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Psicólogo advierte sobre "falta de conexiones genuinas" en adolescentes: Dinero a cambio de besos sin hablar

Rodrigo Jarpa contó que en una fiesta a la que asistió su hija de 13 años,"nadie conversaba, nadie sacaba a bailar o a conocer a alguien", y que " los chicos solo se acercaban para preguntar si querían 'darse un piquito'", situación que al parecer sería una conducta que no es nueva, y que es "transversal".

02 de Septiembre de 2024 | 17:52 | Redactado por Sofía Cereceda, Emol.
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El Mercurio (imagen referencial)
Una preocupante situación fue la que planteó Rodrigo Jarpa, reconocido psicólogo y doctor en Sexualidad Humana, en su cuenta de Instagram. En esta compartió una reflexión sobre cómo los adolescentes se están relacionando a partir de la experiencia que tuvo su hija de 13 en la fiesta de un colegio privado en Las Condes. Y es que, según contó el especialista, ahora los jóvenes están ofreciendo dinero por besos, algo que al parecer han vivido varios y que se ha visto en otros lugares donde se realizan fiestas.

"Niños que pagan por besos", así tituló el extenso post que publicó en la red social donde acumula 42,8 mil seguidores y que ha generado cientos de comentarios, en su mayoría, apoyando la problemática que plantea Jarpa y donde se pueden ver algunos escritos que establecen "a mi hija le pasó lo mismo" o "lo he escuchado".

"¿En qué nos estamos equivocando?", pregunta el psicólogo clínico en la primera imagen del carrusel que ya tiene más de 3 mil me gusta, antes de revelar que su hija no lo pasó bien en el evento.

"Este es el segundo año que mi hija Emilia, de 13 años va a la fiesta" que se realizó en un colegio privado de Las Condes que está "destinado a recaudar fondos para obras sociales y permite que participen estudiantes de otros colegios", comienza señalando el también autor de libros como "El juego del sexo".

"Este año, ella y sus amigas no lo pasaron bien. Más allá de que la música no era de su gusto (porque el DJ era 'un viejo' de unos 40 años), les molestó otra cosa", agrega, y luego dice: "Nadie conversaba, nadie sacaba a bailar o a conocer a alguien".

Pero al parecer se trataría de una conducta generalizada. "La dinámica se repetía una y otra vez: los chicos solo se acercaban para preguntar si querían 'darse un piquito' con alguno de sus amigos que esperaba por la respuesta, ¡Y eso no fue lo peor!", continuó contando Jarpa en la siguiente imagen del carrusel en el que cuestionó: "¿Así queremos que nuestros hijos aprendan a socializar?".

"Algunos de ellos tocaban el hombro de alguna niña, para darle un beso de imprevisto cuando se diera vuelta. Otros ofrecían dinero, entre mil y cinco mil pesos por un beso. Así de simple".

Rodrigo Jarpa
"Algunos de ellos tocaban el hombro de alguna niña, para darle un beso de imprevisto cuando se diera vuelta. Otros ofrecían dinero, entre mil y cinco mil pesos por un beso. Así de simple: sin preguntar nombres, sin intercambiar palabras, sin intentar conocer a la otra persona. Simplemente 'usar y botar'", continuó relatando el psicólogo.

"Para muchos estas son sus primeras fiestas", sentenció en el tercer post donde preguntó: "¿Vamos a normalizar el consumo de personas?".

Después de relatar lo anterior, Jarpa estableció otro cuestionamiento en el que señaló: "¿Es esta la versión moderna de las interacciones sociales, una variación de ir al mall?". A continuación, entregó algunas respuestas sobre lo que podría estar generando este tipo de conductas.

"La falta creciente de conexiones genuinas y significantes en nuestra sociedad afecta la salud mental y el bienestar emocional de las personas, especialmente de los jóvenes", escribió.

"Cuando los jóvenes ofrecen dinero por besos, no encuentran conexión, pero sí una gratificación instantánea que, en realidad, solo profundiza su aislamiento", agregó.

"La falta creciente de conexiones genuinas y significantes en nuestra soicedad afecta la salud mental y el bienestar emocional de las personas, especialmente de los jóvenes".

Rodrigo Jarpa
"Ellos están desesperadamente buscando conexiones en una sociedad que ha fallado en enseñarles, guiándolos a interacciones que solo profundizan la desconexión y la soledad. Para cambiar esto, debemos empezar por reconectar nosotros mismos y modelar relaciones saludables basadas en el respeto mutuo y la empatía", prosiguió el especialista, apuntando contra el tipo de relaciones que los padres quieren que construyan sus hijos, y cómo los primeros están "contribuyendo a ello con nuestras acciones diarias".

"Me sorprendí cuando algunos apoderados de un colegio vecino se espantaron en una charla donde les hablé de diversidad. Pero esto... esto sí que es para espantarse", reflexionó después.

En la última foto del carrusel señaló: "¿Estamos enseñando a nuestros hijos que las relaciones son intercambios en lugar de conexiones?", y posteriormente expresó que "para cambiar esto, debemos empezar por reconectar nosotros mismo y modelar relaciones saludables basadas en el respeto mutuo y la empatía".

"¿Qué piensas tú?", concluyó su reflexión.

