"Acusan a las chicas fitness de promover trastornos alimenticios en las redes. La cultura 'Fit', doctrina que siguen los adeptos al deporte y la alimentación sana, está en el foco de la crítica debido a que varios profesionales consideran que promueve el desorden en la alimentación".
Esta era la denuncia que esta semana hacía un medio de comunicación, mostrando cómo y cuánto influía esta tendencia en los adolescentes. Se citaban doctores, especialistas, estudios, cifras y estadísticas, razones y argumentos que respaldaban la idea de que la llamativa moda era un real peligro, algo que -debo decir- comparto en su totalidad. Ya que si bien estoy de acuerdo con una vida sana, con que el ejercicio y la alimentación nutren no solo el cuerpo, sino también el alma, creo que muchas veces esa vitalidad se vuelve adictiva, enfermiza y muy lejos de lo saludable.
Seguramente me criticarán y pensarán que juzgo y difiero de todo lo que sea un beneficio para el cuerpo, cuando de kilos o curvas se trate. Pero están muy equivocados, ya que estoy lejos de pensar así. Creo que el cuerpo es el reflejo del alma, que uno irradia lo que internamente vive y es. Por esto, me hace inmensamente feliz ver mujeres curvilíneas caminando por la calle, que irradian una luz y energía impresionantes por la pureza y felicidad de alma con la que viven sus días. Como también agradezco ver hombres atractivos, musculosos y varoniles, que más allá de desviar miradas por su aspecto físico, irradian una seguridad y vitalidad que los hace, a mi parecer, verdaderamente atractivos.
Lo que yo percibo en esas personas es que están lejos de buscar ser el "chico o la chica fitness", o de vivir sus días atados a una rutina de ejercidos extremadamente metódica, cuadrada y estructurada. ¿Saben por qué? Porque están seguros de lo que son, porque tienen un por qué que está muy lejos tener una forma enfermiza, insana y destructiva de cultivar su físico disfrazándolo de vida.
Y sí, critico y difiero de todo culto al físico o cualquier cosa que se le parezca, que quite horas y energías de la mente, del cuerpo y del corazón, volviéndose una adicción brutal, autodestructiva y tantas veces mortal. Acepto y me sumo a todo lo que traiga y dé vida, yo también voy al gimnasio, buscando esa masa muscular que perdí por culpa de la anorexia y que hoy trabajo por recuperar, pero siempre desde la sanidad, desde la alegría y desde el saber que mi vida no se define por si subo o no un kilo de músculo, o si es que logré lo que mi plan o entrenador quería para este mes. Ya que para mí el por qué en esta vida está muy lejos de estar en un físico que jamás brillaría si mi alma no estuviera irradiada de paz y alegría, como hoy elijo vivir mis días.
Estamos a portas de vivir otras Fiestas Patrias, de celebrar otro aniversario de este Chile lindo del que todos somos parte. Son días de celebración en que nos inundamos de asados, empanadas y cuecas, pero también de advertencias respecto a cuántos kilos se pueden subir, o cuántas calorías tiene un choripán o una empanada. ¿Por qué no vivir y comer en paz, sin caer en excesos?
Vivan este 18 de septiembre con alegría, con sanidad y responsabilidad con su cuerpo y corazón. Disfruten la empanada sin culpas y si después quieren ir e invadir los gimnasios, bienvenidos sean, siempre y cuando lo hagan con alegría, sin culpas ni reproches, y lejos de la adicción y del culto al cuerpo, que más que entregarles felicidad, les resta horas y días de paz y tranquilidad, ya que es solo en el corazón donde radica la verdadera y real belleza que al mundo le quieren entregar.
¡Felices fiestas para todos!
Con cariño,
Denisse Fuentes Estrada, Fundadora & Directora Fundación "Pesa Tu Vida" (www.pesatuvida.cl; Facebook: Pesa Tu Vida; Twitter: @PesaTuVida/@D_FUENTESE; Instagram: Pesa Tu Vida/Denisse.fuentes.e); autora de "La Dieta de la Muerte"; Joven Líder 2015; Diplomada Internacional en Coaching Neurolingüístico.
