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“Soy esencialmente un alma libre”

La cantante ha encontrado su camino en el jazz. Con 30 años de carrera, se siente segura de lo que es y de lo que hace y no tiene conflictos con la vida. Es más, dice estar disfrutándola.

03 de Septiembre de 2009 | 12:04 |
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Se ríe con ganas cuando se le comenta que ella ha hecho su historia como cantante al revés de los cristianos. Su primera aparición pública, a los 18 años, fue sobre el escenario del Festival de Viña y su primer disco (tiene sólo cuatro) lo grabó cerca de los 20 años de trayectoria.

Pero Andrea Tessa es así. Aprendió a cantar casi por osmosis –su madre es la lírica Victoria Vergara-, pero en su adolescencia estaba encantada con la guitarra y de ahí que sus presentaciones en la Scuola Italiana fueran casi forzadas.

La amistad de su madre con la compositora Scottie Scott derivó en que grabara el demo de la canción que postulaba a la competencia en Viña (bajo el seudónimo Don Quijote y Sancho Panza) y terminó defendiéndola mientras esperaba los resultados de la PAA que había rendido.

Después de eso vinieron más de 15 años dedicada a la televisión, partiendo con su triunfo en 1982, junto a Bastián Bodenhofer de saxofonista y no actor, en el programa “El show de...” y siguiendo con la conducción ininterrumpida de “Más música” hasta 1992, lo que la tuvo en pantalla todos los domingos.

Hoy, luego de arribar oficialmente al jazz en 2007, con su CD “Tribute”, está en plena promoción de “Leaving home”, obra que grabó junto a un grupo de destacados músicos norteamericanos y chilenos y que la tuvo a tablero vuelto en el Teatro Oriente, hace pocas semanas.

A pesar de que ya no tiene programa propio, su rostro no se olvida y como ella afirma, hay Andrea para rato porque junto con estar pensando en un nuevo CD, va a lanzar un DVD con sus conciertos de jazz. Y, además, acaba de estar 8 semanas al aire en el programa de TVN, “Todos a coro”.

-Llama la atención que en 30 años de carrera tengas sólo cuatro discos. ¿Por qué tan poca producción?
“Tengo más que clara la respuesta: me entretuve en la tele muchos años y eso me alejó un poco de los estudios. Los cantantes, como Lucho Jara, que se dedican a la TV, llegan al momento en que dejan un poco botada su carrera de cantante. La televisión es súper demandante y agradecida también y uno no puede estar en todas”.

-Pero Lucho Jara tiene mucha más producción que tú, a pesar de la TV.
“Ah, es que Lucho tenía sello, y yo nunca quise pertenecer a uno. Siempre he sido un alma libre... no quería que nadie me dijera qué tenía grabar, cuándo, cómo, ni en qué estudio. Soy esencialmente un alma libre, libre, libre y práctico esa libertad. Uno de los riesgos, y a la vez, bondades, es que las cosas las tienes que hacer solita. Todos mis discos los he hecho con producción propia, con las patas y el buche, con ahorros y préstamos”.

-¿Por qué ponerse más piedras en el camino, más dificultades?
“Siempre ha sido así mi vida. Nunca ha sido nada fácil, pero por lo mismo, lo disfruto mucho. Sé que me cuesta hacerlo, pero siento que tener ayuda, económica o de otro, implica siempre un compromiso posterior”.

-¿Eso ha afectado el que estés vigente o no?
“Yo nunca he dejado de trabajar desde que dejé la televisión. Me mantengo sola, dependo económicamente sólo de mí y he podido hacer una vida absolutamente normal, pasarlo bien”.

Andrea reconoce que por algunos períodos desaparece de la pantalla, pero no lo echa de menos, más cuando se observa la parrilla de programas. “Qué cosas musicales hay en la tele, nada, y es ahí donde quiero estar”.

“No voy a ir a la televisión a hacer cualquier cosa, aunque he recibido de ella y de los medios en general, mucho apoyo cuando he sacado mis producciones”, agrega.

