Tres casos en menos de una semana. Las alertas de las autoridades están puestas en los secuestros que han remecido los últimos días la seguridad en el país.
La semana pasada fue el caso del empresario Rudy Basualdo en Rancagua, y entre sábado y domingo se sumaron dos nuevos en Tarapacá.
En dos de ellos las familias pagaron por el rescate. Entre 40 a 60 millones por el empresario, y 10 por uno de los casos del norte.
Hoy, el fiscal nacional,
Ángel Valencia, sostuvo que "es un desafío que probablemente a ese nivel de sofisticación y complejidad no habíamos enfrentado, pero estoy seguro que vamos a poder ir perfeccionando cada vez mejor nuestro protocolo".
Los casos
En el caso de Rudy Basualdo, los secuestradores contactaron a la familia y exigieron un rescate. Esto, un poco después de asaltar la empresa de la víctima y obligarlo a entrar en el maletero de un automóvil.
Cuando huían, tres de ellos fueron detenidos: dos venezolanos y un colombiano, de 23, 25 y 26 años, respectivamente.
Los imputados fueron formalizados y quedaron en prisión preventiva. Luego de 35 horas, y cerca de las 3 de la mañana del viernes, fue liberado por sus captores en Nancagua. Ahí, de acuerdo a información policial, le pidió a una persona que llamara a Carabineros y diera aviso de su paradero.
Mientras que en los últimos días fueron registrados dos secuestros en la Región de Tarapacá. En el primero, la víctima fue un hombre que a la salida de una céntrica discoteca, a las 3:50 horas del viernes, fue recogido por un supuesto chofer de aplicación de transportes, pero tras unas cuadras de iniciado el viaje, subieron otros tres individuos al auto. Los secuestradores lo tuvieron retenido al sur de la ciudad, donde llamaron a familiares para pedir un rescate.
"Le piden al padre de la víctima, que se encontraba en Colchane (...). Él les dijo que no tenía el dinero y que se debía encomendar a Dios, y le responden: 'Lo haremos dormir en Dios, entonces' y cortaron, tras lo cual fue a interponer la denuncia", relató el fiscal (s) del Tamarugal, Milton Torres, en la audiencia de formalización.
Los captores realizaron cinco llamados extorsivos desde las 6:00 horas hasta las 20:53 horas del viernes, también a la pareja de la víctima. "Le hicieron una videollamada donde mostraron a su pareja de rodillas mientras lo golpeaban y le tenían pistolas en la cabeza", dijo Torres.
La pareja de la víctima, siguiendo las instrucciones de los captores, procedió a colocar los diez millones al interior de una bolsa plástica y dejarla afuera de su domicilio.
La víctima llegó a su domicilio por sus propios medios, registrando lesiones en cabeza, rostro, torso y extremidades, catalogadas como menos graves. Esto, en medio de las diligencias investigativas.
Personal de Carabineros detuvo a los imputados, quienes quedaron bajo la medida cautelar de prisión preventiva.
Cerca de las 11:00 horas se registró una segunda denuncia por secuestro, esta vez presentada en la Tercera Comisaría de Alto Hospicio.
Según el ente persecutor, la víctima acordó reunirse con el imputado E.K.O.M., a quien un amigo se lo había recomendado para hacer un trabajo. Cita que se concretó aproximadamente a las 19.30 horas del viernes, en un servicentro de la comuna de Alto Hospicio.
Así, la víctima se subió al asiento trasero del vehículo que conducía B.P.A.R., y en cuál también iban L.D.A.G. y E.K.O.M. De esta forma, el grupo tomó rumbo a Pozo Almonte, sin embargo, cambió de rumbo y se devolvió a Alto Hospicio.
En ese momento, E.K.O.M. amenazó a la víctima con un arma e irrumpió desde el portamaleta del automóvil, el imputado L.A.R.R., quien tomó por detrás al afectado, lo amenazó con un arma y le propinó diversos golpes, dejándolo en el suelo del automóvil.
Fue recién a las 10:45 horas del sábado que la hermana de la víctima denunció los hechos ante Carabineros, pero la investigación fue asumida por la Policía de Investigaciones (PDI), cuyo personal estableció que los secuestradores se encontraban posiblemente en el sector de la costa, por lo que se dirigieron por la Ruta A-1, logrando divisar alrededor de las 16 horas, una camioneta estacionada cerca del sector Los Verdes con las puertas abiertas y sujetos en su interior.
Al percatarse de la presencia policial, los imputados intentaron huir, pero dos fueron capturados por la policía y los otros dos en un sector rocoso con el apoyo de personal de la Armada. La víctima se encontraba adentro de la camioneta amarrada, amordazada y con un pasamontañas cubriéndole la cabeza.
En este caso, todos los imputados quedaron bajo la medida cautelar de prisión preventiva.
Modus Operandi
En diálogo con El Mercurio, el director de Crimen Organizado de la Fiscalía Nacional, Ignacio Castillo, dice que "este fenómeno (secuestro) a nivel internacional es conocido como una actividad predatoria del crimen organizado. Porque no implica intercambio de bienes o servicios como los tráficos (drogas, armas, personas), sino que mediante una coacción logra una ganancia ilícita. A nivel latinoamericano es bastante conocida y consiste básicamente en privar de libertad a una persona para lograr un pago". Se trata de un crimen grave, agrega, que en Chile tiene una "penalidad muy alta y que debe ser sancionado con la mayor rigurosidad".
Sobre el caso en particular, añade que es un delito "clásico del crimen organizado, en que se priva de libertad a una persona con el único fin de obtener una ganancia, sin que esta forme parte de una organización rival, ni tampoco como un acto de control territorial".
También aborda la posibilidad de la propagación del secuestro extorsivo. Explica que "la gravedad de este caso, evidentemente, genera preocupación en la ciudadanía (...). La propagación de este tipo de delitos —y en general, de la criminalidad organizada— depende de las posibilidades que tengamos como Estado de frenar estas actividades criminales con el trabajo mancomunado e intergerencial de todas las instituciones involucradas, con seriedad y firmeza. Y muestra de ello es que hemos realizado diversas reuniones y planes de acción".