"El Presidente está conforme", fue la frase que se repetía ayer entre miembros del Gobierno y los líderes políticos del oficialismo que tuvieron oportunidad de conversar con Gabriel Boric, quien recibió con optimismo el cierre de las extensas negociaciones que permitieron abrir un nuevo proceso constituyente.
El Mandatario dio cuenta de ello a primera hora de este martes en La Moneda, cuando tras recibir el texto definitivo del pacto de parte del presidente del Senado, Álvaro Elizalde, y su par de la Cámara de Diputados, Vlado Mirosevic, expresó su satisfacción con el resultado, pese a que este representó un retroceso en la postura de su bloque.
Tras ser consultado por su opinión por la inclusión de expertos electos por el Congreso Nacional en el órgano que redactará la nueva Constitución, punto que era resistido tanto por el jefe de Estado como por los partidos de Apruebo Dignidad, Boric respondió que
"yo valoro el acuerdo al que se ha llegado".
"Creo que es importante que acá hay un aprendizaje de los procesos anteriores en donde el órgano que tiene la soberanía es un órgano 100% electo, en donde el rol de los expertos va a cumplir un rol de asesoría y acompañamiento del proceso y en donde confío, también, en la buena fe para arribar a acuerdos", afirmó.
Asimismo, el gobernante reconoció que "ustedes saben cuáles son las posiciones que cada sector defendió en este proceso que, como todos saben, fue difícil. Y para poder arribar a una nueva Constitución todos, en algún momento, tuvieron que ser capaces de moverse de sus posiciones originales".
Con todo, ayer se le vio de buen ánimo durante las actividades públicas que sostuvo. Tras la cita con los líderes de las dos ramas del Parlamento, cruzó a la Plaza de la Constitución para visitar una feria navideña, en donde se fotografió sonriente junto a algunos de los asistentes. "Está tranquilo por el acuerdo", comentaron en su entorno.
Sin embargo, no todo es tranquilidad para el Presidente y los partidos que lo apoyan. Y es que más allá del rechazo inicial a la presencia de los expertos,
la gran preocupación que tienen es la próxima elección de consejeros constitucionales, la cual de acuerdo al itinerario fijado en las negociaciones debiera ocurrir en abril del próximo año.
"Si la elección fuera hoy, perderíamos por paliza", comentó ayer en privado un líder oficialista, quien reconoció que esa inquietud es compartida por Boric, considerando el aplastante triunfo que obtuvo el Rechazo en septiembre pasado y que temen podría repetirse de alguna forma si no adoptan una estrategia electoral efectiva.
Según señaló una fuente del sector a este medio, las proyecciones iniciales no son auspiciosas, sobre todo considerando el formato en el que se desarrollarán los comicios, que es el mismo con el que se elige a los senadores. De acuerdo a los cálculos, la centroderecha podría obtener sin problemas la mitad del órgano redactor.
Ese aspecto, sumado a la baja aprobación del Ejecutivo y la crisis económica, aumenta las aprensiones del bloque, cuyos dirigentes aún están evaluando las opciones de competir en una sola lista electoral, con miras a no dividir la votación de la centroizquierda y evitar una catástrofe electoral como la de hace tres meses.
Otras reacciones al acuerdo
En la jornada de este martes, también surgieron otros reparos que van en línea con la preocupación por el peso que obtendrá el oficialismo en el Consejo Constitucional, como el perfil que tendrán los 24 expertos que serán elegidos por el Congreso para participar en el proceso de elaboración de la nueva Carta Fundamental.
Al respecto, el secretario general del PC, Lautaro Carmona, comentó en Cooperativa la posibilidad de que en esa selección se considere a dirigentes sindicales "con probada capacidad en la tarea pública, que demuestren, más allá del estudio, un compromiso", apuntando a la necesidad de ubicar a figuras cercanas a la izquierda en la instancia.
"Creo que habrá muchos dirigentes sindicales", dijo, junto con adelantar que su colectividad redactará una indicación para que ellos "tengan la posibilidad de ser incorporados en la propuesta". De lo contrario, advirtió,
"me parecería una discriminación a priori sin ningún sentido".
Otro tema que fue parte de los análisis fueron las críticas que realizaron algunos ex convencionales de izquierda al acuerdo, lo cual fue recibido con molestia tanto en la Moneda como en el oficialismo, donde defendieron el contenido del pacto pese a que en este tuvieron que ceder en buena parte de sus pretensiones.
Por ejemplo, Cristina Dorador criticó la designación de expertos, señalando que "no es tan difícil predecir las universidades, ciudad y colegios de donde vendrán los ungidos. Tampoco es difícil de predecir que la constitución ecológica será testimonial y se fomentará un extractivismo lavado de verde musgo".
En tanto, la ex representante mapuche, Natividad Llanquileo, sostuvo que con la nueva fórmula "pierden los independientes. Es decir, pierde la mayoría. Los partidos tomaron el control". Mientras, Jorge Baradit indicó que "los 12 puntos del acuerdo ya es una Constitución, escrita por partidos y movimientos de derecha. Amarraron todo".
Ante ello, en el oficialismo recordaron que "la derecha tenía el sartén por el mango", destacando que conseguir un órgano 100% electo, con expertos que no tendrán derecho a voto, "es un gran logro". Según los dirigentes, aquellos ex miembros de la fallida Convención aún no están conscientes de la abrumadora derrota electoral del 4S.
En ese sentido, el Presidente Boric y los negociadores, según fuentes del sector, coincidieron en que el pacto fue "el mejor acuerdo que podían tener", ya que existe coincidencia en que no se podían "farrear esta segunda oportunidad. Es decir, era esto o seguir con la Constitución de Pinochet".
