Una trágica y violenta jornada se vivió ayer en Buenos Aires tras los incidentes protagonizados entre hinchas de
Independiente y de la
Universidad de Chile en el estadio Libertadores de América, en el marco del partido entre ambos equipos por la Copa Sudamericana.
Producto de los desmanes, más de 90 connacionales fueron detenidos por la policía trasandina y decenas resultaron heridos, algunos de los cuales incluso debieron ser internados en recintos hospitalarios.
Hasta ahora, la situación de ellos todavía sigue siendo incierta.
Los primeros incidentes
Diversas versiones apuntan a que los incidentes comenzaron incluso antes del pitazo inicial del partido. En las inmediaciones del recinto, algunos de los buses de los hinchas de la U fueron apedreados y se generaron trifulcas en las calles con quitadas de camisetas y lienzos.
Estas escenas se traspasaron a las gradas del estadio, donde, antes de que terminara el primer tiempo, se produjeron lanzamientos de objetos entre ambas hinchadas. También hubo robos de banderas e indumentaria.
Sin embargo, la situación fue escalando luego con la destrucción de butacas y baños y el lanzamiento de pirotecnia por parte de la barra azul sobre la del "Rojo". Los desmanes se concentraban en la tribuna Pavoni alta, donde fue ubicada la hinchada de la U, cuyos barristas atacaban a los seguidores rivales que estaban en la platea de abajo, sin resguardo.
Producto de aquello, el árbitro detuvo el partido a los 3 minutos del segundo tiempo y desde los altoparlantes del estadio se solicitó la salida de la barra de Universidad de Chile. Pero la violencia estaba lejos de terminar.
Linchamientos y heridos graves
Fue así como, tras varios minutos desde que fue interrumpido el partido, se generaron los incidentes más graves en Avellaneda: una turba de Independiente logró acceder al sector donde se encontraba la barra de la U y atacó brutalmente a los hinchas azules que estaban rezagados y que no alcanzaron a salir del estadio.
Fueron cientos de seguidores locales contra una decena de hinchas chilenos que recibieron golpes, pedradas, palos, fierros y hasta cuchillazos. Incluso, un par de seguidores fueron lanzados de gran altura desde la galería. A otros les robaron toda su ropa y salieron desnudos y ensangrentados del recinto deportivo. Un par quedaron inconscientes y uno en estado crítico. "Una barbarie", dijeron las autoridades.
En tanto, el Presidente Gabriel Boric condenó lo ocurrido en el país vecino: "Lo sucedido en Avellaneda entre las hinchadas de Independiente y Universidad de Chile está mal en demasiados sentidos, desde la violencia en las barras hasta la evidente irresponsabilidad en la organización. La justicia deberá determinar los responsables".
Detenciones y traslados
En medio de ese violento escenario, la policía argentina esperó a la salida del estadio Libertadores de América a la hinchada de la U, deteniendo a más de 90 hinchas chilenos, pero ninguno de Independiente.
De hecho, algunos hinchas que terminaron hospitalizados también fueron aprehendidos por las fuerzas de seguridad.
Pero dado que no todos podían estar en la misma comisaría, muchos fueron trasladados a otros recintos policiales, mientras que otro grupo será enviado a Lanús este viernes.
"Lo que se espera es que el fiscal haga rápido su trabajo y puedan ir saliendo los 97 detenidos", afirmó el embajador de Chile en Argentina, José Antonio Viera-Gallo.
Viaje de Elizalde y reunión con Bullrich
Paralelamente a lo que ocurría en Argentina, en Chile el Gobierno hacía sus propios movimientos y decidió desplegar al ministro del Interior, Álvaro Elizalde, para que viaje a Buenos Aires a conocer la situación de los hinchas detenidos.
De esta forma, el secretario de Estado arribó durante la tarde hasta la capital trasandina, y se reunió con la ministra de Seguridad del gobierno de Milei, Patricia Bullrich, con quien abordó los incidentes registrados ayer.
"Nos preocupa el trato que se le da a quienes están privados de la libertad. A efectos de que se respeten todas sus garantías, entendemos que Argentina es una democracia, un Estado de Derecho", afirmó Elizalde tras el encuentro.
Según dijo, "bajo ninguna circunstancia podemos tolerar linchamientos, eso se llama barbarie. Y lo que aconteció ayer fue precisamente la expresión de barbarie que lamentablemente también ha acontecido en estadios de otros países y también en Chile".
Por su parte, Bullrich enfatizó que "queremos que los culpables paguen, sean argentinos o chilenos. Como digo siempre: el que las hace, las paga".
"No puede haber inacción policial. Si uno lleva a 800 policías a una cancha es para que actúen, no para que miren lo que está sucediendo. Eso es algo que le reclamamos a los estados provinciales que tienen la responsabilidad de la seguridad pública y concreta en las 23 provincias y en la ciudad autónoma de Buenos Aires", acotó.