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¿Por qué decidí hacerme una vasectomía? El caso de un chileno que se sometió a la operación

Desde hace años se ha visto un alza en el país de hombres que deciden llevar el control de su fertilidad a través de este procedimiento. Hoy, en el Día Mundial de la Vasectomía, hablamos con uno de ellos, que representa al grueso de los pacientes del país: mayores de 30, con pareja estable y con hijos.

16 de Noviembre de 2018 | 10:08 | Por Ángela Tapia F., Emol
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"Me pusieron un preanestésico, y contaron hasta tres. Cerré los ojos y cuando los abrí ya estaba en el postoperatorio", contó "El Reno". (Imagen de referencia)

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SANTIAGO.- "Le hablas de la vasectomía a un hombre y al tiro piensa que va a perder hombría", alega un chileno de 36 años. Hace unos meses, cuando él se sometió a esta operación, decidió contar su experiencia en redes sociales y vio de cerca los prejuicios que la rodean. Sin embargo, también se dio cuenta de que poco a poco, entre los comentarios que se escribían en su publicación, iban apareciendo hombres que pedían datos y en otros casos, hasta lo felicitaban.

"Nadie felicita a las mujeres por cuidarse. Es más, el hombre promedio se enoja con la pareja si no se cuida", criticó el protagonista de esta historia, conocido en Twitter como "El Reno" (@renolander). Este médico veterinario, casado y con dos hijos, sabía que no quería tener más descendencia. Con su esposa (34) estaban cansados de los gastos que las pastillas anticonceptivas significaban en el presupuesto familiar, uno de los tantos métodos hormonales que ya habían probado y que al igual que los otros, estaba hecho para ser usado solo por mujeres.

"Un día, en una clínica, me topé con un folleto de 'verdades y mitos de la vasectomía'. Pasaron algunas semanas y le dije a mi señora: ‘no quiero tener más hijos. Tú, ¿sí?'. Me dijo que no, que estaba perfecto con dos, y tomamos la decisión", contó "El Reno" a Emol.

El veterinario averiguó cuál era la clínica preferente de su plan de salud, fue al urólogo que correspondía, presentó el presupuesto en su isapre y se alegró de que todo le iba a costar 22 mil pesos. "Pensé: es una cirugía poco invasiva, no altera en nada mi libido, se sigue produciendo la misma cantidad de testosterona, es poco riesgosa y además es barata; no más pastillas, ni condones ni test de embarazo. Lo tenía que hacer".


Tal como vio en las respuestas que tuvo su hilo el Twitter, "El Reno" no está solo. De hecho su caso es el que más se repite entre los chilenos que se realizan vasectomías, operación que tiene un margen de error de 1 en 2 mil procedimientos y cuyas cifras claramente han ido en aumentando con los años (ver infografía, abajo).

"Existe una tendencia al alza", corrobora el urólogo Pablo Pizzi (vasectomia.cl), quien indica que la mayoría de los pacientes que se someten a una vasectomía tienen entre 32 y 38 años, "están con una pareja estable y consideran que ya tienen un número suficiente de hijos".

"Pero cada vez se están sumando pacientes más jóvenes, sin hijos, que han decidido que la paternidad biológica no está en su proyecto de vida", agregó.

Según indica, la legislación exige que los hombres y mujeres que quieran realizarse una cirugía de infertilidad permanente (vasectomía o ligadura tubárica) deben tener más de 18 años "y estar con sus facultades mentales conservadas". "No se pide un número mínimo de hijos. Por lo tanto no está en nosotros, los médicos, oponernos a alguien que no tiene descendencia" y quiere operarse.

"Con los caminos cortados"

"El día de la operación me pusieron un preanestésico, y contaron hasta tres. Cerré los ojos y cuando los abrí ya estaba en el postoperatorio", aseguró "El Reno". "No sentí absolutamente nada, no sé lo que pasó. La cosa es que después de media hora, estaba ya despertando y con 'los caminos cortados'".

El veterinario dice que no sintió dolor y que ese mismo día, tras algunas horas, se fue de la clínica, con la indicación médica de guardar dos días de reposo relativo y tomar por cinco días antiinflamatorio.

Lo que sucedió mientras lo estaban operando, lo explicó el urólogo: "la cirugía consiste en una obstrucción de los conductos deferentes, que son los que transportan los espermatozoides desde el testículo a la próstata, donde se unen con el líquido seminal para dar origen al semen".

Se trata de una "obstrucción mecánica" del paso de los espermatozoides, que seguirán produciéndose permanentemente. Estos tienen un periodo de vida de alrededor de 70 días, y una vez muertos se reabsorben. "No se acumulan", sentenció Pizzi, despejando cualquier atisbo de duda.

Pasados unos tres meses de la operación, se realiza un espermiograma para comprobar que un hombre ya no tiene espermatozoides en su eyaculación.

La posibilidad del arrepentimiento

"Hoy mi espermiograma es 0. Chao condones, chao pastillas, chao calendario, chao sustos, chao test de embarazo, chao", escribió triunfal "El Reno", el 5 de noviembre pasado. Varios lo criticaron, desconociendo toda su historia de fondo y que la decisión de la vasectomía había sido tomada con su pareja. Le alegaban que con su tuit desestimaba el uso de los preservativos para prevenir el contagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Pero no era su caso.

Ante esto, Pizzi aclara: "Siempre informamos que lo único que evita la operación es el riesgo de embarazo. Para las ETS siguen existiendo los tres mecanismos básicos: pareja estable, preservativo o la abstinencia sexual. No hay más que eso".

¿Y si alguien se arrepiente? Existen tres maneras de que un paciente vasectomizado pueda tener hijos en el futuro: congelando previamente espermatozoides, extraerlos directamente del testículo que sigue produciéndolos, para usarlos en una fertilización in vitro. O mediante una vasovasostomía, que revierte lo hecho en los conductos deferentes y que tiene una tasa de éxito del 80%, si se hace antes de los ocho años desde que se realizó la vasectomía.

De momento, "El Reno" no se arrepiente y se siente feliz de haberse hecho una operación que considera simple y hasta justa. "(El control de la fertilidad) es una carga que nosotros mismos le pusimos a las mujeres", lamenta.

Infografía: Juan Pablo Bravo, El Mercurio | Adaptación: José Infestas y José Manuel Vilches, Emol. Fuentes: DEIS y División de Gestión de Redes Asistenciales, OMS
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