SANTIAGO.- Fue en la década de los 50 cuando el científico experimental Enrico Fermi, conocido por desarrollar el primer prototipo de reactor nuclear, expuso una teoría sobre la potencial existencia de civilizaciones avanzadas fuera del planeta Tierra. Casi 70 años después, un ruso planteó por qué no seríamos capaces de contactarnos con ellas y su respuesta “sería difícil de aceptar” e incluso peor que la extinción.
En breve, la hipótesis bautizada con el apellido del italiano-estadounidense sugiere que hay una probabilidad extremadamente alta de que planetas alberguen vida inteligente. Éstos, en tanto, serían más desarrollados que los humanos y tendrían la facultad de desplegar viajes interestelares capaces de cruzar la Vía Láctea. Aquí es donde entra la paradoja, si fuese así: ¿Por qué no los hemos visto?.
“Yo sostengo que la paradoja tiene una solución trivial, que no requiere suposiciones controvertidas, que rara vez se sugiere o discute”, escribió el físico Alexander Berezin de la Universidad Nacional de Investigación de Tecnología Electrónica (MIET) en el sitio de preimpresión académica Arxiv. Y agregó: “Sin embargo, esa solución sería difícil de aceptar, ya que predice un futuro para nuestra propia civilización que es incluso peor que la extinción”.
Para llegar a esta conclusión, según el portal Cosmos Magazine, Berezin comparó la mayoría de las suposiciones que se han utilizado en el pasado para definir posibles civilizaciones extraterrestres. Entre ellas hay unas que dicen que los humanos no estamos utilizando las técnicas de búsqueda correctas, que los extraterrestres encontraron una forma de esconderse o que las “sociedades” han surgido y extinguido sin superposición, entre otras.
En esta línea, el académico de MIET se cuestionó: “¿Y si la primera vida que alcanza la capacidad de viaje interestelar necesariamente erradica toda la competencia para alimentar su propia expansión?”. Sin ánimos de señalar que estas civilizaciones fuesen peligrosas, el físico ruso propuso que tal vez — así como un equipo de construcción demuele un hormiguero — ellas no se darían cuenta.
Acercándose al final de su artículo, el autor concluye que la única razón por la cual no se ha visto vida extraterrestre es que “somos los primeros en llegar al escenario”. De esta forma la respuesta a la paradoja sería la especie humana, quienes se extenderían por la multitud estelar y derribarían “hormigueros en el camino”.
"La única forma de descubrirlo es continuar explorando el Universo y buscando vida extraterrestre", cierra.