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Yarela Gómez y ausencia de alusión a terrorismo en el borrador de Constitución: "Hay materias que derechamente consideramos que no forman parte de este convenio"

La convencional del Frente Amplio sostiene sobre el punto que "la construcción del pacto social (...) implica dejar ciertas materias a ley". Asegura, además, que la percepción ciudadana que mantiene al Rechazo liderando en las encuestas cambiará cuando se conozcan las normas.

21 de Mayo de 2022 | 11:14 | Por Alexandra Chechilnitzky, Crónica Constitucional
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El Mercurio
Yarela Gómez es una de las mujeres fuertes del Frente Amplio. De trabajo silencioso, ha sido una de las encargadas de negociar con los otros colectivos y asumió como vicepresidenta adjunta luego de que renunciara a ese cargo su correligionaria Amaya Alvez. Actualmente, es la única con algún cargo al interior del órgano de su colectivo, que en una primera etapa tenía la vicepresidencia y coordinadores en cinco de las siete comisiones temáticas.

La profesora de Lenguaje y Comunicación estará haciendo trabajo territorial, junto a otros 65 convencionales que no son parte de las comisiones de Armonización, Normas transitorias y Preámbulo. Un trabajo, dice, igualmente difícil, donde los límites son difusos entre una campaña informativa —que afirma impulsar— y el proselitismo.

¿Comienza la campaña por el Apruebo a partir de la próxima semana?

—No. Nosotros estamos desplegados para dar a conocer el borrador de la nueva Constitución y es distinto a la campaña por el Apruebo. Es distinto en el marco de que nosotros seguimos siendo autoridades, tenemos que comunicar lo que está sucediendo (...). Lo que nosotros estamos haciendo es dar a conocer las propuestas de normas constitucionales para que la gente primero las conozca, se informe respecto de ellas y luego emita un juicio y vaya a votar el 4 de septiembre informada. Cualquier campaña del Apruebo parte en el momento en que nosotros dejamos el cargo de convencionales.

¿Cómo sería una campaña del Apruebo?

—Hoy tiene un carácter netamente informativo respecto de los textos que se presentan. No tiene juicio valorativo respecto de ideas ni se enfoca de manera específica en decir cuál es el contenido político detrás o cuál fue la disputa para llegar a esa norma. Lo que estamos haciendo es presentar el texto y decir a qué atiende, por ejemplo, Estado regional (...). Tiene un carácter mucho más informativo respecto de lo que puede ser la campaña del 5 de julio en adelante.

¿Cómo calificaría el borrador de Constitución? ¿Está conforme?

—Creo que es un buen borrador, responde a las demandas sociales, toma temas que nunca antes habían sido atendidos y también hace reenvíos al legislador, que permite que la política del futuro pueda ir estableciendo el marco democrático de sus aplicaciones. Sí, estoy conforme con las normas constitucionales hasta ahora aprobadas.

¿Qué normas destacaría?

—La principal y, de hecho, una de las que más se disputaron, fue el Estado social y democrático de derecho. Eso viene a reemplazar el carácter subsidiario del Estado. Y, por cierto, todas aquellas que tienen que ver con derechos sociales, creo que son demandas muy sentidas y que hoy tienen un encauce constitucional; y el Estado regional creo que da respuestas de manera efectiva a la descentralización que se ha venido solicitado ya hace muchísimos años y ha sido un proceso lento. Hoy, con el Estado regional podemos también democratizar el poder.

¿Hay alguna norma que no le guste?

—Hubiese profundizado quizás en la noción de ciudadanía y de nacionalidad. Se da un giro importante respecto de lo que tenemos en la actual Constitución, pero el primer informe sobre esta materia que salió al pleno considero que era vanguardista en términos comparativos. Quizás me hubiese gustado mantener un poquito más una línea hacia allá; sin embargo, no tengo objeción de fondo con ninguna de las normas hasta ahora consagradas en el borrador.

Es un borrador extenso, con 499 artículos; sin embargo, hay temas que no están, como alguna alusión al terrorismo, por ejemplo. ¿Por qué ocurrió eso?

—La construcción del pacto social y del proyecto de sociedad que nosotros vinimos a forjar con esta nueva Constitución creo que también implica dejar ciertas materias a ley. Y también hay otras materias que derechamente consideramos que no forman parte de este convenio, por ejemplo, consagrar el terrorismo constitucionalmente. Desconozco cuál es la experiencia comparada en eso, pero a mí me parece que no es necesario. Darle un giro en positivo, es decir, vamos a consagrar la seguridad, por ejemplo, vamos a hablar del derecho al territorio o el derecho a la ciudad, esos son elementos que nos van generando mejores perspectivas de la sociedad que queremos construir. Yo creo que por eso hay elementos que hoy no están considerados dentro de la propuesta constitucional.

Convencionales han dicho abiertamente que mediante las Normas transitorias o en Armonización intentarán reponer artículos que fueron rechazados en el pleno, ¿está de acuerdo con eso?

—Las expectativas que pueda tener cada convencional respecto de estas comisiones, a mi parecer, atienden justamente a expectativas personales. Nosotros nos dimos un lato trabajo de tres meses en la construcción de un reglamento, donde se establecieron claramente las funciones de armonización. Hemos construido también una comisión de transitorias y esas funciones están delimitadas. Cualquier interpretación que se quiera realizar de ellas requiere los dos tercios de consenso, por tanto, no sé si es posible colocar estas materias de manera unilateral o porque exista un sentido mayoritario, porque nuestro quorum es muy alto como para poder establecerlo de esa manera.

¿A qué atribuye el crecimiento del Rechazo en las encuestas?

—A mi juicio, lo que las encuestas están mostrando es, por una parte, el desconocimiento de las normas propiamente tal y también cómo se evalúa el proceso, la Convención, en torno a individualidades. Se han visibilizado muchas especificidades que no responden a la construcción colectiva, y esas especificidades son las que finalmente quedan en la retina de la sociedad y hacen que tenga una mala apreciación no de las normas, porque recién tenemos el borrador, sino que en general de la Convención. (...) Tengo toda la confianza en que con el borrador ya listo, la gente va a empezar a conocer las normas y va a poder revisar si efectivamente van en la línea de lo que esperaban respecto del proceso, de si solucionan o no esos problemas cotidianos. Yo creo que ahí va a cambiar la percepción.

Se supo la semana pasada que el convencional Jaime Bassa (Frente Amplio) impulsa la convocatoria de expertos para que un comité asesore a Armonización y Normas transitorias. ¿Por qué se hace esta convocatoria en este momento?

—Entiendo que cada convencional puede convocar a expertas y expertos para ser apoyados en distintas materias. Es lo que se ha venido haciendo hasta ahora y me parece que ese es el marco en el que el convencional Bassa está funcionando. Sin embargo, la mesa directiva lo que ha establecido, y es lo que se ha venido haciendo, es que se reciben insumos de la ciudadanía en general y, en esos términos, son puestos a disposición de las y los convencionales para poder discernir respecto de ellos, discutirlos, tomar posición.

¿Es partidaria de sumar expertos ahora? Podría ser visto como una estrategia para blindar el proceso...

—El trabajo de la Convención siempre ha tenido visiones expertas que han contribuido, ya sea por llamado de otros convencionales o por la propia convocatoria del proceso en el que estamos. Aquí no hay espacio de exclusión ni de censura de manera diaria. Incluso hemos recibido durante todo el proceso correos, informes, análisis de las normas, de las propuestas y no veo por qué ahora sería distinto respecto de este proceso que también es crucial.
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