En medio de un panorama penitenciario marcado por la sobrepoblación, distintos actores ligados al sistema de justicia realizaron un diagnóstico respecto de la realidad al interior del penal Santiago I. "He llegado a la convicción que, al igual que en la mayoría de los recintos carcelarios del país, la gobernanza penitenciaria está absolutamente sobrepasada, no existiendo ningún sentido de urgencia para tomar las medidas necesarias para imponer el orden y seguridad interna", señala Fernando Guzmán, juez del Primer Juzgado de Garantía de Santiago, quien ha realizado visitas extraordinarias al recinto. Mientras que Pablo Aranda, jefe nacional de Estudios de la Defensoría Penal Pública, asegura que "hay un nivel de hacinamiento altísimo. El otro día estuve en Santiago I y había 4.950 internos, en una cárcel que fue diseñada para cerca de 2.600". Comparte el diagnóstico el presidente de la Asociación Nacional de Oficiales Penitenciarios, coronel Mario Benítez: "A medida que crece la población penal, no crece en la misma proporción la cantidad de funcionarios y se puede observar que hay un funcionario para cerca de 200 reos".