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Palestino: la aplicada escuelita árabe

La campaña realizada por el cuadro de colonia tiene su receta. Humildad, una buena cuota de juventud y una gran dósis de esperanza. Se trata de un equipo divertido como curso de colegio, y aquí develamos sus secretos.

24 de Febrero de 2004 | 09:20 | Mauro Pastén, El Mercurio en Internet
Cristian Fabbiani
El "Pinturita" Fabbiani
SANTIAGO.- Si hablamos del actual puntero del fútbol chileno, cualquiera podría imaginar a uno de los llamados equipos grandes liderando la tabla de posiciones. Sin embargo, y casi fuera de todo pronóstico, Palestino se ha transformado no sólo en el líder, sino que también en el equipo revelación del torneo de Apertura 2003.

Con una campaña impecable (tres victorias en el mismo número de partidos), el éxito del club de colonia se ha transformado en una verdadera paradoja si se considera que hace unas semanas estuvo a punto de desaparecer debido a los problemas económicos que enfrenta, tanto así que incluso sólo al terminar la pretemporada su jugadores pudieron firmar contrato.

Esto no es todo, los hinchas debieron ver como el club se desangraba con la partida de varios de su jugadores más emblemáticos, como el preolímpico, José Luis Villanueva, Jaime Rubilar, Joel Estay, Yerko Darlic, Nelson Lizana y otros.

Pese a todos esos avatares, y con la llegada de una nueva directiva que aseguró el pago a tiempo de los sueldos y un director técnico comprometido con la causa palestina, el club apostó nuevamente por lo que tenían más a la mano: sus jugadores jóvenes.

La receta

En esas precarias condiciones, con lo justo y necesario para trabajar, el técnico Nicola Hadwa logró armar un equipo competitivo con una plantilla de no más de 15 millones de pesos.

La clave no ha estado en la contratación de grandes luminarias, sino que sobre todas las cosas, la receta está en la mística que ha adquirido este "nuevo camarín" palestinista, que con tantas figuras jóvenes parece más bien una escuela con noveles aprendices de fútbolista que están buscando graduarse con honores.

Al mando está el "profe", quien con sencillez y humildad dirige fírmemente a sus dirigidos, a quienes anima constantemente en las prácticas a jugar "hacia adelante", tal y como el lo hace en la vida diaria, donde actualmente enfrenta una dura tarea, que es la recuperación de su esposa quien a fines de 2003 sufrió un grave accidente automovilístico.

También, Hadwa es el caudillo a la hora de las cábalas, al utilizar en sus partidos una vistosa hatta con los colores palestinos, "símbolo de un pueblo que se niega a desaparecer", como dijo en una oportunidad.

Roberto Castillo
Uno de los referentes del plantel, Roberto Castillo.
El ambiente juvenil se hace notar en el Estadio Municipal de La Cisterna, fútbolistas niños, con un promedio de edad que no supera los 22 años, y un contingente de "lolos" de no más de 20 años, como el caso de Marcos Soto, Rodrigo Toloza, Robinson Carreño, Jorge Rivera, y el mismísimo Roberto Castillo.

La excepción a la norma es el "Tata", Pablo Lenci, que con sus 31 años es cómo el inspector del colegio, pero que es mirado por sus compañeros como uno más, tal y como lo plantea Sergio Herrera. "Lenci es un joven más, es tan niño como nosotros, pero siempre pone la cuota de seriedad que tiene que tener el plantel".

Pero a la hora de hablar de los más desordenados del curso, está el seleccionado de Palestina, Roberto "Tito" Bishara, quien es sin duda el más "gritón" y "loco" dentro de la cancha, el que más improperios expele por su boca, lo que sumado a su manera particular manera de enfrentar las entrevistas -con la cabeza inclinada casi mirando el suelo, casi como postura de boxeador- es considerado todo un personaje dentro del club. "Esa es mi forma de ser, apoyar a mis compañeros, gritar, ordenar, es la manera en que me motivo más, así a mis compañeros los mantengo atentos y chispeantes. Estar callado no es mi estilo", argumenta Bishara.

En esta escuelita, lo acompañan en temperamento el joven Toloza, quien es considerado como el más "polvorita" dentro del grupo, de mal genio, que le ha llevado a enfrentarse en algunas oportunidades con sus compañeros en los entrenamientos, pero que luego se olvidan en el camarín, como aseguran los jugadores.

Los herederos

Cuando Hadwa plantea que su meta no es otra que ser campeón, no queda otra que recordar el año 1978, último campeonato nacional obtenido por el cuadro tetracolor.

A la mente se viene varios nombres: el trigoleador del fútbol chileno, Elías Figueroa, Óscar Fabianni, Pedro Pinto entre otros cracks. La historia parece repetirse si consideramos que en el actual plantel aparecen dos de esos apellidos históricos, Cristian Fabianni, sobrino del "Popeye" y Pedro Pinto "Junior", quienes buscan hacerse un nombre propio en el club donde triunfaron sus familiares.

"Estamos con esos apellidos que nos pesan, la historia dice que fueron campeones, pero no estamos acá por eso, sino que por nuestras condiciones, esperamos volver a dar una estrella a Palestino y campeonar aquí, mi sueño es salir campeón como lo fue mi padre", dice Pinto.

Alejandro González
Sergio Herrera por fin tiene su oportunidad.
Fabianni, con sus escasos años, es también considerado se ha ganado varios títulos, como el más "pinturita" y "canchero" con las féminas, el más "florerito", y el que anda con la "talla" a flor de labio, lo mismo que la sonrisa facil.

Como todo curso, también están los más "sacadores de vuelta", disputando la titularidad los jóvenes Herrera y Lema, mientrás que estan los "Metaleros" símbolo de la fuerza de la juventud y el espíritu de las guitarras eléctricas, reflejados en los "melenudos" Angel Carreño, y el preparador de arqueros Rubén Ferrari, que al verlos da la impresión de enfrentarse con lo mejor del rock de los 90'.

Todos esperan que, empezando marzo, sigan siendo los escolares aplicados de hoy, y mantengan el promedio, y quién sabe si en una de esas se gradúan con honores cuando termine el Apertura.
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