Los dos últimos casos de nexos de
funcionarios de las Fuerzas Armadas con hechos relativos al transporte de sustancias ilícitas, ha generado una amplia condena por parte del gobierno, pero también ha activado las alertas en torno a la penetración que podrían estar teniendo los grupos del crimen organizado en las instituciones.
La semana pasada se conoció la detención de seis suboficiales del Ejército quienes formaban parte de una banda que recibía droga proveniente del extranjero para luego trasladarla -vía terrestre y en vehículos especialmente acondicionados- hacia la Región Metropolitana. El 26 de junio, todos quedaron en prisión preventiva.
En tanto, el sábado resultaron detenidos cinco integrantes de la Fuerza Aérea, a raíz de un intento de traslado de una sustancia ilícita desde Iquique a Santiago, situación que fue tildada como un "hecho grave", por parte de la ministra de Defensa, Adriana Delpiano.
Según lo que se conoce hasta ahora, tanto el caso de los funcionarios del Ejército como de la FACh, fueron detectados a raíz de controles internos en las respectivas instituciones, y si bien expertos han planteado que se trata de un tema clave para evitar que estas se sigan permeando, de todas maneras existe preocupación por el avance que han tenido los miembros del crimen organizado para ir por algunos de sus principales objetivos: la corrupción del aparataje estatal para aumentar su control y poder.
A raíz de estos últimos casos, surgen dudas en torno a en qué fase de la "instalación" del crimen organizado está hoy el país, y qué otros "focos de interés" pueden tener estos grupos trasnacionales.
El diagnóstico de la "amenaza"
En marzo de 2024, la fiscal de Tarapacá, María Trinidad Steinert, levantó las alertas respecto a los grupos del crimen organizado, advirtiendo que eran una "amenaza real", y que esperaba que "no nos veamos el día de mañana lamentando que funcionarios públicos empiecen a ser parte de estas bandas del crimen organizado, porque ahí la situación se torna de otro color".
Debido a que la principal vía de ingreso de los miembros del crimen organizado es por la -porosa- frontera norte del país, no resulta tan casual que funcionarios de las FF.AA. de Colchane e Iquique se hayan visto involucrados en los ilícitos de transporte de droga.
Un año y cuatro meses más tarde, la fiscal Steinert insistió -en conversación con Radio Pauta-, en que hay condiciones que facilitan el ingreso de estos grupos y la necesidad de que se ponga foco en las fronteras. "Tu vas viendo que son zonas aisladas, muy alejadas del nivel central, donde no hay una fuerte fiscalización, entonces tenemos que darle el peso a nuestras fronteras. Yo he ido muchas veces a la frontera desde que soy fiscal regional, y ves cómo falta gente desde todo ámbito", afirmó.
Consultada sobre otra advertencia que hizo en el pasado, relativa a que temía que se llegara a un "punto de no retorno", la fiscal comentó que con ello apuntaba al riesgo de que "ya lo tengamos instalado sin ninguna posibilidad de retroceso", aunque dijo tener "esperanza, creo que los que trabajamos, independiente que seamos pocos, ponemos muchas ganas en esto, estamos muy pendientes".
Chile en "fase predatoria" del crimen organizado
Expertos apuntan a que Chile hoy atraviesa una "fase predatoria" por parte del crimen organizado. Para algunos, existe todavía una "fase intermedia" en su instalación y para otros, se ha logrado alcanzar una fase "más avanzada" a la que, de todas formas, se ha podido hacer frente gracias a los controles internos que tienen instituciones como Carabineros, el Ejército o la Fuerza Aérea. Sin embargo, advierten que otras entidades pueden ser objeto de interés de estos grupos.
Daniel Soto, Dr. en Procesos e Instituciones Políticas, Comité para la Prevención de la Tortura, afirma que "Chile atraviesa una fase predatoria del crimen organizado, caracterizada por la infiltración selectiva de instituciones públicas y el uso instrumental de sus recursos sin una corrupción estructural consolidada".
"Chile atraviesa una fase predatoria del crimen organizado, caracterizada por la infiltración selectiva de instituciones públicas y el uso instrumental de sus recursos sin una corrupción estructural consolidada".
Daniel Soto, Dr. en procesos e instituciones públicas
"La participación de suboficiales del Ejército y la FACh en redes de narcotráfico muestra que estas organizaciones están comenzando a utilizar medios estatales para actividades ilícitas. Esta etapa inicial, descrita por Lupsha, es crítica: si no se refuerzan los mecanismos de prevención y sanción, puede evolucionar hacia una fase parasitaria, marcada por corrupción sistemática y mayor cooptación institucional", advierte.
Por su parte, Pía Greene, experta en seguridad y crimen organizado de la USS, plantea en su diagnóstico que "tenemos que tener cuidado, porque cuando el crimen organizado empieza a instalarse en los países, requiere de la corrupción en el Estado. Creo que estamos en una fase donde esto está ocurriendo, ya sea por necesidad, por cosas personales o lucrativas, o ya sea también por amenaza, pero lo estamos viendo y el crimen organizado está logrando permear más instituciones".
Por ello, afirma la experta, es clave acelerar el proceso para contar con mejores controles "para que estas cosas no vuelvan a ocurrir. Estamos en una etapa un poco más avanzada, pero todavía estamos a tiempo".
En una línea similar, Juan Castañeda, cientista político, experto en criminalidad y académico de la U. Autónoma de Chile, apunta a que si bien no se puede hablar actualmente de una fase de "consolidación" del crimen organizado, sí habría una "estabilización, de que Chile es una plaza atractiva" en este sentido.
"Es atractivo porque Chile constituye un mercado que permite tener conexión a mercados más grandes, como el europeo -por el mercado del ácido-, por lo que estos grupos necesitan penetrar con instituciones del Estado para seguir consolidando ya esta base establecida", precisó. Esto, de todas formas "es peligroso, porque el crimen organizado ya se quedó en el territorio chileno como base".
Los otros organismos de interés
Castañeda plantea que el hecho de que existan controles internos en las Fuerzas Armadas son buena noticia, pero hay que poner atención con las entidades civiles que pertenecen al Estado. La diferencia, explica, es que "para las FF.AA. es muy importante el honor de la institución, el prestigio, por eso hay elementos de control para que esta suerte de infección no se expanda".
No obstante, en otras áreas, la situación podría ser más compleja. "Una de ellas es la estructura carcelaria, que lamentablemente favoreciendo la proliferación y la administración del delito, por eso es necesario reformar el sistema penitenciario, porque ahí ya hay penetración de crimen organizado", precisa.
También apunta a que es especialmente delicado y hay que poner atención al avance de estos grupos al interior del Poder Judicial.
"En el mundo civil, no existe honor, no existe verticalidad de mando tan marcado como en las Fuerzas Armadas. Esas jerarquías, en las instituciones civiles, en el aparato estatal, no se respetan", puntualizó Castañeda.
Por último, el académico subraya que también se debe poner atención a lo que ocurre en los municipios, "porque en los territorios de algunas comunas de la zona central de Chile, se está buscando lavado de activos, lavado de dinero. Entonces, el poder local y la esfera del municipio son idóneas para el lavado de pequeños negocios; barberías, peluquerías, carnicería, botillerías, entre otros. No hay que olvidar que el crimen organizado también necesita lavar dinero", zanjó.