
Mantente hidratado:
Bebe más líquidos de lo habitual, de forma regular, incluso cuando no se tenga sed. Se debe preferir el consumo de agua por sobre bebidas azucaradas, café o alcohol, y poner especial atención en la hidratación de niños y adultos mayores.
Deja un vaso de agua en el velador:
Un buen consejo para evitar la deshidratación durante la noche, así en caso de que te despiertes, puedes refrescarte e hidratarte fácilmente.
Enfría el hogar:
Temprano por la mañana abre puertas y ventanas, y ciérralas cuando empiece a aumentar la temperatura. Utiliza ventiladores o aire acondicionado cuando sea posible y cierra cortinas o persianas durante las horas de mayor calor para conservar los ambientes frescos.
Mantén una alimentación adecuada:
Opta por comidas livianas y frescas, privilegiando frutas y verduras. Se aconseja evitar alimentos muy calientes o pesados, ya que aumentan la sensación térmica.
Presta especial atención a la seguridad en vehículos:
Nunca dejes a niños, personas mayores o mascotas dentro de un vehículo, aunque esté estacionado a la sombra. La temperatura interior de un auto puede elevarse peligrosamente en pocos minutos.

Organiza tu actividad física:
Realiza ejercicio solo en las primeras horas de la mañana o al atardecer. En días de calor extremo, se recomienda disminuir la intensidad y aumentar las pausas de descanso.

Procura pasar al menos 2 a 3 horas cada día en lugares fríos:
Pueden ser espacios con aire acondicionado, como centros comerciales o edificios públicos, si es que no se encuentran disponibles en el hogar.

Usa ropa ligera y de colores claros:
Esto busca evitar que la ropa se caliente tanto, ayudando a mantener una temperatura corporal más baja. Se puede complementar con el uso de sombrero, sombrilla y lentes de sol.

No olvides ponerte bloqueador:
El bloqueador solar es primordial frente a la alta exposición UV. Debe aplicarse 30 minutos antes de exponerse al sol y reaplicarse cada 2 o 4 horas.

Presta atención a tu cuerpo:
Dolor de cabeza intenso, mareos, náuseas, piel caliente y seca, confusión, desorientación, sed intensa o cansancio extremo son síntomas que pueden indicar el inicio de un golpe de calor. Ante estas señales, es primordial trasladarse a un lugar fresco, hidratarse y buscar atención médica.