Reuters
Otorgan elegancia, garbo y estilizan la figura. Cuando una mujer se pone zapatos de tacón, sabe que irá con un aire distinto por la vida, que resaltará su estatura, y que cada pisada que resuene con el sueño, llamará la atención de los que están cerca.
Hay quienes incluso han llegado a decir que ir con tacones es como un orgasmo, como lo aseguró el diseñador Christian Louboutin, famoso por sus zapatos de suela roja, que prácticamente todas las famosas de Hollywood y de las revistas internacionales calzan.
Una de ellas, Victoria Beckham, aseguró en su oportunidad que no le gustaba ir al gimnasio, porque no le gustaba ponerse zapatillas, y no se bajó de sus tacos ni aún estando embarazada. Apenas descansó de ellos cuando le dio una hernia discal.
Pero lo cierto es que este tipo de zapato -que también ha popularizado la princesa Letizia y de ahí su sobrenombre 'letizios'- no es para nada inofensivo, y puede acarrear mayores problemas de lo que se cree.
“Casi todos los médicos advertimos de forma dramática a las embarazadas y madres que tengan cuidado con el uso de tacos”, comentó el traumatólogo jefe del Equipo de Tobillo y Pie de la Clínica Alemana, Cristián Ortiz.
Las razones son varias, y van desde que disminuyen la estabilidad al caminar -lo que puede traer lesiones, esguinces en tobillos y caídas peligrosas- hasta que pueden provocar deformidades, como juanetes, callos y dedo de martillo, al obligar al pie a cambiar su centro de apoyo.
Y en el caso de tener sobrepeso o estar embarazada, “a mayor peso mayor carga por unidad de área y mayor sobrecarga con las consecuentes deformidades dolorosas mencionadas”, dijo Ortiz, agregando que los problemas también pueden afectar a mujeres sin problemas de postura ni peso.
Hacia el zapato perfecto
A veces una mujer va caminando por el mall, con la intensión de ir a comprar un regalo concreto y volver pronto al hogar. Pero, de pronto, desde una vitrina de una zapatería, un par de zapatos parece brillar más que el resto, con una bandera que dice “te combino con todo, llévame”.
Pero no se trata solo de cuán bonito sea el calzado, para hacer una buena compra. Se debe tomar en cuenta que, de partida, los zapatos con taco aguja son los que menos estabilidad ofrecen a su usuaria. Por lo que se deben preferir aquellos que sean anchos, amortiguados y con la menor altura posible. Y cuya suela sirva de molde para el arco, para que sean más cómodos.
“En ese sentido una plataforma es mejor que un zapato con taco clásico”, comentó el experto, quien agregó que el calzado de cuero, de calidad, ofrece una mejor adaptación a la forma del pie.
“En el terreno plano se puede caminar sin problema, (pero) muchas veces las mujeres van con cierto bamboleo. Esta inestabilidad hace que el tobillo se doble fácilmente y así llevar a un esguince o fractura”, explicó.
Ortiz recomienda comprar el zapato al final del día, ya que a esas alturas de la jornada, el pie está hinchado, y es importantísimo que el calzado responda a esos momentos con comodidad.
A eso, el experto agregó que éste no se debe “amasar”, como el común de la gente lo hace hasta que su uso se hace algo más grato. Al contrario, es el calzado el que debe acomodarse al pie.
Así que todas aquellas que a veces sufren usando estos altos calzados, deben tomar en cuenta los peligros que acarrean. Y, además, -si lo que se quiere es impresionar al sexo opuesto- que la mayoría de los hombres ni siquiera se dan cuenta cuando una mujer lleva zapatos de tacón.
Cuando los investigadores de la Universidad de Northumbria, del Reino Unido, quisieron saber cuánto influían los tacones en lo atractiva que podían ser las mujeres para los hombres, se dieron cuenta que ellos no supieron diferenciar el modo de andar de las que llevaban tacos de las que iban con zapato plano.
“Las mujeres están gastando dinero en zapato de taco alto, lo que puede ser peligroso, probablemente para verse bien y potenciar lo que la naturaleza les dio”, comentó en esa oportunidad uno de los psicólogos encargados del estudio, el doctor Nick Neave. Y los resultados de la investigación, hablan por sí solos.