Impecable, vestido de azul, con camisa blanca y una corbata multicolor, Mauricio Bustamante hace un alto entre los boletines horarios de la mañana para conversar con Puntomujer en el estudio de 24 horas, lleno de luces y televisores que retumban por todas partes con "Buenos Días a Todos".
Curioso le resulta hacerse el leso con la cámara del fotógrafo y, claro, cómo no, si está acostumbrado a mirarla siempre de frente como que si fuera el público al que se dirige; se nota algo incómodo, pero se pasa. Su actitud es completamente distinta a la que toma cuando debe interrumpir por unos minutos la entrevista para dar el adelanto de las 12 horas; ahí aparece el experimentado conductor de noticias que no descuida detalle y no se descoordina un segundo. Le llega una noticia desde prensa y pregunta si la tira al aire o espera hasta el informativo de la tarde; le contestan y la explica en dos segundos. Maneja su oficio a la perfección y se le nota.
-¿Te gusta ser hombre-ancla?
"Nunca me he creído mucho esto de ser hombre-ancla; yo estudié periodismo, porque me gusta, me encanta estar reporteando e investigando y, casi por fortuna, caí en esto de la conducción de noticias.
"Ésta es muy distinta a la que conocíamos en la época de estudiantes, con locutores como Javier Miranda y otros. Para mí la conducción, por lo menos ése es el esfuerzo que hemos tratado de hacer –y digo hemos, porque somos muchos-, es que el conductor periodista aporte; tenga un valor agregado no sólo en el leer las noticias, sino en llevar al telespectador a conocer un poco más de lo que se está comunicando; eso es lo que más me gusta".
Explica que lo que más lo realiza en este campo es conducir grandes eventos,"una elección, un desastre natural, un ataque terrorista –como el de las Torres Gemelas-, los juicios a Pinochet en Londres, donde uno tiene muchas más posibilidades de plasmar los propios conocimientos en pantalla".
-¿Más cómodo que como reportero?
"Ser reportero es lo clásico, pero también es algo que a la larga siempre se termina agradeciendo haber hecho; además, que siempre hay que volver. Sin ir más lejos, el 17 de octubre me voy a Roma, junto a un equipo, a la canonización del padre Hurtado y en este doble rol de conductor, de presentador, pero también de reportero. Lo hice a comienzos de año con el terremoto en el norte y, aunque lamentablemente no se puede hacer todas las veces, tratamos, cada uno de nosotros, aquí en TVN, –y lo veo también en otros canales- de volver a terreno, que es nuestra esencia, que es para lo que estudiamos".
Dice tener un tremendo respeto por los antiguos locutores como Javier Miranda ("insisto"), Pepe Abad o tantos otros que tenían un tremendo cuidado con el uso de la palabra, la pronunciación perfecta, el correcto uso del lenguaje. Sin embargo, explica, que al mismo tiempo la gente agradece que las cosas no sólo se digan bien, sino que se vayan contextualizando. "Con el riesgo, muchas veces, de no decirlo de manera perfecta y sin tampoco irse al otro extremo –como usar garabatos- es una forma diferente para un tiempo diferente. Hubo un minuto en que los locutores FM eran topísimos; hoy día hay una forma de hacer en Chile, y no sólo en el periodismo, más irreverente, a ratos, menos reflexiva… va con los tiempos".
Mauricio Bustamante llegó hace diez años a TVN, en septiembre de 1995, después de cinco años en el Canal 13, como reportero de economía y otros temas. Aunque sea difícil de creer, un amigo le contó de un aviso en el diario en que se solicitaba un editor de noticias y, como estaba un "poco desencantado" de que en el 13 no se le dieran otras oportunidades, mandó su currículum.
-¿Sabías que era para TVN?
