EMOLTV

“Tengo la sensación de vivir en sueños hace mucho tiempo”

Difícil es seguirle el hilo a este actor, casi abogado, conductor de televisión y de radio. Actualmente divide su día entre su programa, con Cecilia Rovaretti, en Radio Cooperativa, las últimas ediciones de la serie de programas sobre música nacional y uno que otro personaje en series de televisión. Reconoce vivir en ciclos y cuenta por qué.

24 de Mayo de 2005 | 10:06 |
imagen
Estaba en quinto año de derecho. Había terminado su período de dirigente estudiantil en la Universidad de Chile, en plena época de transición a la democracia, de transmisión de mando. “Era una época de transiciones en el país y para mí también; doy mi examen de derecho comercial, sé que no quiero dedicarme a la política -porque me había metido a la escuela de Derecho exclusivamente por la política-. Sé que no me voy a dedicar a eso… abogado, en el sistema antiguo, tampoco voy a ser”.

Así comienza a relatar su llegada a la actuación, Álvaro Escobar; este hombre de treinta y ocho años, sagitario y caballo de fuego –“a las mujeres que eran caballo de fuego las quemaban en la China ¿sabías eso? ¡Menos mal que nací con huevos y acá!”-, que ha hecho innumerables cosas en su vida, constantemente en cambio, tal vez porque desde chico se acostumbró a cambiar de país y de amistades con gran facilidad, ya que su padre era funcionario internacional.

Sigue con su relato imparable, hiperkinético, nada muy distinto a como se ve en la televisión, tanto en sus roles de actor como cuando es animador o en su nueva faceta, el de conductor radial: “Entonces un estudiante de derecho que está a punto de recibirse se pregunta qué mierda hago con mi vida”.

El día anterior al examen, leyó en el diario, casualmente, que se habían abierto las inscripciones para cursos de aficionados en la escuela de teatro, que quedaba a la vuelta de la facultad de Derecho. “Doy el examen de derecho comercial, me va bien – porque me iba bien- y me voy a inscribir a la escuela de teatro, donde mis profesores son Fernando González, Ana Rubilar y Andrés Pérez y entablo una profunda amistad con ellos”.

El segundo año en la escuela de teatro, se licencia de abogado y da su examen de grado el 25 de septiembre del año 92 (como buen abogado tiene una memoria increíble con las fechas); el mismo año había hecho la práctica en la Corporación de Asistencia Judicial de San Antonio, que le permitía ir sólo martes y jueves y así poder continuar los estudios de teatro.

-¿Por qué las dos cosas? ¿No estabas decidido o querías terminar derecho de cualquier manera?
“Había que terminar porque - la decisión de seguir el camino de la actuación, no del teatro, ya estaba tomada- sabía que iba a ser muy difícil, una vez entrado a la vida profesional, tener la disciplina de seis meses de poder estudiar para el examen de grado.
“¡Mira la seguridad, que tenía. Me podría haber ido mal! Nunca terminar derecho fue un seguro de vida, porque tenía la seguridad de que iba a entrar al circuito profesional y que me iba a ir bien, sin distinguir si este era teatro, televisión, cine o un complemento de todo, como finalmente ha sido; eso no lo tenía claro”.

-Te titulaste, entonces.
“No, dejé la práctica inconclusa, porque entré viejo pues, de 24 años, y ya tenía 27 cuando me llaman para hacer la primera teleserie; había que tomar responsabilidades de hombre grande, ya poh.
“Además de que la actuación siempre ha sido un oficio, por lo que no me preocupaba si terminaba la escuela o no. Siempre, desde que entré a teatro, me dije que no me iba a sentar a una sala de clases para ver cómo lo hacían los otros -no es una carrera de pizarrón-, sino que mientras más haces, más aprendes y aprendes cagándola”.

-¿Piensas recibirte de abogado algún día?
“Me falta una práctica tediosa en la Corporación de Asistencia Judicial. Son seis meses obligatorios que, hoy día, gracias a la reforma procesal penal, puedo hacer en la Defensoría Penal Pública o en el Ministerio Público. Eso me entusiasma mucho, no lo puedo creer”.

- ¿En qué te ves como abogado?
“Defensor público. No me veo como abogado con bufete privado; no, no, me veo trabajando para el Estado de Chile”.

-Entonces es una posibilidad.
“Sí y muy concreta”.

