Irreversible y con rápido avance. Ese es el escenario al que se enfrenta actualmente Chile respecto al envejecimiento, el que abre desafíos relevantes para las instituciones y organismos públicos respecto a la planificación de un país que en sólo cuatro años más podría entrar a una etapa "muy avanzada" de envejecimiento poblacional.
El viernes, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) presentó la conferencia "Transición demográfica y envejecimiento de la población en Chile", a cargo del sociólogo y analista demográfico de la institución, Felipe Rojas. En la instancia se respondió una de las principales dudasen la materia:
¿Cuándo hablamos de que la "población envejece"?
Según detalló Rojas, esto ocurre cuando el incremento de la proporción de las personas mayores, es decir, cuando el porcentaje de personas mayores va constituyendo cada vez un número mayor.
En el caso de Chile, el INE considera la sugerencia del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) y se considera en este grupo a quienes tienen de 60 años en adelante. Las de tercera edad, serán entre 60 y 79 años, y de la cuarta edad, serán quienes tiene 80 años y más.
En la actualidad, Chile se encuentra en una etapa avanzada de envejecimiento demográfico, junto con Argentina y Trinidad y Tobago, con tasas globales de fecundidad de 1,73 hijos por mujer y un porcentaje de personas mayores entre el 15% y el 17% del total de la población.
De hecho, Rojas plantea que el país está "muy próximo a entrar a la etapa muy avanzada de envejecimiento", donde se sitúa Uruguay, Barbados y Cuba, que tienen porcentaje de personas mayores superior al 20%.
Proyecciones
Según datos del INE, si en 1992 el grupo de personas y más equivalía al 9,2% de la población, para el año 2022 dicha proporción aumenta al 18,1% (equivalente a cerca de 3,6 millones de personas mayores, de las cuales el 55,4% corresponde a mujeres y el 44,6% a hombres).
De hecho, para el
año 2024, la proporción de personas mayores superaría al porcentaje de personas menores de 15 años.
En tanto, para el año 2026, las personas de 60 años y más superarían el 20%, lo que significaría que el país entraría en una etapa "muy avanzada" de envejecimiento poblacional.
Para el año 2045 se espera que las personas mayores dupliquen a las personas menores de 15 años, mientras que en 2050, casi un tercio de la población total del país (32,1%) serían personas mayores (cerca de 6,9 millones de personas), de las cuales cerca de 2 millones tendrían 80 años o más (28%), es decir, también hay un aumento de la "cuarta edad".
Envejecimiento por regiones
El INE tomó como referencia el porcentaje de la población de personas mayores que había por cada región en 2002 y la proyectó hacia 2035, la que muestra importantes saltos en todas las regiones, con sólo dos que se mantendrían bajo el 20%: Tarapacá, que hace dos décadas tenía una población mayor de 8,3% y pasaría a 17,1%, y Antofagasta, que en 2002 registraba 8,6% y pasaría a 17,5%.
Todas las otras regiones pasarían a la etapa "muy avanzada" de envejecimiento, por superar el 20% de población mayor. Así,
Arica y Parinacota pasaría de un 10,2% en 2002 a 22,3% en 2035.
En tanto, la región de Atacama pasaría de tener un 9,8% de la población mayor a un 22,7% en 2035; en tanto Coquimbo, pasaría de un 11,8% a un 25,7%; la Región Metropolitana, de un 10,8% a un 22,2%; Valparaíso, de un 13,2% a un 27,9%.
La región de O'Higgins pasaría de un 11,2% en 2002 a un 28% en 2035; el Maule, de un 11,4% a un 27,9%; Ñuble, de un 12,5% a un 31,4%; el Biobío, de un 10,7% a un 27,4%; La Araucanía, de un 12,1% a un 27,6%; Los Ríos, de un 12,1% a un 28%; Los Lagos, de un 11% a un 26,9%.
En tanto, la región de Aysén pasaría de un 8,6% de su población mayor a un 23,4%; y Magallanes, de un 11,5% a un 23,9%. Así, a nivel país, si para el 2002 la población mayor representaba el 11,2%, para el 2035 será de 24,6%.
Frente a estos indicadores, Rojas explicó que el comportamiento por región también se debe observar en relación a variables que van más allá de la fecundidad y la mortalidad, puesto que "también está en juego la migración o el mercado laboral entre regiones que es bastante distinto".
Desafíos
El envejecimiento poblacional abre una serie de desafíos para las insittuciones. En primer lugar, será necesario pensar en distribuir de otra forma los recursos: si hace algunas décadas la fuerza estaba invertir en edcación inicial o pediatría infantil, parte de esos recursos -u otros nuevos- también deberán destinarse a políticas de cuidado de personas mayores o geriatras.
Pero este comportamiento también obliga a la adaptación de la infraestructura de las ciudades, de modo que sean más amigables con las personas mayores.
El envejecimiento, propone el INE, también implica redefinir las funciones de los miembros de las familias respecto al mercado laboral, mientras que el Estado "deberá impulsar medidas en el corto, mediano y largo plazo" en esta materia, como el fortalecimiento del sistema de protección social, de pensiones, de salud y cuidados en general.
