Caminar o ir en bicicleta al trabajo se asocia con una probabilidad menor de sufrir un ataque cardíaco en 43 millones de adultos en Reino Unido, según un reciente estudio de la
Universidad de Leeds, publicado en el 'European Journal of Preventive Cardiology', y que tenía por objetivo concretizar los beneficios del desplazamiento activo para la salud.
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Los beneficios del ejercicio regular son numerosos, y apoyamos iniciativas para que el mayor número de personas posibles se convierta en activa y mantengan ese nivel de ejercicio", señaló el medallista olímpico de triatlón
Alistair Brownlee, participante en el estudio.
El estudio trabajó sobre los datos del censo de
2011, que incluyó 43 millones de personas empleadas con edades comprendidas entre los 25 y 74 años en Reino Unido.
En este, encontraron que un 11,4% iba al trabajo en bicicleta o caminando, aunque este último era más común que el uso de la bicicleta (8,6% frente a un 2,8%). En áreas donde ambas actividades fueron más comunes en 2011,
la incidencia de ataques al corazón decrecieron tanto en hombres como en mujeres en un período de dos años.
Los investigadores partieron de la base de que los mayores factores para desarrollar eventos cardíacos son la falta de ejercicio, el sobrepeso, fumar y padecer diabetes.
"El efecto de los desplazamientos activos es más modesto si se compara con factores determinantes más fuertes de la salud cardiovascular, como fumar, la obesidad, la diabetes y la falta de ejercicio regular", expresó el cardiólogo
Chris Gale, autor del estudio.
Sin embargo, esta investigación sugiere que el ejercicio para ir al trabajo "
tiene el potencial de mejorar a nivel nacional la salud y el bienestar".
Después de ajustar estos factores, el equipo científico encontró que un comportamiento activo se relacionaba con unos efectos adicionales sobre la salud en algunos casos.
Para las mujeres que caminaban al trabajo, la reducción era de un total de 1,7%; para los hombres que iban en bicicleta al trabajo, también hubo un 1,7% de reducción en los ataques cardíacos en el año siguiente.
También observaron una diferencia de sexos en este sentido, ya que los hombres usaron más la bicicleta en 2011 que las mujeres (3,8% frente al 1,7%), pero más mujeres fueron caminando al trabajo (11,7% frente al 6,0%).
Políticas para incentivar el uso de la bicicleta
El Gobierno de Reino Unido, por su parte, reconoció el potencial de animar al transporte activo para ayudar a combatir el sedentarismo, el cambio climático, la contaminación y la congestión del tráfico. Pese a ello, la proporción de personas que practican deporte mientras van al trabajo es todavía baja.
Así, expresaron al respecto que son necesarios mayores esfuerzos tanto nacionales como de política local para mejorar y crear conciencia sobre los beneficios de usar la bicicleta o caminar hacia el trabajo y que, además, se relacionan con mejoras futuras de la salud de la población global.
El estudio además demostró que encontrar tiempo para hacer ejercicio es fácil, pues no son necesarios gimnasios, sino que este simplemente se puede realizar de camino al trabajo. En caso de que no sea posible porque el lugar se encuentre demasiado lejos, los expertos expresaron que otra opción es "estacionarse un poco más lejos y hacer el resto del camino a pie o bajarse unas paradas antes y hacer el mismo procedimiento".