Incomodidad han generado los dichos del economista Oscar Landerretche en el oficialismo, especialmente en el Frente Amplio y el PC, en especial por la reapertura de varias interpretaciones asociadas a la "violencia".
En medio de la campaña electoral, el Gobierno ha instalado el discurso de haber tenido la capacidad de brindar "gobernabilidad", poniendo en contraste lo que ocurrió en la administración anterior, pero sin considerar la serie de factores de desestabilizaron esos procesos entre 2019 y 2022. Uno de ellos, y de los más relevantes, el estallido social, que fue azuzado, en gran medida, por el Frente Amplio.
Landerretche sostuvo el pasado viernes a Radio Infinita que "me gustaría que si hay un gobierno de derecha traten de no derribarlo, y convertir el país en un maldito infierno y quemar iglesias, quiero ver eso ¿Estoy convencido de que eso no va a ocurrir? No, no estoy convencido".
Los dichos abrieron la molestia del Frente Amplio y los dardos contra la candidata Carolina Tohá (PPD), a quien acusaron de tener un "vocero" que "divide" al progresismo. Sin embargo, el sábado, la jefa de campaña de Tohá, Pía Mundaca, salió a señalar que Landerretche no es vocero del comando ni ha ingresado a ningún cargo formal.
Pero la queja del Frente Amplio no ha desviado la atención de la crítica de fondo del economista. Esta mañana, la
presidenta del PS, Paulina Vodanovic, expresó que en los dichos de Landerretche "subyace a un temor de un sector importante de la población a que cuando se justifica la violencia, o se ha justificado, es complejo".
Vodanovic fue más allá y afirmó que, a su juicio, el "FA tiene un doble discurso (...) todo este discurso de que se valoran los 30 años, de que el país avanzó, que valoran políticas de Bachelet que antes no valoraban, yo no sé si es cierto. Creo que hay que sincerarse, y si tienen una posición política parte del FA o la directiva del FA que bueno que sean capaces de dar una discusión política".
"Creo que hay un sector importante del FA que no ha hecho un mea culpa, que no cree que, por ejemplo lo que se señalaba Diego, sigan justificando la violencia o que crean que había que quemarlo todo. Yo creo que uno cuando está en política y puede apreciar los procesos con una cierta distancia, tiene que reconocer cuando se equivocó y no veo eso del FA particularmente", remató.
De acuerdo a expertos, este tema puede marcar fuertemente la campaña las próximas tres semanas, de cara a las primarias oficialistas, donde se pone en entredicho cuánto "mea culpa" existe realmente en los candidatos, pero cómo también enfrentarán un aspecto clave para la ciudadanía. Esto, cuando la derecha, por su parte, ha tomado precisamente temas asociados a la seguridad y el no avalar la violencia como parte de sus promesas de campaña.
Las "máscaras" de la violencia
En octubre de 2020, Carlos Peña, rector de la UDP, redactó una columna en El Mercurio, donde abordó la forma en la que el país encaró la violencia. Su diagnóstico no dista demasiado de la idea de fondo de Landerretche con sus recientes dichos. "Se está eludiendo la condena a la violencia o se está relativizando y para hacerlo, se esgrimen falacias intelectuales", decía Peña. Una forma, era "llamar a la violencia sin más, no sólo a los actos de coacción física, sino también a diversas situaciones de injusticia, desde la discriminación de clases a la carencia de bienes básicos".
Así, en este ejercicio de responder "violencia con violencia", esto es, una "equiparación de fuerza y coacción con las situaciones de injusticia" se convertían en una coartada "falsamente moral a quienes ejercen la violencia o con su silencio o su ambigüedad la cohonestan".
"Después de todo, si la quema de iglesias, la destrucción cotidiana, son una reacción frente a otra violencia no física, ¿qué razón habría para condenarla?", inquirió. "Pero es fácil comprender que con ese razonamiento (...) debiéramos disponernos a ejercer la coacción contra el prójimo en vez de perder el tiempo dando argumentos o procurando persuadir", cerró.
Las frases que "marcaron" al FA
"Nuestra escala de valores y principios en torno a la política no solo dista del gobierno anterior, sino que creo que frente a una generación que nos antecedió", dijo el 2 de agosto de 2022 el entonces ministro de la Segpres, Giorgio Jackson, causando el rechazo de los personeros de las tiendas del Socialismo Democrático.
La llamada "superioridad moral" -con la que se tildó la frase-, no hizo más que sumir al Frente Amplio en el desafío de "demostrar" que podían hacerlo mejor que las generaciones previas, cuando aún estaban frescos los ecos y secuelas del estallido social.
De hecho, en octubre de ese año, cuando se viralizaron
antiguas publicaciones del ahora ministro de Economía, Nicolás Grau, contra Carabineros, el otrora ministro Jackson sostuvo: "Es nuestro historial. Tampoco vamos a renegar de nuestro pasado, lo importante es qué estamos haciendo en el presente y qué vamos a hacer en el futuro", y acusó de una forma "medio rebuscada de cómo invalidar el actuar del Gobierno".
El Presidente Gabriel Boric también acumula un historial de frases que sembraron el camino para que el sector fuera acusado de "avalar" la violencia. En 2019, cuando se iniciaron las evasiones masivas en el Metro, el entonces diputado Gabriel Boric dijo que "
no condeno las evasiones en el Metro, porque gracias a lo que hicieron los estudiantes, hoy en día estamos discutiendo este tema".
