En 2021, Yunice Abbas publicó su versión de los hechos en un libro titulado "Yo secuestré a Kim Kardashian".
AP
Uno de los diez procesados en París por el robo a Kim Kardashian en 2016, que había escrito un libro sobre el atraco,
aseguró este martes que se arrepiente de haber participado.
Yunice Abbas, de 71 años, dijo que él se quedó en el vestíbulo del hotel parisino, vigilando, mientras otros dos sospechosos irrumpían en la habitación de la estrella de telerrealidad en la noche del 2 de octubre de 2016, la ataban y amordazaban, y huían con 10 millones de dólares en joyas.
En 2021,
Abbas publicó su versión de los hechos en un libro titulado "Yo secuestré a Kim Kardashian". Un fiscal lo sostuvo durante la audiencia y cuando el juez le preguntó al acusado por qué había alardeado del robo, este respondió que se
sentía "muy incómodo" y que "se arrepiente totalmente" de haber participado en el atraco.
Según contó, llegó a la escena del robo en bicicleta y se fue de la misma manera, y
mientras huía se le cayó una bolsa que llevaba con el botín.
La recogió, pero en el ademán
se le cayó un collar de diamantes, el único artículo que la policía pudo recuperar.
Según dijo ante el tribunal,
el de Kardashian fue el robo que estuvo "de más" en su historial y el que le hizo "abrir los ojos" sobre su comportamiento.
El acusado, que está enfermo de Parkinson, mantuvo la mano derecha sobre la izquierda, colocada sobre el corazón, durante toda la audiencia. Dijo que era para evitar que se le acelerara cuando se ponía nervioso.
Cuando el juez revisó los antecedentes del acusado, citando cargos como falsificar matrículas para cometer robos o robo a mano armada,
Abbas admitió que a veces tenía "momentos de debilidad" cuando necesitaba dinero.
"Caí en cosas que pensaba que eran
atajos fáciles, pero que al final solo me complicaron la vida", apuntó.
El proceso comenzó el lunes en la capital francesa y
Kardashian, de 44 años,
está citada a testificar el 13 de mayo.
Los diez acusados son nueve hombres y una mujer, cuyo promedio de edad rondaba los 60 años en el momento del robo. Nueve años después, muchos tienen el pelo blanco y algunos llevan bastón o audífono.