"Esto es transversal. También pasa en los adultos"

Su publicación ha causado cierto debate. Y es que acumula cientos de comentarios de padres, psicólogos, cuentas dedicadas a realizar publicaciones sobre la salud mental, que en su mayoría, establecen estar de acuerdo con lo que plantea Jarpa, señalando que esto es una conducta generalizada en las nuevas generaciones e incluso algunos dicen que a su hijo también le pasó o que lo han escuchado, que en esto inciden las redes sociales y que también ocurre por parte de las mujeres.

Quienes dicen que esto es un tema generalizado sostienen: "A esa fiesta van niños de todos los colegios así que es un problema de las generaciones que hay ahora por la influencia de la música que escuchan (todo sexualizado ) y cómo se les educa desde su casa. Lo encuentro terrible"; "Siempre ha sido así"; "Es terrible lo que pasa en la sociedad. Porque también pasa en los adultos. Lamentablemente esto es transversal y mundial"; "Esta fiesta en el CVD es sólo un ejemplo. DEBEMOS acompañar y enseñar a los niños a respetarse y respetar, así como a involucrar la emoción al intimar", son algunos mensajes que se pueden leer.

"Que lamentable.... La verdad las dinámicas de ahora están tan lejos de establecer una conexión . Me tocó ver a niñas y niños con carteles ofreciendo besos por $1.000. Fiestas de colegios en discoteque que tienen barra abierta para ellas y eso fue siempre así", dijo otro usuario a quien le tocó presenciar una situación similar en otros lugares.

En tanto, algunos padres quisieron contar su propia experiencia: "Mi hija tuvo la misma experiencia en La Huella y pasa exactamente lo que relatas. (...) No es primera vez que pasa en esta fiesta, hace algunos años atrás pasaba lo mismo y sigue vigente este año"; "Es totalmente real lo que se menciona en la publicación. Mi hija también me lo contó. Muchas veces los niños no cuentan por miedo a la reacción de los papás. Tuve la suerte que mi hija me contó y me dijo que no quería ir más. Pero también esto no es solo de niños hombres. Es en ambos lados"; "Qué bueno que lo expones porque es un tema que no se habla , mi hijo estuvo en esa fiesta y me lo contó, es de verdad para reflexionar y enseñarles", "He escuchado cosas similares en otras fiestas", indican.

"Mi hijo, de la misma edad, también ha ido a la misma fiesta y me impactó profundamente esa dinámica de preguntarle al otro si querían 'comerse' antes de preguntar el nombre o de cualquier otro tipo de interacción", comentó otro internauta.

Asimismo, otros usuarios, entregaron reflexiones o motivos de por qué esto podría estar sucediendo: "Esto tiene mucho que ver con el uso del celular y las redes sociales. El uso del celular anula y bloquea el centro de la empatía y eso hace perder el sentido de humanidad"; "Exceso de pantalla, aislamiento social, falta de empatía y visualizar a las niñas como objeto"; "Los chicos definitivamente no saben cómo interactuar ... No tienen las habilidades sociales mínimas ... Las pantallas nos han vuelto más desconectados de todo ... Y adultos que no hemos sabido explicarles ni demostrarles que la vida real no es el porno ni el videojuego o RRSS... Nos queda un tremendo camino por recorrer si queremos que nuestros hijos tengan un futuro sano mentalmente ...".

En tanto una psicóloga planteó una reflexión: "Más allá de lo triste que es, creo que se debe separar la causa del síntoma, no creo que un niño de 12-13 años esté queriendo 'usar personas' o aplicando consciente el 'usar y botar', más allá de la etiqueta, este tipo de dinámicas estallan porque hay un caldo de cultivo que las posibilita, desorientación, redes sociales, imitación a grupos, etc. A esa edad están aprendiendo a vincularse y con estas dinámicas buscan conexión (cómo todo púber) pero de una pésima forma", explica.

"Esto tiene mucho que ver con el uso del celular y las redes sociales. El uso del celular anula y bloquea el centro de la empatía y eso hace perder el sentido de humanidad".

Usuario de las RR.SS.
Mientras que otra escribió: "Es fuerte pero es real. ¿De dónde aprendieron la falta de tiempo para mirar, escuchar y profundizar con un otro? ¿De dónde aprendieron a querer comprar como en un mall? ¿Quién les pasó la 'plata'? ¿De dónde aprendieron a entretenerse y calmarse con la gratificación instantánea de una pantalla? Se nos olvida que la construcción de su mundo viene dada por nosotros(as) y que los estamos privando de la posibilidad de relacionarse de manera sana, respetuosa y con límites".

Por su parte, una apoderada del colegio de Las Condes que no estuvo de acuerdo con lo que planteó Jarpa, señaló: "Discrepo bastante con la forma de expresar este contenido. Si bien me enterado de lo mismo, es completamente al revés de lo que cuentas y así como nosotras (mamás de niños hablamos y reiteramos el respeto hacia la mujer), creo que dejan bastante que desear las niñas, porque sé que esta historia es muchas veces distorsionada y al revés, siendo las niñas las que en las juntas con niños ya piden 'piquitos' y se graban", señaló.

"Me parece súper mal que un padre no investigue antes el cómo son los hechos, las familias de niños hacemos un enorme trabajo para que aprendan el respeto al prójimo y a la mujer, hecho que veo no es el mismo a padres de niñas que al parecer tienen los ojos vendados", agregó.

Pocos discreparon con Jarpa. De hecho, muchos usuarios expresaron su preocupación, ya que temen a que estas conductas se normalicen y "se hagan permanentes" en las nuevas generaciones.
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