Las cartas para la carrera parlamentaria ya están sobre la mesa y las tiendas y pactos que competirán dieron algunas sorpresas, como la incorporación de varios independientes que son conocidos para la opinión pública, pero que no necesariamente han estado "alineados" con las ideologías del sector por el que competirán.
Esto, considerando que ningún candidato es "absolutamente" independiente, sino que todos mantienen alguna postura ideológica. El riesgo está, en que esa independencia pueda terminar por afectar a un sector o partido en el caso de que resulten elegidos.
Un hecho "emblemático" en esta materia fue lo que ocurrió con el PDG. Si bien en 2021 la tienda logró la elección de seis diputados (Yovana Ahumada, Víctor Pino, Gaspar Rivas, Rubén Oyarzo, Roberto Arroyo y Karen Medina), ya para 2024 todos los parlamentarios se desafiliaron, volcándose a la independencia o a otras tiendas, por lo que la colectividad liderada por Franco Parisi quedó sin representación en el Congreso.
Si bien ese caso apunta estrictamente a militantes, grafica que lo que puede ocurrir al interior de una colectividad, podría tener límites aún más difusos cuando se trata de independientes que consiguen un cupo para postular al Parlamento con un determinado partido.
Del caso Calisto a Lorenzini
El diputado Miguel Ángel Calisto, podría encarnar una de las "preocupaciones" de una colectividad al respaldarlo para postular ahora al Senado por Aysén. Esto, porque el "vuelco" en su candidatura -pasando de la centroderecha a una tienda oficialista-, resulta, al menos, llamativa.
El nombre del parlamentario (Ind.-Demócratas) fue uno de los "nudos" de la negociación del pacto entre Chile Vamos y Demócratas, y finalmente quedó excluido, especialmente por reticencias de la UDI, desde donde proyectaban los costos de llevar un candidato con problemas judiciales.
El viernes 15 de agosto -tres días antes del plazo final para la inscripción de nombres y pactos-, el diputado aseguró que competiría de manera independiente, lo que significaba que debía recolectar firmas para postularse. Sin embargo, el martes, ya oficializadas las listas, se conoció que la tienda oficialista Federación Regionalista Verde Social (FRVS) le otorgó un cupo para ir por la Cámara Alta.
Calisto comentó a
EmolTV que el salto al FRVS se trató de "
sobrevivencia política", y dejó entrever algunas diferencias con el sector que lo acogió. Aseguró que el pacto alternativo del oficialismo (FRVS-AH) es "es una lista más bien de personas en ideas políticas moderadas", aunque "nos une el regionalismo", y aseguró que aún no tiene candidato presidencial. Esto, pese a que las dos tiendas de dicho pacto apoyan a la candidata Jeannette Jara (PC).
Otro caso en líneas similares es el de la exconvencional Elisa Loncon, quien inicialmente negociaba un cupo con el Frente Amplio para llegar al Senado -por La Araucanía-, pero finalmente irá en un cupo por el PC.
Ayer, al ser consultada en ADN respecto a la decisión de ir por el PC en lugar del FA, la exconvencional descartó tomar alguna posición partidista. "Yo soy mapuche y tengo puesta mi mirada en el pueblo de Chile en su conjunto, sin calificativos, porque yo no soy militante de ningún partido político. Yo tengo autonomía, tengo independencia en el pensamiento, tengo una historia mapuche que me sostiene", aseguró.
El PC también logró llevar a su lista a Gustavo Gatica, quien competirá por el Distrito 8. Sin embargo, el joven -víctima de trauma ocular en el estallido-, había intentado llegar al Parlamento apoyado por el Frente Amplio.
Tal era su interés, que a inicios de agosto envió una carta a la tienda donde junto con asegurar que estaba disponible para asumir el desafío, subrayaba que "me encantaría poder hacerlo desde el Frente Amplio, compartiendo principios y horizontes que nos permitan construir un país más justo, digno y cercano para todas y todos".
En la derecha también hay ejemplos, como el candidato Gino Lorenzini, quien buscará un escaño en el Distrito 10, apoyado por el pacto "Cambio por Chile" (Republicanos, PNL y PSC). Lorenzini fue conocido inicialmente por ser fundador de "Felices y Forrados" -que brindaba asesoría previsional-, pero su nombre se hizo aún más público tras su fallida inscripción para la elección presidencial de 2021.
¿Hay margen para "alinear" a los independientes?
¿Cuánto margen tienen los partidos para "ordenar" a las cartas independientes que apoyan? En conversación con Emol, expertos afirman que siempre el margen de las tiendas será "más débil" en estos casos, y que existen riesgos de acciones díscolas por parte de esos nombres que, de ser elegidos, asegurarán su propia supervivencia en el Parlamento.
Jaquelin Morillo, académica de la Facultad de Economía, Negocios y Gobierno de la U. San Sebastián, sostiene que cuando los partidos deciden llevar a independientes en sus cupos, "el margen de control siempre es más débil que con militantes orgánicos".
Esto, porque "la disciplina partidaria se sustenta en incentivos internos (carrera, cargos, apoyo electoral futuro) y en la amenaza de sanciones (expulsión, marginación). Un independiente carece de esos vínculos, por lo que su fidelidad descansa más en acuerdos coyunturales que en compromisos de largo plazo".
"Los partidos políticos llenaron sus cupos con nombres que, si llegan a salir, no hay ninguna garantía que los representen, y van a ser díscolos que posiblemente van a ir acercándose a cuáles sean las mejores oportunidades que les permitan mantenerse en el Parlamento o acceder a un cargo o un rol dentro del parlamento, ya sea en la testera o en distintas comisiones".
Felipe Vergara, analista político UNAB
La académica subraya que en casos como el de Miguel Calisto en FVRS o Diego Lorenzini en el PSC, la inclusión de figuras independientes responde a estrategias pragmáticas, "como ampliar el electorado, sumar liderazgos locales o capitalizar notoriedad".
No obstante, esa apertura conlleva riesgos. "El 'díscolo' es más esperable porque estos candidatos no internalizan el costo de romper disciplina, y el partido tampoco dispone de herramientas fuertes para alinearlos. En la práctica, los partidos apuestan a que la lógica parlamentaria (necesidad de pertenecer a comisiones, contar con apoyos para proyectos, acceder a financiamiento político) termine generando cierta convergencia. Pero el riesgo de votaciones autónomas y posiciones críticas es real y, en escenarios de fragmentación, puede ser decisivo".
Por su parte, Felipe Vergara, analista político de la UNAB, coincide en que "es un problema" para los partidos llevar a ciertos independientes, y aunque descarta generalizar, reconoce que algunos nombres se han caracterizado por ser "bastante díscolos".
Este problema se da no solo en el llamado "turismo electoral", sino que también ante un "turismo partidista, donde algún candidato puede pasar del PC al Partido Republicano o al partido de la gente en dos minutos, y eso es muy arriesgado. Hay algunos candidatos que están en las listas y todavía no garantizan que van a apoyar al candidato presidencial que corre por esa lista, y eso es aún más complejo".
"Los partidos políticos llenaron sus cupos con nombres que, si llegan a salir, no hay ninguna garantía que los representen, y van a ser díscolos que posiblemente van a ir acercándose a cuáles sean las mejores oportunidades que les permitan mantenerse en el Parlamento o acceder a un cargo o un rol dentro del parlamento, ya sea en la testera o en distintas comisiones. Es arriesgado y es poco adecuado de cara al nivel de responsabilidad que se le exige al sector parlamentario y a la baja popularidad que tienen por hechos como estos", zanjó.
