A menos de dos semanas de la primera vuelta presidencial, la candidata de Unidad por Chile, Jeannette Jara, reavivó sus críticas al Gobierno, nuevamente, en materia de Vivienda.
Si antes sus dardos fueron contra el jefe del Minvu, Carlos Montes, por el rezago en la reconstrucción en Viña del Mar, ahora la abanderada endureció el tono con el Ejecutivo a propósito de la Ley de Presupuesto.
En particular, la exministra ha mantenido su reproche a la eliminación de la partida de libre disposición, que busca destinar justamente a la reconstrucción por el incendio, pero también ha abierto críticas al presupuesto que el Gobierno destinó a la cartera.
Si bien los recursos en Vivienda se amplían en un 13%, buena parte se destina a pagar deudas del Plan de Emergencia Habitacional del Gobierno, al tiempo que se ven disminuidos los subsidios habitacionales. Un asunto que es resentido por Jara, quien plantea un plan habitacional que apunta a la construcción de 260 mil viviendas, más la habitabilidad de otras 140 mil, y que representa un 0,05% del PIB adicional.
"Me incomoda profundamente que no se destinen los recursos necesarios para vivienda", sostuvo hoy en el debate de la Archi.
Reforzando la crítica, la senadora y vocera del comando, Alejandra Sepúlveda, dijo a Emol que "es necesario robustecer sin duda el presupuesto en Vivienda".
"Lo primero que dijo nuestra candidata Jeannette Jara, antes que saliera el Presupuesto de la Nación, es que lo único que le pedía al Gobierno era que no disminuyeran los presupuestos sociales y eso es lo que seguimos pidiendo, los presupuestos sociales, aquellos que entregan derechos sociales, bienestar a la familia, son intransables", arguyó.
A su vez, el líder económico del comando de Jara, Luis Eduardo Escobar, destacó a este medio que "nosotros creemos que el problema habitacional es uno de los principales problemas que tiene el país.
Lo que no queremos ver es que la gente de Viña del Mar tenga que pasar otro invierno a la intemperie, y para nosotros, en consecuencia, es muy importante poder contar con los recursos en el nuevo presupuesto que nos permitan llevar adelante lo más rápidamente posible el programa de reconstrucción".
Pero fuera del específico de Vivienda, el desmarque de la candidata con el Ejecutivo tiene un trasfondo electoral. Lo cierto es que en el comando dan por hecho que la exministra pasará al balotaje de diciembre con el primer lugar. Sin embargo, los votos que vaya a adquirir el rival de oposición y la incapacidad que ha mostrado Jara de superar el 30% de respaldo, es un asunto que concita la preocupación de algunos.
Este guarismo es el mismo que ha acompañado al mandato de Gabriel Boric, de ahí que el desmarque viene a fidelizar con los sectores moderados y populares que no se identifican con el Gobierno.
Cabe destacar que este martes, Jara tiene prevista una cena con un círculo estrecho de personeros del Socialismo Democrático en el restaurante Divertimento. La iniciativa vino del expresidente del PPD, Víctor Barrueto, con la idea de estrechar lazos con la candidata, en circunstancias que la segunda vuelta apremia una campaña más convocante. Entre los comensales, estaban considerados figuras como Carolina Tohá, Sergio Bitar, Ana Lya Uriarte y Ricardo Solari.
Consultada si podría dar a alguna de estos rostros un rol más protagónico en el balotaje, tras su reunión con el Colegio de Profesores, Jara se limitó a señalar que "todo puede pasar, pero eso se verá en la segunda parte".
Debate
Con todo, analistas políticos ven limitaciones en la estrategia de la campaña sobre tomar distancia respecto al Gobierno.
El académico de la Universidad de Talca, Mario Herrera, advirtió que "Jara descubrió que su problema es al mismo tiempo una ventaja. El hecho de estar cómoda en el primer lugar con un 30% ha implicado su piso, techo y que no muchos candidatos salgan a interpelarla. La disputa, particularmente hacia los últimos meses de campaña, se trasladó hacia las tres derechas y Parisi".
"Eso le permite, con más soltura, criticar al Gobierno. La base firme de electores no ve en este momento otra opción. Por tanto, aunque Jara critique al Gobierno, no disminuirá su apoyo en el votante más duro de Boric y, por otro lado, tiene la posibilidad de crecer hacia el centro, pensando ahora más en la segunda vuelta que en las elecciones del próximo domingo, sostuvo.
Y agregó que "de esta forma, Jara compra tiempo. Entra antes a la campaña de segunda vuelta que, en general, es muy breve y, al mismo tiempo, evita perder votos hacia candidaturas como la de Matthei que le podrían perjudicar más adelante".
Con todo, Herrara inquirió: "¿Qué tan efectiva esta idea? En el mejor de los casos, le sumará algunos puntos, pero es un argumento fácil de rebatir considerando que hoy su base electoral está en el Gobierno, que se saca fotos con los candidatos a la parlamentaria del Gobierno, que la apoyan los partidos de Gobierno y que fue ministra de este Gobierno".
A su vez, el investigador asociado a Faro UDD, Rodrigo Pérez de Arce, comentó que "después del entusiasmo inicial por la primaria, Jeannette Jara quedó atrapada: es la única opción viable de la izquierda, pero ministra de un Gobierno mal evaluado. Distanciarse del PC y de Boric no le ha servido, ambos gestos se ven calculados y tardíos".
"El problema es más profundo que comunicacional. Tiene que ver con cuán creíble llega a ser. Por eso, Jara hereda el 30% de aprobación presidencial, porque no puede separarse de lo que representa. No hay desmarcación posible cuando has sido parte de lo que se considera el problema", advirtió.
Por su parte, el académico de la Universidad Central, Marco Moreno, sostuvo que "lo que está haciendo Jeannette Jara es un movimiento calculado para marcar autonomía del Gobierno. Sabe que su principal problema es el "techo Boric": ese 30% que aprueba la gestión presidencial y que no le alcanza para una segunda vuelta competitiva".
"Al tensionar con La Moneda en temas sensibles como vivienda o seguridad, busca ampliar su frontera electoral hacia sectores moderados y populares que comparten demandas sociales, pero no necesariamente simpatizan con el Gobierno. Es una jugada de diferenciación controlada: lo suficiente para mostrarse con carácter propio, pero sin romper con la coalición que la sostiene", explicó.