-Los cantantes creen que la industria musical ha matado la producción chilena. Aunque no es tu caso, ¿lo ves así?
“Los sellos van a dejar de existir. Como la cosa está no puede seguir; la piratería superó a la venta, entonces hay que unirse o morir. Por eso, hay que vender la música por internet de a canciones, porque la gente ya no quiere comprar un disco, considerando además, los precios que les ponen, cuestión que incentiva el pirateo.
“Es un círculo vicioso, no hay inversión. Los que la hacemos, los que más trabajamos, somos los artistas que no tenemos sellos y que nos sacamos la mugre haciendo discos”.

Manejar el español, inglés, francés y el italiano es algo que ha posibilitado que Andrea tenga alta demanda como animadora-cantante en eventos para empresarios y otros. “Eso me ha permitido trabajar a full todos estos años”, confiesa, aunque apunta que las crisis también la afectan.

“No reniego de la tele...”

-Pero es una bien distinta a la que tú estuviste...
“Absolutamente, por eso no estoy. Lo que yo hago no es rentable en televisión. En el único reality en que me gustaría participar, en la vida, es “Amazing race” que es extremo, que implica viajar por todo el mundo. Es una gymcana a mil (su cara se ilumina)”.

-¿Por qué no internacionalizarte?
“Porque no me interesaba”.

-¿Y ahora?
“Ahora... estoy tan libre en la vida que voy donde me lleve el viento. Si sopla para el norte para allá voy. No es que sea veleta, sino que no tengo ninguna atadura y antes si las tenía. La verdad es que lo estoy pasando súper bien sola, tengo una libertad para ir a cualquier lugar, hacer la música que quiero, cantar a la hora que quiero, por eso he trabajado tanto”.

-La crítica señala que tus mejores trabajos son de jazz. ¿Por qué no diste el paso antes?
“Creo que una pequeña cuota de timidez, otra de miedo. Sentía que tenía que madurar más la voz antes de ponerme a cantar jazz. Son pocas las personas jóvenes que lo pueden hacer, se dan algunos casos, pero de la manera que yo lo entiendo, creo que hay que haber vivido un poquito para ser más creíble. Además hay que tener el oído súper educado, muy desarrollado. No todo buen cantante puede ser un buen improvisador y una de las esencias fundamentales del jazz es la capacidad de improvisación, que yo recién, recién, me estoy atreviendo a hacer”.

-¿Es tu veta definitiva?
“Sí, no creo que me dé por hacer tirolesas (se larga a reír). Sí, porque aquí creo que me voy a quedar. Siento que tengo mucho que recorrer; me falta incursionar el bossa nova, me gustaría hacer un disco de canciones italiana, todas con un enfoque jazzísticos”.

Quizás por eso, al momento de la entrevista anda con el pasaporte en la cartera, haciendo los últimos preparativos de su viaje a ese país, donde tiene familia y grandes amigos. Aunque en el pasado animó el Festival de San Remo, el 2008 cruzó la frontera y cantó jazz en Mónaco, experiencia que espera repetir en esos lares.

-¿Sientes que has alcanzado la plena madurez?
“Creo que estoy en un momento de mi vida espectacular aunque uno nunca lo puede decir. Obvio que ya he vivido bastante, que tengo una mochila a cuesta a la que recurro cuando necesito buscar emociones y las he vivido todas, de ida y vuelta. Todos esos dolorcitos alegrías, pérdidas, son ingredientes que uno necesariamente los usa; más que cantante, me siento una tremenda intérprete porque sé lo que estoy diciendo”.

-¿Cómo te proyectas como cantante?
“No quiero parar hasta que sienta que es el momento. Creo que me queda mucho por recorrer, pero si cuido la voz lo suficiente debiera seguir por mucho rato más”.

-¿Y Andrea Tessa?
“En la medida que esté feliz en la parte profesional eso también incide en lo personal. Uno puede estar en pareja, pero eso no garantiza la felicidad, para nada, y puede estar sola y eso no garantiza la tristeza. Las cosas han cambiado, el que no te hayas casado no indica que se te fue el tren, indica que no te quisiste subir al tren porque oportunidades para subirse hubo muchas.
“Me voy a Italia a buscar abrazos entre los que quiero, a caminar por la playa, relajarme, llenarme de ellos porque me dan pilas y en una de esas enamorarme de un italiano... ¡No!, estoy tonteando...(se ríe con ganas)”.

-En una de esas...
“Quizás”.
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