En ese mismo contexto, la bancada del Partido Comunista planteó: "Respaldamos las llamadas evasiones masivas convocadas y desarrolladas por estudiantes y ciudadanos ante el alza de la tarifa del Metro de Santiago. Son acciones legítimas de desobediencia civil".
Tras la vandalización de la propiedad pública y privada, saqueos, y evasiones, el entonces gobierno de Sebastián Piñera decretó zona de emergencia y un toque de queda. "La respuesta no es sacar a los militares a la calle y suspender la democracia", sostuvo entonces la excandidata presidencial del Frente Amplio, Beatriz Sánchez. A ello también se sumaban la diputada Maite Orsini y su par Giorgio Jackson.
Cuando el ex Presidente Piñera convocó a la oposición a La Moneda para discutir un plan de medidas concretas para aliviar la crisis social, no se vio al expresidente del PS, Álvaro Elizalde -actual ministro del Interior-, ni a la entonces presidenta de RD, Catalina Pérez. Por su parte, desde el PC, que no fue convocado, su entonces presidente, Guillermo Teillier, planteó: "¡qué bueno!, porque no iríamos en estas condiciones".
La abanderada de esa tienda, y exministra del Trabajo, Jeannette Jara, también ha abordado las causas e implicancias del estallido social. De hecho, lo hizo el pasado 30 de mayo, en el lanzamiento de su campaña presidencial, donde sostuvo que "en el estallido social a la derecha le encanta decir que fue un tema delictual y no es verdad. La gente salió a protestar porque estaba aburrida de que abusaran de ellas".
Un debate "incómodo" que marcará las próximas semanas
En conversación con Emol, analistas políticos ponderan los costos y desafíos que el debate en torno a la violencia significa para el oficialismo, e incluso, cómo este tema hace mella en la "unidad" con la que buscan llegar a la primaria.
Para Claudio Alvarado, director ejecutivo del IES, el impacto más tangible es el que se ha observado en los últimos días: "tras la superficie, la pretendida unidad de las fuerzas progresistas es un proyecto mucho más frágil de lo que parece, y hablar de estos temas inevitablemente expone esa fractura. Dicho de otro modo, tanto a nivel de dirigencias como de potenciales votantes no existe acuerdo respecto de lo ocurrido luego del 18-0 entre el socialismo democrático, el FA y el PC".
"Algunos quieren hacernos creer, pese a la abundante evidencia y registros disponibles, que nunca dijeron lo que dijeron ni hicieron lo que hicieron. En ese sentido, los dichos de Oscar Landerretche ayudan a sincerar las cosas", subrayó.
Por su parte, Eric Latorre, magister de Gobierno y administración pública de la U. Autónoma, afirma que este tema puede marcar la campaña en las próximas tres semanas, y que los dichos de Landerretche y cómo agudizó el debate "no son casualidad".
"Algunos quieren hacernos creer, pese a la abundante evidencia y registros disponibles, que nunca dijeron lo que dijeron ni hicieron lo que hicieron. En ese sentido, los dichos de Oscar Landerretche ayudan a sincerar las cosas".
Claudio Alvarado, director ejecutivo del IES
En este escenario, "Carolina Tohá es la que más puede mostrar un desmarque respecto a la violencia y a la posibilidad de formar acuerdos después de llegar a una coalición política con propuestas hacia el centro y que se desmarque totalmente de todo lo que fue la violencia "octubrista" y lo que vino posteriormente". Por eso, articulado o no desde el comando de Tohá, el experto afirma que "la más beneficiada es ella, y deja en una posición incómoda al resto de los candidatos, cuando hoy día el orden y la seguridad son las cuestiones sustantivas que están esperando los electores, más allá incluso de su filiación política".
La situación es más compleja, dice, para Gonzalo Winter y Jeannette Jara, "porque sus partidos y movimientos avalaron explícitamente la violencia, que en muchos casos no están siendo capaces de desvincularse de una serie de frases y planteamientos desde la primera línea o la legitimidad del uso de la violencia o, como dijo el candidato Winter en un momento dado, que quiere terminar con las clases, lo cual nos rememora al concepto viejo, concepto de lucha de clases, del marxismo más tradicional".
Para Miguel Ángel López, analista político de la U. de Chile, en efecto hay sectores a los que se les asocia con menos fuerza los temas ligados a seguridad, y ahí los candidatos de izquierda tienen una desventaja, mientras que entre los candidatos de derecha "estos temas están siempre presente, y se pueden percibir como más adecuados para enfrentar estos problemas".
No obstante "cuando la violencia o delincuencia se convierte en un asunto principal para la ciudadanía y está presente en las preguntas de las encuestas, están obligados a hacerse cargo de esta temática, aunque en principios no les sean tan 'propios'".
¿Y cómo podrían abordar de desafío de enfrentar este tema? A juicio del experto, "cada uno de los candidatos de izquierda tienen que hacer un análisis muy fuerte, porque en la primaria no se acercará mayormente a votar el público general, sino que la gente que se siente con un nivel de compromiso más alto, y dada la cantidad de candidatos, tienen que centrarse en el perfil al que llegará. Por ejemplo, Gonzalo Winter se centrará más en los jóvenes y gente adherente a Boric, ahí tiene que emanar un mensaje en esa línea en torno a cómo afectará la violencia".
Asimismo, comenta que si bien los "mea culpa", como la que hizo el Presidente Boric en su última Cuenta Pública, "puede ser vista como una especie de señal de reconciliación", pero advierte que el escenario es distinto cuando ahora los candidatos se enfrentan a un grupo de votantes más ideologizados. Por eso, "es clave distinguir a sus votantes y los mensajes que funcionen de mejor manera".