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La banda presidencial pasará de un "boomer" a un "millennial": ¿Por qué la generación X no pudo llegar a La Moneda?

Su "aversión al riesgo" y ausencia de una "épica relevante" son algunas de las razones que mencionan los analistas sobre este fenómeno.

22 de Diciembre de 2021 | 08:10 | Por Natacha Ramírez, Emol
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Quienes hoy tienen entre 41 y 56 años hasta ahora no han ocupado el máximo cargo político del país.

El Mercurio
SANTIAGO.- El próximo 11 de marzo la Presidencia de la República no solo pasará de un color político a otro o cambiará de conglomerado. Ese día también habrá un traspaso generacional del poder.

37 añosde diferencia tiene el actual Mandatario, Sebastián Piñera, con el Presidente electo, Gabriel Boric
En efecto, el actual Mandatario Sebastián Piñera (72 años) pertenece a la generación de los "baby boomers" (nacidos entre mediados de las década de los 40's, en la post guerra, y mediados de la década de los 60's), mientras que el Presidente electo Gabriel Boric (35 años) es un claro representante de los "millennials" (nacidos entre principios de los 80's y mediados de los 90's).

Esto implica que en este traspaso de mando habrá una generación intermedia que –hasta ahora– se habrá quedado rezagada del poder: la "generación X", que corresponde a quienes nacieron entre mediados de los 60's y principios de los 80's, y que actualmente tienen entre 41 y 56 años, aproximadamente. Yasna Provoste (52 años), Paula Narváez (49 años), Sebastián Sichel (44) y Marco Enríquez-Ominami (48 años) son algunos políticos de dicha generación que estuvieron en esta carrera presidencial, pero que no lograron convencer al electorado.

"Desde hace ya varios años estábamos viviendo una tensión generacional importante, y el domingo me parece que se resolvió. Finalmente, una generación joven se impuso –la generación del 2011– que se despegó y desplazó a la generación de los 90's. Definitivamente, eso ya ocurrió y es probable que en cuatro años más, cuando tengamos una elección presidencial, sea entre cuarentones tempranos o subcuarentones", comentó al respecto el periodista y escritor, Ascanio Cavallo, en Tele 13 Radio.

En su análisis, "hay un desplazamiento de la generación anterior, que resistió poco este último embate; prácticamente todo el universo de la centroizquierda desapareció con bastante rapidez. Por lo tanto, yo esto lo veo como un movimiento tectónico de placas entre las generaciones, lo cual significa que claramente empieza a vivirse un país nuevo".

¿Pero por qué esta generación X, a la que pertenecen muchos políticos de renombre, no logró dar el salto y tomar la posta, que ahora recibirán los "millennials"?

Generación "más temerosa" y que "se dedicó a consumir puestos del E°"


El cientista político Mauricio Morales, académico de la Universidad de Talca, plantea que dicha generación –"que no fue capaz de alcanzar el poder ni de sustituir a la generación antigua"– "fue una generación mucho más adversa al riesgo, más temerosa, más timorata, que privilegió los puestos de poder tradicional que le podían entregar los políticos como Bachelet-Piñera-Bachelet-Piñera, y privilegiaron la seguridad por sobre asumir riesgos".

A eso se suma que "los partidos políticos se anquilosaron en términos de liderazgos, promoviendo una escasa renovación y, por lo tanto, este tipo de generación quedó enclaustrada, encajonada por estos liderazgos mucho más fuertes, más nacionales y con mayores expectativas de alcanzar la presidencia de la República". "En la lucha por el poder, los partidos políticos tradicionales, y esa generación en específico, se inclinaron más por cartas seguras (a la Presidencia) que por asumir un riesgo de competir", señala el analista a Emol.

"Fue una generación mucho más adversa al riesgo, más temerosa, más timorata, que privilegió los puestos de poder tradicional que le podían entregar los políticos como Bachelet-Piñera-Bachelet-Piñera, y privilegiaron la seguridad por sobre asumir riesgos"

Mauricio Morales, cientista político
Menciona que "el único que se atrevió en un minuto a competir fue Marco Enríquez-Ominami, pero para eso se tuvo que ir de la Concertación. Finalmente perdió y luego fue aniquilado públicamente. Y, bajo esa experiencia, el resto de las figuras parece que entraron en pánico y ninguno quiso asumir ningún otro riesgo ante la posibilidad de ser excluido". "En la antigua Concertación, en la antigua Nueva Mayoría y en la antigua centroderecha incluso, el que se movía perdía, era excluido. (Manuel José) Ossandón intentó también dar el zarpazo; no lo consiguió. Felipe Kast también, pero tampoco lo consiguió", apunta.

