SANTIAGO.- Despampanantes. Ella, sonriente, luciendo el aún pequeño vientre de su segundo embarazo y él, enamorado, no le quita los ojos de encima. Con el pequeño Alexander, su primogénito de 1 año, los príncipes Carl Philip y Sofia de Suecia son una de las parejas más admiradas de la realeza europea. Son guapos y se ven felices. Y sobre todo, se les aplaude el hecho de que lucharon para que las estrictas reglas protocolares de la familia de él, la aceptaran.
El próximo mes celebrarán su segundo aniversario de matrimonio. Ese año, 2015, toda Suecia miraba atenta cómo esta pareja lograba unir su amor pese a todos los prejuicios que caían sobre Sofia, de 30 años entonces.
Sofia Hellqvist tenía solo 20 años cuando decidió posar para una revista de hombres, Slitz. Su imagen, con solo la parte de abajo del bikini y una serpiente tapándole su busto, le valió el premio Miss Slitz 2004 y su pase al reality show “Paradise Hotel”, con todo lo que un programa de telerrealidad conlleva: discusiones con otros participantes y escenas candentes. Nada muy extraño, siempre y cuando no se intente ingresar a una familia real.
Paralelamente, Carl Philip -
considerado uno de los más guapos de la realeza europea y tercero en la línea de sucesión al trono sueco- destacaba por sus carreras en autos y en vela, y por su recientemente terminado noviazgo de 10 años con Emma Pernald, publicista a la que todo Suecia veía como su futura princesa, incluyendo la propia familia real –las hermanas del príncipe, Victoria y Madeleine, son íntimas amigas de la ex hasta el día de hoy-.
Tal era el cariño que los suecos le tenían a Pernald, que muchos quedaron estupefactos cuando el príncipe osó decir antes de casarse con Hellqvist, que “no había conocido la magia del amor antes de encontrar a Sofia”. A través de la prensa, su ex respondería: "Sentí el amor durante los diez años que compartimos”.
“Optamos por el amor”
Tras su paso por el reality show, Sofia se mudó a Nueva York, donde estudió para ser instructora de yoga e incluso abrió su propio centro en Manhattan. Luego, motivada por la ayuda social, se involucró profundamente en organizaciones en África, y creó el año 2010 Project Playground, un centro para acoger a niños huérfanos y víctimas de abusos en Sudáfrica.
Para ese tiempo, ya había conocido a Carl Philip. Fue ese mismo año, 2010, en un restaurante, donde ambos fueron por su cuenta con unos amigos que resultaron conocerse entre sí. Los presentaron y la historia ya se conoce: se gustaron, comenzaron a salir, se fueron a vivir juntos al año siguiente y en 2014, anunciaron su matrimonio. El novio, de profesión diseñador gráfico, se encargó personalmente de crear el anillo de compromiso.
La ceremonia tuvo lugar en la tarde del 13 de junio de 2015 en la capilla del Palacio Real de Estocolmo, y la prensa que tuvo acceso al evento asegura que el novio lloró cuando vio a Sofia entrar con su vestido blanco.
Más tarde, en la recepción del matrimonio y ante todos los invitados reales, Carl Philip diría: “Sofia, nosotros nunca elegimos el camino difícil, él nos eligió a nosotros. Optamos por el amor y eso nos ha unido siempre. Te caracterizas por fuertes valores, pasión y coraje. El más importante de todos ellos es, quizá, el atreverse a ser uno mismo, para atreverse a ponerse de pie por sí mismo. Y, sobre todo, que el amor no conoce fronteras”. Ella, por su parte, le dedicó una canción que le escribió, en la voz de la cantante sueca Molly Sandén.
Siendo actualmente los duques de Värmland, él de 37 años y ella de 32, acaparan seguidores en redes sociales y los lectores de revistas especializadas que los ven felices con su hijo Alexander y disfrutando de la espera de su próxima guagua para septiembre de este año. Conoce más de esta pareja arriba, en nuestra galería de fotos.