Columna de Astronomía | Cómo elegir la mejor ubicación para instalar un telescopio
El que los complejos que albergan telescopios estén ubicados en lugares remotos y de difícil acceso no es casualidad. Esa lejanía es vital para lograr las condiciones óptimas para observar.
15 de Marzo de 2017 | 09:31 | Por Franz Bauer
Por Franz BauerAcadémico del Instituto de Astrofísica de la U. Católica de Chile
Doctor en Astronomía de la Universidad de Virginia (EE.UU.). Fue investigador postdoctoral en la Universidad del Estado Pennsylvania (EE.UU), Universidad de Cambridge (Inglaterra) y Universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU). Profesor asociado del Instituto de Astrofísica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, miembro del Centro de Astro-Ingeniería UC e investigador del Instituto Milenio de Astrofísica y del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA).
Mientras es cierto que algunos astrónomos son masoquistas y disfrutan ir a los extremos de la Tierra para hacer sus observaciones, las verdaderas razones por las que los telescopios a menudo se construyen "en medio de la nada" son los efectos atmosféricos y la contaminación lumínica.
Al observar desde la Tierra, la luz debe pasar a través de la atmósfera, lo que atenúa y distorsiona la imagen. Como regla general, cuanto más delgada y estable sea la atmósfera, mejor. Factores como el número de noches nubladas por año, el vapor de agua y otras partículas en el aire, y el viento, tanto su interacción con el telescopio y la turbulencia general, también son consideraciones importantes.
La mayoría de las nubes bajas (< 5 km) se pueden evitar simplemente moviéndose a altitudes más altas. En tanto que para combatir los cirros más altos (> 6 km), las ubicaciones con porcentajes históricamente bajos de cirros, como los sitios de gran altitud en o cerca de los océanos, son los mejores. La humedad y la condensación de los espejos también pueden ser problemáticos, por lo que mientras más seca sea la atmósfera, mejor.
La contaminación lumínica incluye la producción artificial de todas las señales electromagnéticas, que no sólo afectan a los telescopios ópticos, sino que también pueden interferir con los radiotelescopios
Franz Bauer
Los vientos afectan la calidad de la imagen de varias maneras. La turbulencia de la atmósfera es muy importante. Si alguna vez estuvo en un camino en un día de verano extremadamente caluroso, probablemente notó que el aire por la encima de la carretera es muy turbulento, distorsionando y haciendo borrosos los objetos distantes. Un mejor "seeing" significa menos movimiento y detalles más finos en las imágenes. Una vez más, los sitios de gran altitud en o cerca de océanos, donde el flujo de aire es típicamente más laminar (líneas paralelas constantes), son los mejores.
Vientos fuertes cerca el sitio del telescopio también pueden producir errores en el sistema de rastreo del telescopio. De la misma manera, la interacción entre el viento y la estructura del telescopio, así como las variaciones de temperatura en y alrededor del mismo, pueden conducir una turbulencia interna y externa conocida como "dome seeing". Escudos de viento, diseño estructural inteligente, buena ventilación y óptica adaptativa (los espejos del telescopio pueden deformarse rápida y continuamente para compensar la distorsión de la imagen y los efectos del viento) ayudan a restaurar la calidad de la imagen.
La contaminación lumínica también puede producir un aumento significativo del ruido de fondo. Esto hace que las mediciones de fuentes débiles (como estrellas o galaxias lejanas) sean imposibles. La contaminación lumínica incluye la producción artificial de todas las señales electromagnéticas, que no sólo afectan a los telescopios ópticos, sino que también pueden interferir con los radiotelescopios. Teléfonos celulares, microondas, WiFi, GPS e, incluso, aviones y autos pueden ser "vistos" por radiotelescopios.
Donde hay gente, hay contaminación lumínica. Por lo tanto, es extremadamente importante poner telescopios en localidades remotas, y en particular en lugares donde no es probable que experimenten un rápido crecimiento. Hay sólo unos pocos sitios en todo el planeta que reúnen todos estos criterios. El norte de Chile y Hawái, actualmente, son los más viables.