-¿Te da tiempo para tanta cosa?
“No va a ser tanta cosa. Voy a hacer mi diplomado para terminar ciertos ciclos, que se abrieron hace un tiempo y tienen que ver con lo que estoy haciendo ahora”.

Curiosa esta última frase, porque a lo que está dedicado en este momento, fuera de la radio y algunos capítulos de seriales televisivas, es a un programa, de seis capítulos, de difusión de música que postuló al Fondo de Fomento de la Música Nacional y que ya está listo para ser exhibido en UCV televisión. “El primer fondo del Ministerio de Cultura premió a este programa que presentamos en noviembre del año pasado. Juntamos a 16 bandas nacionales en cuatro jornadas de grabación, lo que es inédito para la música y la televisión chilenas, en dos escenarios simultáneamente, en “La Perrera”… ¡Es maravilloso, me siento muy orgulloso!”

-Siento que vives en ciclos ¿Ya cerraste el de las telenovelas, las series?
“Mi padre tuvo la ocurrencia, de “papá chocho”, de guardar los recortes de su hijo que salen en el diario y yo lo retaba. Hoy digo ¡Mira, qué bueno!, porque veo que el ‘94 ya no quería hacer más teleseries y el ‘96 dejé de hacerlas por tres años. Tuve que volver, pues ciertas apuestas no funcionaron y no me era posible rechazar las telenovelas por una cuestión económica: tenía que vivir. Ahora, ya cerré el ciclo con las teleseries, afortunadamente…”

-¿Por qué afortunadamente?
“Aprendí un oficio allí, que se echa de menos, el ejercicio día a día de la actuación es muy bonito. Hoy día me cuesta mucho estar a caballo de ese tren diario que uno tenía actuando, que es lo más bonito de las teleseries; de saber actuar para diferentes planos, de saber abordar situaciones de cotidianeidad absolutamente improbables, que no quiere decir inverosímil, y abordarlas con naturalidad, pero ya estaba bueno y había que cerrar ese ciclo y crecer hacia algo que tuviera que ver con todo lo que soy.
“Eso es onírico, es muy raro, tengo la sensación de vivir en sueños hace mucho tiempo, porque el año pasado yo soñé que me llamaban para protagonizar “Machos” en el personaje Ariel; yo lo rechazaba, bajaba las escalinatas de canal 13 y me encontraba con un productor que me ofrecía hacer un personaje de defensor público en una serie del Consejo Nacional de Televisión, que se llama “Justicia para todos”. Yo soñé eso - perfectamente podría ser un sueño- y es la realidad, es justamente lo que pasó”.

-Integraste tus dos mundos.
“Exactamente y es muy sano para mí. Se acaban estas contradicciones entre ser una persona que, a pesar de que yo no quiera, tiene una formación de la que no puede huir: soy abogado de la Universidad de Chile y estoy cagao, aunque quiera huir no puedo”.

-¿A qué te refieres?
“Discúlpame, pero yo soy un hueón que en su tiempo libre le gusta leer, tengo que pedir disculpas…”

-¿Por qué?
“Porque en Chile tenemos la costumbre de emparejar para abajo. Ahora que estoy más viejo, como que puedes hablar con tranquilidad y no te dicen pendejo posero, pendejo barsúo, pendejo soberbio, pero mientras yo era figura de telenovelas, era inconcebible que pudiera decir que mi pasatiempo es leer, que soy abogado de la Chile.
“Me pasé la vida disculpándome y ha estado en mis manos decidir no hacer teleseries. No ha sido fácil, he tenido que pasar por muchas”.

-¿Siempre tienes esa seguridad frente a la vida?
“Soy seguro en todo lo que depende de mí”.

-¿Por eso pides disculpas?
“Sí pues, por eso. Porque me creen soberbio y no soy, por eso me voy a ir, me voy a ir muy pronto a vivir a una casa que me acabo de terminar de construir en Bahía Azul. Una casa de palo que queda pasado Pichidangui, en un bosque ¡Tengo muchas ganas de vivir ahí!”

-Pero, espérate ¿ No vas a ser defensor público?
“Pero si en Los Vilos hay un Juzgado de Garantía y me queda a 17 kilómetros. La casita queda en unos acantilados…”

-Seguimos con los cambios rotundos.
“Sí, poh, es que para allá apunta mi vida”.

Entre las pasiones del amor y del derecho

"Yo iba derecho a ser futbolista profesional"
cargando