"No, no decía, pero aquí también se sorprendieron que yo trabajara en el 13 y mandara el currículum. Michael Müller, actual director de prensa y en ese tiempo subdirector, dijo que conmigo a lo mejor se podían matar dos pájaros de un tiro: llenar la vacante de editor y, además, que condujera el noticiero de la noche, que estaba dejando Alejandro Guillier".
Así empezó su carrera en la conducción. Estuvo en la noche casi dos años, después llegó Fernando Paulsen con "Medianoche" y Mauricio pasó al mediodía y, al poco tiempo, también a la mañana. Desde entonces comenzó una relación con el "Buenos días a todos", con los boletines de noticias, leídos desde el estudio de prensa, pero comentados con los conductores del matinal. El año pasado, el director del espacio, Mauricio Correa, lo invitó a participar de manera más activa en el segmento de lectura de diarios, para entregar un aporte diferente.
-¿Te sientes cómodo allí?
"Muchas veces aporto la información distinta o complementaria que tiene el departamento de prensa, respecto a lo que traen los diarios. Llego desde prensa al equipo del matinal a aportar con una visión distinta a lo que ya estaban haciendo.
"Ese trabajo fue bien evaluado el año pasado, entiendo, y continúo haciéndolo".
-Contéstame si te sientes cómodo.
"Los mismos temas que traen los diarios, encontrarse con el Chino y la Kenita… ¡A ver!, la verdad es que me siento mucho más cómodo con los temas de la contingencia y trato de hacer mi aporte en eso; respecto a los otros, tengo mi punto de vista de lo que está pasando, pero trato de cuidar el trabajo que está detrás de uno, todo un departamento de prensa, donde el Chino y la Kenita rara vez son tema.
"Muchas veces me preguntan mi opinión y la doy, pero estoy ahí no como Mauricio Bustamante, sino como uno de los integrantes de prensa en el matinal".
-¿Recuerdas malos momentos conduciendo noticias?
"Fíjate que no tengo malos recuerdos en la conducción, pero sí de mi época de reportero; alguna vez que en móviles en directo se me olvidó el nombre de algún entrevistado, en medio de los nervios. Frustraciones, también, porque como el trabajo es en equipo, uno puede haberlo hecho todo: el reporteo, un día de trabajo entero y, de pronto, la cinta no salió del casetero o el micrófono no funcionó o hubo problemas de iluminación, y el trabajo de todo un día se arruina".
-¿Chascarros?
"¿En cámara?... equivocaciones de palabras fundamentalmente. Ayer mismo, a raíz de la reunión del Presidente con agrupaciones de derechos humanos, se me salió un indescriptible, en vez de imprescriptible ¡Hay una tremenda diferencia!
"Pero, mira, en general, tengo más bien buenos recuerdos y grandes satisfacciones asociados a la conducción".
-¿Cómo cuáles?
"Cosas que, a veces, la gente no percibe, pero que para uno tienen una tremenda importancia; como que en medio de los juicios a Pinochet en Londres, cuando votaban los lores y nadie entendía nada de lo que estaban diciendo, el haber tenido ese minuto o segundo de iluminación periodística y acertar exactamente a lo que ellos estaban votando. El haber dicho que iban cuatro a cero y que eso significaba que Pinochet seguía en Londres. Fue un aporte que el mismo Mercurio destacó en su momento en alguna columna por ahí".
También explica que se siente satisfecho cuando puede llegar a la gente no sólo con la información y la imagen, sino también con la emoción y la experiencia personal; por ejemplo, en las más de diez horas de transmisión ininterrumpida después del atentado a las Torres Gemelas. Lo enorgullece, además, ser un canal de comunicación entre el ciudadano anónimo y la autoridad que puede hacer algo por ellos. "Esas son satisfacciones personales y, a la vez, profesionales".
-¡Te gusta el periodismo!
"Me encanta; lo paso muy bien y, además, me pagan".
"No las he sentido y créeme que he trabajado con peces bastante gordos"
"(Mis kilos) son producto de la inversión en parrillas y restoranes con amigos"