A la espera de la definición que tomará la ex Presidenta
Michelle Bachelet, su nombre sigue ganando terreno en las encuestas. Mientras que en el oficialismo analizan las implicancias que su eventual candidatura a La Moneda tendrá en el panorama político.
En ese contexto, algunos diputados han planteado que una tercera postulación de la ex Mandataria implicaría la derrota de toda una generación de políticos que no fueron capaces de instalar un liderazgo competitivo que sea capaz de pelear por la banda presidencial.
La tesis apunta a que toda una generación, aquella entre Bachelet y el Presidenta Gabriel Boric, "se perdería". Algo que algunos creen se aplicaría precisamente, por ejemplo, a la ministra del Interior, Carolina Tohá, cuya postulación sigue en duda y todo parece indicar que depende de la decisión de la ex Presidenta.
El diputado Marcos Ilabaca (PS), expresó que esto "sería una tremenda derrota en términos generacionales y una tremenda carga para una mujer que ha entregado toda su vida al servicio público".
"Si la Presidenta Bachelet vuelve a ser candidata, la generación entre Boric y ella es la gran derrotada, ya que no fue capaz de levantar un líder para alcanzar la Presidencia", dijo el diputado Jaime Naranjo.
La mirada de los expertos
La premisa es compartida por varios expertos. Al respecto, el director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo, Gonzalo Müller, comentó que "es evidente que si la ex Presidenta Bachelet vuelve a ser candidata hay varias generaciones que ven pasar su oportunidad. Lo mismo ocurrió con la irrupción del actual Presidente Boric en su época de candidato, que se dijo que jubilaba a varias generaciones".
De este modo, Müller coincidió en que "la ministra Carolina Tohá es la más perjudicada con el fantasma de una nueva candidatura de la ex Presidenta. Porque el partido socialista no la va apoyar como era esperado, mientras Michelle Bachelet no despeje su propia decisión.
Queda la sensación de que la actual ministra del Interior es más un plan B y no una candidata buscada como Bachelet".
El académico de la Universidad Autónoma, Tomás Duval, indicó que "quizás la gran paradoja de esta generación 'perdida'. es que el año 2022 luego plebiscito constitucional tuvo el poder, como diría alguien 'el sartén por el mango' para constituirse en una alternativa solida y con proyección política, pero en miras a la posibilidad de nueva postulación de la ex Presidenta Michelle Bachelet, pareciera que no van protagonizar la política ni sus proyecciones".
"Con todo, los espacio políticos no se heredan, se requiere acciones y tampoco han estado ausentes en protagonizar en ciertos momentos la política ( Carolina Tohá, Claudio Orrego y Daniel Jadue), pero la sola mención de la repostulación de Bachelet indica que al parecer esta generación ya no es alternativa del futuro menos teniendo en consideración que otra generación de izquierda hoy día gobierna y proyecta liderazgos al futuro como el Presidente Boric y alcalde Vodanovic", aseveró Duval.
"La posible candidatura de Michelle Bachelet abre un dilema profundo sobre el estado del recambio generacional en Chile. La afirmación de los diputados Ilabaca y Naranjo sobre una 'generación perdida', no es menor: Su argumento subraya la incapacidad de los liderazgos intermedios para consolidar una oferta electoral propia, quedando relegados entre dos polos, la vieja guardia concertacionista y la nueva camada del Frente Amplio. Esto no solo es un síntoma de falta de renovación interna en los partidos tradicionales, sino también de una crisis de confianza en sus liderazgos para articular un proyecto político con posibilidades reales de gobierno", precisó el académico de Faro de la Universidad del Desarrollo, Miguel Ángel Fernández.
No obstante, Fernández cree que el análisis es también estructural. De este modo, comentó que "la política chilena ha estado atrapada en un péndulo entre figuras carismáticas que han marcado hitos presidenciales y una inercia institucional que dificulta la emergencia de nuevos liderazgos. En este contexto, la candidatura de Bachelet no solo refleja un 'vacío generacional', sino que también señala la fragilidad de quienes deberían haber tomado la posta en la centroizquierda tras la disolución de la Concertación y la Nueva Mayoría".
"En cuanto a la generación de la ministra Carolina Tohá, el problema es aún más crítico. Si bien Tohá representa una generación bisagra entre la Concertación y el Frente Amplio, su sector no ha logrado consolidar una figura presidencialmente viable. El dilema aquí es doble: Por un lado, la generación de Tohá tuvo su oportunidad en gobiernos previos, pero no generó liderazgos de recambio con la fuerza suficiente para desafiar a los extremos políticos; por otro, la llegada de Boric y el Frente Amplio desplazó cualquier posibilidad de que su generación pudiera proyectarse con naturalidad en la Presidencia", sostuvo.
"Además de una generación 'derrotada', el fenómeno refleja la incapacidad de un sector político para articular un ciclo de renovación efectivo. Si Bachelet regresa como candidata, no solo será un regreso de su figura, sino también una constatación de que las generaciones siguientes no lograron consolidar alternativas competitivas dentro de su propio espacio político", recalcó Fernández.
Una opinión distinta expresó el analista político Germán Silva, quien dijo que "no hablaría de generación perdida, porque no se puede medir solo por la Presidencia. Es una generación que tuvo protagonismo político clave durante la dictadura y luego en el Parlamento y los gobiernos de la Concertación. Sin embargo creo que sería una gran derrota de la centro izquierda por su incapacidad de generar liderazgos de reemplazo y seguir dependiendo de figuras como Bachelet".
Con ello, Silva apuntó que "el drama es transversal en las dos coaliciones que se han disputado el poder desde 1990. Evelyn Matthei pertenece a la misma generación de Bachelet (…) y si Piñera no hubiera muerto no me extrañaría que este año tendríamos la disoluta Piñera / Bachelet".
Para Alejandro Olivares, académico de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile, "es difícil, en general los espacios en política se ganan con trabajo territorial y votos en elecciones internas de partidos que permiten competir a nivel ciudadano. No sé trata de una empresa en la cual padres nombran a hijos como gerentes y después estos hijos asumen como controladores".
A su juicio, "si las generaciones políticas intermedias no han podido mostrar liderazgos con opciones presidenciales no es culpa de Bachelet ni de Naranjo (diputado, senador y otra vez diputado) es que no han logrado convencer en sus partidos. Y tampoco han logrado que la ciudadanía los apoye con fuerza como para imponerse sobre los partidos".