Tracy Brabin MP / Facebook
Solo un vestido negro de con un hombro caído bastó para que la parlamentaria británica
Tracy Brabin (58) fuera duramente cuestionada por los ciudadanos, y calificada incluso de "prostituta con resaca", después de que hablara el pasado lunes en la Cámara Baja de Reino Unido, con un atuendo que fue altamente comentado en redes sociales.
El hecho de que a la parlamentaria del Partido Laborista se le haya visto un hombro durante su presentación en el congreso, donde se habló temas relacionados el
Brexit, desató cientos de críticas, la cuales fueron calificadas por Brabin como "tristes" y
"otro ejemplo del sexismo que deben enfrentar las mujeres a diario". La británica tuvo que enfrentarse a comentarios como
"¿este es un atuendo realmente apropiado para el Parlamento?", "parece como si se hubiera pegado con un basurero en la parte trasera de un pub", y "le deberían haber pedido que se fuera".
Al ver la popularidad negativa que comenzó a ganar su atuendo, Brabin quedó sorprendida de que las personas se "emocionaran tanto por un hombro". En una entrevista con la BBC, señaló que los comentarios eran groseros, pero que
no perdería el tiempo pensando en ellos. Además, en su cuenta de Twitter la parlamentaria respondió a todas las personas que la habían calificado con palabras ofensivas. "No tengo tiempo de responder a todos, pero
puedo confirmar que no soy una prostituta, alcohólica,
promiscua y a punto de amamantar", indicó entre otros adjetivos que le pusieron.
La parlamentaria señaló que era importante hablar de estos temas ya que otras mujeres no tienen la voz para protestar cuando son denigradas por su apariencia al igual que ella.
Otros medios británicos criticaron a quienes ofendieron a Brabin por su atuendo y señalaron que usualmente solo a las mujeres se les cuestiona por su apariencia física, y se les relaciona sus prendas con actividades sexuales que estas podrían haber realizado.
"Las mujeres reciben grandes críticas por sus zapatos, pantalones, carteras, piernas y sobre todo el escote (...) a lo largo de la historia", escribió la comentarista de The Guardian,
Zoe Williams, dejando ver que esto era signo de que todavía los hombres siguen pensando que sus colegas no deberían estar en la misma posición que ellos.