Otro factor que, a su juicio, también ha incidido en que la generación X de la política chilena no haya llegado a ocupar ese cargo es que "son generaciones, objetivamente, de inferior calidad política, y de inferior calidad intelectual y eso hay que reconocerlo". "Es decir, si comparamos los liderazgos del Presidente Aylwin o del Presidente Lagos, no hay forma de que alguno de los otros liderazgos hubiese llegado siquiera a las rodillas de esos mandatarios. Son generaciones mucho más débiles en términos formativos", sostiene.

Dice que "tampoco hicieron trabajo de organización partidaria, cuestión que es muy necesaria para que los liderazgos políticos emerjan desde dentro de los partidos". "Se dedicaron a consumir puestos del Estado y no a formar partido. Todo el tiempo que tuvieron para formar orgánica lo desecharon y decidieron luchar por el poder, principalmente en el Ejecutivo o en el Legislativo. Fueron generaciones particularmente mediocres desde el punto de vista político", afirma.

En cuanto a los "millennial", el académico comenta que "es una generación sin experiencia en Gobierno y, por lo mismo, produce altas expectativas en la población". "Es una generación que representa una nueva época y una nueva épica. Vienen 'limpios' en términos de transparencia y distantes de la política tradicional". A su juicio, "eso ahora se va a difuminar porque son Gobierno y se les comenzará a evaluar más en términos de capacidades que de atributos". "Toda escoba nueva barre bien, pero si Boric hace un mal Gobierno, terminará por resucitar algunos liderazgos que quedaron en el camino", sostiene.

"No tuvo una épica muy relevante" como sí los "boomers" y "millennials"


A un nivel más sociológico, Matías Bargsted, académico del Instituto de Sociología de la Universidad Católica, apunta a la influencia decisiva que tuvieron las "coyunturas históricas" que les tocó vivir a distintas generaciones en el país.

En ese sentido, explica que la generación X en Chile vivió sus "años impresionables" (que es la adolescencia tardía y adultez temprana) a principios de los 90's, en un periodo "de crecimiento económico bullante, de expansión del consumo y de acceso creciente a los bienes y servicios del capitalismo", donde "el malestar prácticamente no estaba presente".

En lo político, la generación X vivió esa etapa vital en plena "transición", con un "sistema político que está tratando de apaciguar los ánimos sociales, no encenderlos; los conflictos se están tratando de desmontar, porque veníamos de una polarización muy aguda y ése no era el camino que se quería seguir. No hay muchas manifestaciones sociales en ese periodo".

"Por coyuntura histórica, esta generación X no tiene una épica política muy relevante, no vive un periodo histórico de grandes marchas, asambleas, movimientos sociales, como lo que sí viven los pingüinos (millennials), a partir del año 2006, Y que se consolida en el 2011"

Matías Bargsted, sociólogo UC
"Entonces, por coyuntura histórica, esta generación X no tiene una épica política muy relevante, no vive un periodo histórico de grandes marchas, asambleas, movimientos sociales", señala.

Esto a diferencia de lo que sí vivieron los millennials, con las grandes movilizaciones estudiantes de 2006 y de 2011, en que comienza "un ciclo activo de movimientos sociales" en el país. "(Los millennials) viven otro periodo histórico, que quizás no está tan lejano a la generación anterior, pero que es dramáticamente distinto: Viven en un mundo donde la democracia es un bien más asegurado, donde hay menos miedo a regresiones autoritarias, donde este crecimiento económico exponencial ya no es tanto, donde la sociedad, a medida que se va enriqueciendo, empieza a generar expectativas más altas", explica.

En tanto, en el caso de la generación que antecede a la X –los "boomers"–, señala que, también "por la coyuntura histórica, le tocó una época de completa épica, de recuperar la democracia, y por eso uno ve que en esa generación recae legitimidad muy grande, como un empoderamiento histórico, que probablemente hizo que le diera poco espacio a las generaciones siguientes".

Otra circunstancia histórica que menciona el sociólogo es que en los años 90's y 2000 –en parte por el empoderamiento de la generación anterior y también debido a que el sistema permitía la reelección ilimitada– "hubo poco recambio generacional". "La generación anterior tampoco le dio mucho tiraje a la chimenea", comenta.

A todo lo anterior se suma que "algunos miembros emblemáticos de la generación X, cuando hubo posibilidad de transitar en el poder, se vieron envueltos en escándalos de corrupción y de financiamiento irregular de la política". "Entonces también, por factores coyunturales, algunas de las promesas de la renovación de la política chilena también se vieron involucrados en situaciones que los desacreditaron profundamente", apunta.

Entonces, cuando irrumpe la generación millennial en la política, los partidos tradicionales "ya estaban muy desprestigiados y no había incentivos para asociarse con ellos". "(Los millennials) tenían, como generación, más autonomía política para poder hacer crecer algo paralelo. Y por ahí surge una alineación de astros que favoreció que estos nuevos grupos etarios buscaran construir sus propias organizaciones políticas", explica.
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