directamente a la letalidad. Es cierto que la gente que se contagia, que hay asintomáticos, pero también es menos la que fallece".

Con todo, las ex autoridades y expertos en la materia persisten en el llamado a la responsabilidad de los viajeros, pero también con la respectiva trazabilidad. "No se debe dejar de hacer, sé que es difícil porque requiere mucho personal pero es importante ser más acucioso con los proceso, y cada vez que se detecte un caso Delta o Mu, que el personal en salud esté en conocimiento de eso", plantea Kass.

En la misma línea, el presidente de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (Sochimi), Darwin Acuña, planteó "es muy importante la fiscalización, que se cumplan las medidas asociadas a cuarentena, test PCR y compromiso de las personas que entran y salen del país. Esto, porque siempre hay que estar atentos a la posibilidad de que tengamos un rebrote y una nueva ola, que implique que muchos chilenos enfermen gravemente y puedan fallecer".