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Rubén Farfán, la joya de la U que vivía en la sede de su ex club en Tercera

El ahora delantero azul hace menos de un año jugaba en Deportes Santa Cruz, donde ganaba poco más de 120 mil pesos, después de ser desechado por Calera.

10 de Agosto de 2013 | 09:15 | Manuel Rojas Díaz, Emol
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Una postal que en Santa Cruz no se olvida. Farfán celebrando uno de los goles que le dio el título al equipo.

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SANTIAGO.- Verano de 2012. Unión La Calera comienza a hacer el corte de jugadores para la temporada. Varios jóvenes de las inferiores son avisados de que deben dejar el equipo y buscar alternativas en Tercera División.

Entre ellos llama la atención una de las promesas del equipo en divisiones menores. Su nombre, Rubén Ignacio Farfán Arancibia. Al atacante se le vino el mundo encima cuando supo la noticia, pero quiso buscar una oportunidad.

A más de 200 kilómetros, otros noveles futbolistas inician sus prácticas con hambre de éxito. Uno de ellos, Oscar Salas, quien había jugado en el cuadro cementero, recibe un llamado de uno de sus mejores ex compañeros: Rubén Farfán. Conversan y el delantero se compromete a ir a la escuadra de Sexta Región. Viaja con otros dos cadetes de Calera.

"Llegó muy tímido, mostró un par de cosas, pero sin deslumbrar. Incluso a mí me llamó más la atención uno de los que venía con él, Enzo Calderón", recuerda el técnico del equipo, Manuel López Castro.

El tiempo pasa, Farfán firma por una cifra cercana a los 120 mil pesos y se convierte en jugador de Deportes Santa Cruz. Ahí tuvo que vivir en la sede del club, junto a la mayoría de sus compañeros, unos 14. Almorzaban en un comedor común y ocupaban las dependencias del estadio municipal como duchas y baños.

Sus primeras semanas fueron complicadas. Tenía talento, lo expresaba en algunos duelos, pero no lograba convencer al DT que no lo consideraba como titular indiscutido. Pero una conversación cambió su historia.

"Yo lo veía bien, pero le faltaban cosas por mejorar. Era hábil, encarador, pero no se destapaba. Un día lo cité a tomar un café, hablamos mucho rato y le pregunté: ¿Quieres triunfar? Tienes todo para hacerlo, pero aprende, hazme caso, si lo haces, serás otro jugador y lograrás muchas cosas", cuenta López Castro.

Después de esa charla, el jugador cambió y comenzó a ganarse un puesto de titular. En ese entonces jugaba de volante por izquierda, hasta que la salida de uno de los delanteros titulares del club le permitió ir a la ofensiva.

Producto de sus buenas actuaciones, Calera lo mandó a buscar a mitad de año, pero decidieron finalmente que debía seguir en Tercera División.

"En la liguilla final por el título fue figura. Se destapó y nos ayudó mucho a ser campeones. En la final ante Malleco fue clave, le hicieron un penal y marcó un gol", añade el adiestrador de Santa Cruz.

A días de ese último duelo, Calera no pierde tiempo y lo recluta para el equipo de Néstor Craviotto. En un semestre brilla, hace goles y es figura del equipo. Es vendido a la U y hoy es la joya del elenco de Marco Antonio Figueroa.

Ahora su sueldo es 20 veces mayor que lo que recibía hace siete meses. Y ya no vive en la sede del club, tiene su propio departamento y hasta su auto. En Santa Cruz, sus ex compañeros lo idolatran, porque no los olvida. Cada vez que puede les envía zapatos e indumentaria para jugar...Casi de película...
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