Para las 09:00 horas de este martes está programado que comience el desalojo de la toma
Edén de Lajarilla en Viña del Mar. En total, son
87 las familias que deben desocupar el terreno ocupado ilegalmente.
Las autoridades están preparadas. El delegado presidencial regional, Yanino Riquelme, señaló ayer en la tarde que "como delegación, hemos realizado todas las coordinaciones, tanto con los equipos municipales como con el resto de los servicios públicos involucrados en este proceso. Esto con la finalidad de garantizar la seguridad pública, el resguardo de los protocolos y los derechos humanos de quienes habitan en dicho asentamiento. Cabe destacar que este terreno
corresponde a una propiedad privada, el cual su dueño no está dispuesto a vender".
Y hasta última hora los pobladores buscaron una nueva prórroga. Presentaron una acción judicial en la Corte de Valparaíso, la que decretó no dar ha lugar lo requerido y continuar con los programado.
El 19 de febrero la misma Corte ya les había dado una extensión. En primera instancia el desalojo
era el 22 del pasado mes, pero se tomó la decisión ante la solicitud de Carabineros por el poco contigente policial que se iba a tener a propósito de los dispositivos por el Festival de Viña del Mar. Y ahí se fijó hoy como fecha.
El tema de los desalojos ha sido un dolor de cabeza para el Gobierno. Este caso de Lajarilla se suma al de la megatoma de San Antonio, donde se dispuso aplazarla en 6 meses la acción.
Interiormente también ha habido fuego amigo. El
Partido Comunista, colectividad de la que es militante el delegado Riquelme, ha calificado que "el desalojo es una práctica punitiva contra las familias y personas en toma, criminalizándolas por ocupar sitios eriazos".
Presionaron con que "el déficit habitacional no se soluciona con el desalojo. Históricamente, las empresas inmobiliarias han negociado exitosamente con el Estado y/o con las familias que han ocupado sus terrenos improductivos", y recordaron que las "poblaciones emblemáticas de Viña del Mar, Valparaíso y de todo el país han surgido de esos procesos".
Cómo es la toma
La toma Edén de Lajarilla está ubicada en el sector de Reñaca Alto, y sus terrenos pertenecen al empresario José Massú, y tienen un valor fiscal cercano a los $146 millones, sin embargo, el valor comercial podría llegar al doble, bordeando los $300 millones.
Son dos las parcelas -de una hectárea cada una- las que ocupan desde hace tres años unas 87 familias, que suman, aproximadamente, 450 personas. A diferencia de la toma de San Antonio, y según dijo el propio abogado de los pobladores, Gustavo Burgos, a Mega, la mayoría de personas son extranjeras y sólo el 20% serían chilenos.
