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"Todo ser humano es persona": Las miradas sobre Chile Vamos y el "desmarque" parcial con Republicanos en el Consejo

La norma -que tenía el apoyo de la oposición- obtuvo 29 de los 30 sufragios que necesitaba para avanzar. Los consejeros Gloria Hutt (Evópoli), Edmundo Eluchans (UDI), Germán Becker (RN) y Lorena Gallardo (RN), se abstuvieron en la votación.

18 de Septiembre de 2023 | 17:06 | Por Javiera Riquelme, Emol.
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Expertos analizan la votación del viernes en el pleno del Consejo Constitucional que terminó con el rechazo al inciso primero del artículo 1 que incluía que "todo ser humano es persona".

El Mercurio
¿Una estrategia? ¿Una señal? A ojos de expertos, hay distintas formas de entender la votación del viernes en el pleno del Consejo Constitucional que terminó con el rechazo al inciso primero del artículo 1 que incluía que "todo ser humano es persona".

Y es que, como ha trascendido, se esperaba que la materia avanzara con los votos de la oposición, pero hubo cuatro abstenciones de Chile Vamos -Gloria Hutt (Evópoli), Edmundo Eluchans (UDI), Germán Becker (RN) y Lorena Gallardo (RN)-, las que provocaron que la norma se cayera. El hecho generó molestias en algunos representantes del propio bloque -que sí aprobaron la idea-, al igual que en el Partido Republicano, que era promotor de aquella redacción.

Cabe recordar que este tema había sido ampliamente debatido porque la izquierda acusaba que añadir al inciso que "todo ser humano es persona" implicaría el riesgo inminente de declarar inconstitucional la ley de aborto en tres causales. De hecho, en conversación con Emol, algunos de los consejeros que se abstuvieron argumentaron que tomaron la decisión porque no están de acuerdo con que se derogue esa ley.

En concreto, se rechazó entonces, el siguiente texto: "La dignidad humana es inviolable y la base del derecho y la justicia. Todo ser humano es persona. Las personas son libres e iguales en dignidad de derechos. Su respeto y garantía es el primer deber de la comunidad política y de su forma jurídica de organización". Esto, ya que se necesitaban tres quintos (30 de los 50 consejeros) para aprobar el inciso como tal, pero hubo 29 votos a favor, 17 en contra (oficialistas) y cuatro abstenciones.

En cambio, se aprobó con 50 votos a favor lo estipulado en el anteproyecto: "La dignidad humana es inviolable y la base del derecho y la justicia. Las personas nacen libres e iguales en dignidad de derechos. Su respeto y garantía es el primer deber de la comunidad política y de su forma jurídica de organización".

Juan Pablo Araya, docente de la carrera de Administración Pública de la Universidad de O'Higgins (UOH), realizó, en primer lugar, un análisis general: "Luego de las últimas votaciones de mayo para conformar el Consejo Constitucional, republicanos tuvo una victoria aplastante y, por otro lado, Chile Vamos quedó muy debilitada dentro de la oposición. Desde ese momento hasta ahora, Chile Vamos ha mostrado una posición más bien ambigua y débil y, por sobre todo, muy condicionada por la acción de los republicanos en el Consejo".

Básicamente, agregó, "Chile Vamos ha jugado este rol de ambigüedad por el temor a que sus votantes se sientan atraídos por el discurso más radical de republicanos, y es por esta misma razón, que el inicio de las votaciones en el pleno era un momento clave para saber con mayor claridad cuál sería la posición que Chile Vamos iba a tomar como bloque: sumarse a republicanos en todas sus votaciones o intentar mostrar una posición más independiente marcando las diferencias".

Tras lo ocurrido, sostuvo que "parece ser que la estrategia de Chile Vamos es avanzar junto a republicanos en materias de diseño político institucional donde comparten visiones como el rol del Estado, los derechos de propiedad, el ordenamiento económico, pero, por otro lado, intentar desmarcarse de aquellas normas redactadas para satisfacer a las bases electorales más radicales en torno al Partido Republicano".

"Al parecer Chile Vamos quiere jugar un rol tratando de atenuar estas normas creadas más en clave identitaria que, en estricto rigor, favorecerían mucho más al votante republicano que al que representan los partidos de Chile Vamos. Sin embargo, y pese a que incomoda bastante a los republicanos, es una señal más bien tímida y ambigua por parte de Chile Vamos", añadió y puntualizó que "es entendible este titubeo de Chile Vamos, ya que tiene el temor de que parte de su electorado pueda radicalizarse en las próximas elecciones municipales y presidenciales, y apoyar con mayor fuerza al Partido Republicano y a José Antonio Kast".

Para Mario Herrera, académico e investigador del Centro de Análisis Político (CAP) de la Universidad de Talca, lo que ocurrió el viernes "es el reflejo de una estrategia de Chile Vamos de mostrar que tiene en disputa dos conceptos de derecha: uno que mira el triunfo de los Republicanos en la elección de Consejeros como una señal de éxito a través de mantener firme las convicciones y la identidad de la derecha. Mientras que otros se ajustan a la estrategia tradicional de los acuerdos buscando entablar el diálogo y la negociación para construir mayorías".

"El miedo a la competencia entre el falso y el auténtico con Republicanos, puede hacer que en el Consejo voten alineados con el Gobierno, como un intento también por demostrar que no son un buzón de republicanos, sino que las posibilidades reales de que se apruebe el texto pasan por no cometer los mismos errores de la Convención. Es decir, escribir desde la trinchera ideológica. En el futuro, es probable que la situación se repita, a menos que los republicanos opten por un camino similar".

Tomás Duval, analista político y académico de la Universidad Autónoma, apuntó a que "la principal señal dada por algunos consejeros de Chile Vamos es, primero, que la Constitución no puede ser partisana y, lo segundo, es que para ello se necesita diálogo y acuerdos con todos los sectores de manera de construir mayorías amplias. Algo que el PS y los no neutrales no hicieron en el pasado proceso".

Ello, dijo que "sin duda tensiona fuertemente a las fuerzas opositoras, pero constituye una llamada de atención a la mayoría republicana en el sentido que no hay aplanadora posibles, ni menos sin acuerdos. Si las señales se leen de forma adecuada podrían darse acuerdos amplios en muchas materias del texto constitucional en construcción. En ese sentido, la responsabilidad mayor se encuentra en los republicanos puesto que tiene el presidente para construir o bloquear".
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