FLORENCIA.- Los ministros de Exteriores de la OTAN concluyeron hoy, jueves, su reunión de primavera en Florencia satisfechos del retorno de Rusia a la mesa de negociaciones con la Alianza pese a las discrepancias que afloraron en los últimos tiempos.
La secretaria norteamericana de Estado, Madeleine Albright, se declaró satisfecha de las explicaciones ofrecidas por su colega ruso, Igor Ivanov, al que la Alianza pidió que aclarara la presencia en Moscú, el pasado día 9, del ministro de Defensa yugoslavo, Dragoljub Odjanic, acusado de crímenes de guerra en Kosovo.
El ministro español de Exteriores, Josep Piqué, calificó la reunión que ayer celebraron con Ivanov de "franca", en el estricto sentido diplomático del término, es decir, que ambas partes dijeron cosas duras sin rodeos.
También señaló que el ministro ruso afirmó que se "habían abiertos expedientes disciplinarios" en el Ministerio de Defensa para averiguar por qué se produjo la visita de Odjanic.
Pero, en general "hubo una apreciación positiva", y hay una clara voluntad por parte de todos de que las cosas evolucionen aún mejor en el futuro.
Piqué se hizo eco de una cita de su colega británico, Robin Cook, en la que sostuvo que "es muy difícil que los rusos vean a la OTAN como el enemigo, y prácticamente imposible que la Alianza vea a Rusia como el enemigo".
"Sobre esta base tenemos que construir el futuro", agregó el ministro español.
Los ataques lanzados por Ivanov contra el Tribunal Penal Internacional de La Haya para la antigua Yugoslavia, al que descalificó acusándolo de politizado, fueron hoy respondidos por los aliados.
El secretario general de la OTAN, George Robertson, y Albright, expresaron públicamente en sendas conferencias de prensa el "total apoyo" de los miembros de la Alianza Atlántica a la labor y composición de ese tribunal.
Al mismo tiempo, recordaron que fue instituido por el Consejo de Seguridad de la ONU (en 1993), del que Rusia es miembro permanente, y, por consiguiente, con su aprobación.
El representante de la política exterior de la UE, Javier Solana, que asistió a la reunión en calidad de secretario general de la Unión Europea Occidental (UEO), destacó que por encima de las diferentes opiniones "lo importante es que se ha normalizado la situación con Rusia".
El diálogo entre la OTAN y Rusia, miembro del programa aliado Asociación para la Paz, se vio interrumpido en 1999 por los bombardeos aliados contra Yugoslavia, que Moscú rechazó.
Sobre la reunión que hoy concluyó, Solana opinó que "ha sido muy positiva" en lo que se refiere a la defensa europea.
El otro gran asunto abordado en esta reunión fue el proyecto de defensa nacional estadounidense, que contempla el desarrollo de un sistema capaz de interceptar un ataque con misiles, una especie de escudo para protegerse de países "fuera de control" como Irak, Corea del Norte y Libia.
Estos planes requieren una alteración del Tratado ABM, firmado por EEUU y la antigua URSS en 1972, y que es considerado la piedra angular de todo el proceso de desarme y la actual política de distensión.
Algunos aliados europeos, especialmente Francia y Alemania, temen que el desarrollo del proyecto, pendiente de la aprobación del presidente estadounidense, Bill Clinton, ponga en peligro el actual equilibrio estratégico y llegue a suponer una ruptura entre Washington y sus socios del viejo continente.
Albright, que ayer intentó tranquilizar a sus aliados, hoy fue menos complaciente y afirmó que, en todo caso, el presidente Clinton "adoptará la decisión para Estados Unidos y en el interés del pueblo estadounidense".
Para Solana, si un país "tiene capacidad tecnológica para hacer frente a potenciales riesgos, es muy difícil decirle que no se proteja" de lo que considera que pueden ser peligros.
"Pero esa decisión tiene consecuencias que van más allá de la seguridad de un solo país y hay que analizarlas y saber valorarlas, ya que tiene que ver con las relaciones con Rusia, con el Tratado ABM y con las relaciones con los países de la Alianza", matizó.
Esta cuestión será abordada por los europeos en las entrevistas que celebrarán próximamente tanto con el presidente ruso, Vladímir Putin, como con Clinton, en las cumbres que la Unión Europea tiene programadas.