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El otoño está aquí, aprende a fluir y a cuidarte con secretos naturales

Es la época del año en que se recoleta la energía del verano según la medicina china.

09 de Abril de 2013 | 16:03 | Por Francisca Vargas V.
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Reuters

“Se inicia un movimiento de descenso y repliegue hacia el interior de nosotros mismos y es el momento preciso para prepararnos para el descanso y la regeneración invernal”, afirma Gisela Ibarra, terapeuta en Medicina China (ojoconlamoxa@gmail.com).

La aseveración pertenece a la Filosofía Taoísta, específicamente de la teoría de los Cinco Elementos, que surge de la observación paciente de la naturaleza y explica los “fenómenos materiales como los de los planos espirituales”.

Esta teoría, dice la especialista, se refiere a los elementos madera, fuego, metal, agua y la tierra, pero acá se les entiende como fuerzas del universo, fases de transformación y estados energéticos y no sustancias materiales.

En ese sentido, su aplicación fue incorporada a todas las ramas del conocimiento en cinco sabores, colores, puntos cardinales, sonidos, estaciones, órganos y vísceras. Y también corresponderían a las características energéticas de las estaciones y sus climas.

En detalle, indican que el ciclo parte en la primavera, la estación del renacer, vitalidad y frescura cuyo elemento madera. “La energía se abre, crece, desbloquea y se desarrolla”, dice la experta. Luego, viene el verano, el máximo esplendor, vitalidad y entusiasmo. Su elemento es el fuego. Prosigue, en el caso del invierno, que es representado con el elemento agua, es un tiempo de sensibilidad, descanso y abrigo para prepararse para nuevamente surgir con fuerza en la primavera.

Sin embargo, específica Giselle Ibarra, los chinos añaden una quinta estación, que la representa la Tierra, que acoge a todos los elementos para la transformación de sus energías. En la actualidad, se le conoce como una estación intermedia, de transición, húmeda y de corta duración, que “conduce a una conducta y aptitud equilibrada y estable. Es también el que complementa el ciclo y permite representar las relaciones fisiológicas mediante la teoría de los 5 elementos”.

Las características

En otoño, explica Gisela Ibarra, se instala al desaparecer la intensidad del sol, donde la energía se movería y condensaría hacia adentro, limpiando, calmando y provocando estados de contemplación y reflexión.

“El cielo es claro y limpio. Es tiempo de cambio y recoger los frutos de primavera y el verano, de ser más serenos y reflexivos acerca de nuestra vida”, dice.

Su elemento es el metal, que se considera una energía más ‘seca’, concentrada, y hacia dentro, que limpia y purifica. Desde el punto de vista energético, su energía es afectada tanto por exceso de líquido como por demasiada sequedad. En ese aspecto, específica, los órganos que se afectan son los pulmones e intestino grueso.

“Lo que pasa es que en medicina tradicional china los pulmones son receptáculos de la energía vital Wei Qi a través de la respiración y con el intestino grueso que ejerce la tarea de eliminar lo impuro”, cuenta Ibarra.

Agrega que su energía circula por los brazos y pecho y que además, se relaciona con la actividad mental, el pensamiento, la piel, el cabello y el sentido del olfato.

Esta importante influencia el otoño en estado equilibrado fomentaría la autoprotección, la voluntad de vivir, reflexión y la comunicación. Pero, en estado de desequilibrio, habría una tendencia al abandono, melancolía, tristeza y depresión. “Y lo peor, es que una persona resfriada en otoño andará más triste y se sentirá abatida, sin energía”, comenta.

Los cuidados

Por lo tanto, lo que recomienda para estar en armonía con la naturaleza en estos meses es empezar a bajar el ritmo. “Ya no es recomendable hacer una vida tan hacia el exterior, es mejor, guardarse más temprano, quitarse de la bulla, y al recolectar lo que sembraste lo cuidas hacia adentro, te revisas”, cuenta.

Este consejo simboliza que es importante sacar provecho del camino recorrido y nutrirse de esos movimientos, ya que para los chinos el año parte de una muerte y renacimiento con el invierno y la primavera.

Entonces, dice que como es época de reflexión, es un buen momento para fortalecer las defensas, la alimentación y abrigarnos más porque la temperatura de la tierra ha bajado y la humedad ambiental nos afecta.

Para conocer un poco más, Gisella Ibarra, que realiza el taller “Autocuidado de Otoño” en el Centro Wu Wei de Acupuntura y Artes Energéticas entrega consejos sencillos para aprovechar lo bueno que tiene el otoño.

Por ejemplo, enseña que para sortear las mucosidades que genera la humedad y que afectarían a los órganos más activos en esta época, pulmón e intestino grueso, dificultando la respiración, y provocando pesadez física y mental, propone evitar los lácteos y dulces principalmente. También las harinas y los alimentos y bebidas muy frías.

“Si una persona está con los pulmones muy obstruidos, tiene que sacar inmediatamente los lácteos de su dieta y verá como es más fácil salir de ese estado”, afirma.

Además, entrega recomendaciones en alimentación y ejercicios:

1. Preferir en otoño alimentos un poco más salados y de tibios a calientes.

2. Incorporar en cuanto a sabor algo de picante, pues es el sabor que pertenece al elemento metal, pero sin excedernos, solo un poco.

3. Favorecer la ingesta de legumbres, y también tubérculos. “Un buen almuerzo otoñal sería un plato de lentejas con papas y un poco de picante como pimienta, o ají, con una cocción lenta que ayude a concentrar los nutrientes”, aconseja.

4. Automasajes: Frotar la piel, especialmente la nariz, manos y pies para que nunca estén helados, porque eso favorece la entrada del frío hacia los pulmones. “Ese sencillo masaje nos permite calentar manos y pies si los sentimos fríos, pero también hay que abrigarse los pies.”

5. También sirve tomar momentos de introspección y observación de la propia respiración, hacer inspiraciones lentas y profundas, ya que esto fortalece los pulmones y activa la vitalidad.


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