QUITO.- La primera huelga contra el gobierno del presidente ecuatoriano Gustavo Noboa por el reciente ajuste económico paralizó hoy el Ecuador en forma parcial, con esporádicos brotes de violencia.
En la capital, decenas de docentes, estudiantes, médicos y trabajadores se concentraron en los alrededores del Banco Central y la Universidad Central para marchar al Palacio de Gobierno, pero fueron dispersados por la policía.
En Guayaquil, 270 kilómetros al suroeste de Quito, el disturbio más grave ocurrió durante una marcha de profesores, quienes lanzaron una bomba lacrimógena contra el edificio del Citibank.
La huelga fue convocada por las centrales sindicales y los movimientos sociales contra las últimas medidas económicas, entre ellas el aumento en el precio de las naftas, que fue, en promedio, de un 80 por ciento.
El presidente Noboa minimizó la protesta y viajó a Cartagena para asistir a la Cumbre del Grupo de Rio.
La huelga fue parcial y, aunque el transporte de pasajeros disminuyó en varias ciudades, el comercio y los bancos no fueron afectados por el paro.
La medida de fuerza no tuvo la dimensión de las protestas que a principios de año derivaron en la caída del ex presidente Jamil Mahuad ya que esta vez no participó la Conaie, la poderosa organización de los grupos indígenas.
Algunos analistas afirmaron hoy que la Conaie no participó porque está negociando por su lado con el nuevo gobierno, pero otros comentaristas explicaron que prefiere "acumular fuerzas para presentar más adelante una propuesta firme y viable de poder".
Otro factor que hizo que el paro se sintiera menos fue que los transportistas tampoco se sumaron a la protesta.
De todos modos, el transporte interprovincial fue suspendido en todo el país por la drástica disminución de pasajeros y las amenazas de campesinos de cerrar los caminos y atacar los autobuses.
Las centrales sindicales y los movimientos sociales que organizaron el paro protestan contra la dolarización, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el ajuste económico.
Exigen el congelamiento de los precios de los servicios básicos, subsidios para los sectores más pobres, respaldo crediticio para los pequeños y medianos campesinos y una mayor estabilidad laboral.
Analistas dijeron hoy que la conflictividad social en Ecuador está avanzando al ritmo del empobrecimiento de la gente: el porcentaje de personas pobres creció del 34 por ciento al 66 por ciento en los últimos cinco años.
Por su lado, trabajadores del petróleo suspendieron desde hoy la venta de combustibles y advirtieron que paralizarán la refinería de Esmeraldas, la más grande e importante de Ecuador.
En tanto, los maestros, que están en huelga desde hace un mes, ratificaron que no darán clases hasta que el gobierno les apruebe un aumento salarial.
