EMOLTV

Murió alpinista austríaco autor de "Siete años en el Tíbet"

Durante la II Guerra Mundial, Heinrich Harrer escapó de los ingleses y recorrió a pie dos mil kilómetros en 21 meses, para llegar a Lhasa, la capital tibetana. Allí pasó siete años, convirtiéndose en un gran amigo del Dalai Lama.

07 de Enero de 2006 | 18:11 | DPA

Harrer junto al Dalai Lama en una fotografía de 2002.
VIENA.- El legendario alpinista austríaco Heinrich Harrer, famoso por varias hazañas y su libro de experiencias personales "Siete años en el Tíbet", murió hoy a los 93 años, según reveló la agencia austríaca APA.

Harrer formó parte de la expedición que logró coronar por primera vez en 1938 la mítica cara norte del Eiger, en los Alpes suizos. Participó además en más de 20 expediciones de montaña de gran dificultad y rodó 40 documentales al aire libre.

La fama le llegó al austríaco a través de su libro "Siete años en el Tíbet", llevado al cine en 1996 con Brad Pitt interpretando el papel de Harrer. Escapando de los ingleses durante la II Guerra Mundial, Harrer y su compañero Peter Aufschnaiter recorrieron a pie 2.000 kilómetros en 21 meses a través de las montañas para llegar a Lhasa, la capital del Tíbet.

Allí permanecieron casi siete años gracias a un permiso especial del gobierno tibetano, ya que la ciudad estaba cerrada a los extranjeros. Entre otras labores en el Tíbet, Harrer fue instructor del Dalai Lama, que entonces contaba once años.

Hasta el final de sus días, Harrer cumplió con su promesa de llevar "una vida personal saludable y sencilla". Así cumplió fielmente con sus ejercicios de gimnasia y siguió dando clases magistrales. La simpleza, sin embargo, no se refería a sus aventuras como alpinista.

Harrera, nacido el 6 de julio de 1912 en la ciudad de Huettenberg, era profesor de gimnasia, aunque prácticamente nunca la ejerció. Cuando no estaba inmerso en alguna expedición, ejercía como profesor de esquí.

En 1936 participó en los Juegos Olímpicos de invierno de Garmisch- Partenkirchen en la combinada alpina, y en 1937 fue campeón de descenso en los Juegos Académicos.

Su ascenso a la gloria comenzó en 1938. Junto a Andreas Heckmair, Ludwig Voerg y Fritz Kasparek coronó la temida cara norte del Eiger, una hazaña en cuyo intento habían muerto antes ocho alpinistas.

Los ecos del logro llegaron al entonces canciller alemán, Adolf Hitler, que sólo unos meses antes había anexionado Austria al Reich alemán, y que atrajo a su órbita a Harrer. El austríaco formó entonces parte del partido nazi, de las SA y de las SS, aunque él siempre argumentó que lo hizo de una manera pasiva y por puro oportunismo.

El pasado nazi de Harrer volvió a salir a la luz tras la filmación de la película de Hollywood. "Tengo la conciencia limpia", sentenció entonces el austríaco. Su amistad con las jerarquías nazis le permitieron por ejemplo participar en la expedición alemana de 1939 al Nanga-Parbat, en la India, que cambió su vida.

Regresando de la aventura les sorprendió el estallido de la II Guerra Mundial, y Harrer y Aufschnaiter fueron detenidos por los ingleses. Ambos lograron escapar tiempo después, y tras una increíble ruta por 31 pasos de montaña llegaron a Lhasa.

Allí no sólo se ganaron la amistad y el reconocimiento de los locales, sino que los pusieron al día en cuanto a las técnicas más modernas del montañismo occidental.

China ocupó militarmente el Tíbet en 1950, y los dos austríacos decidieron abandonar menos de un año después la ciudad que los acogió.

Harrer escribió entonces el famoso libro "Siete años en el Tíbet", que vendió millones de copias en todo el mundo desde su primera edición en 1952.

Posteriormente, Harrer realizó otra gran cantidad de expediciones y se dedicó a juntar una extensa colección de objetos y recuerdos de sus visitas a Asia que cedió recientemente al museo de la ciudad de Zürich.

Pero el viaje y la estancia en el Tíbet fueron sus señas de identidad casi hasta la muerte. Su amistado con el Dalai Lama se mantuvo: la máxima autoridad sagrada para los tibetanos asistió en Austria al 80 cumpleaños de Harrer, y repitió cuando alcanzó los 90 años.

En señal de gratitud Harrer decidió entonces fundar el "Centro del Tíbet" en su localidad natal de Huettenberg, un sueño que no verá finalmente realizado porque su apertura está prevista para mayo.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?