
MOSCU.- Las probabilidades de rescatar un submarino nuclear ruso atrapado en el fondo del mar son escasas, a pesar de los intensos esfuerzos por llegar a la nave accidentada, declaró hoy lunes el jefe de la armada rusa.
El almirante Vladimir Kuroyedov dijo que las probabilidades de rescatar el submarino Kursk, atascado en el fondo del mar dentro del Círculo Artico con más de 100 personas a bordo, "no son elevadas", según la agencia noticiosa ITAR-Tass.
El submarino se precipitó ayer al fondo del lecho del Mar de Barents mientras participaba en amplios ejercicios navales frente a las costas del norte de Rusia. La armada dijo que los esfuerzos de rescate marchaban bien hasta el súbito anuncio del almirante sobre las escasas posibilidades de rescatar la nave.
Las autoridades de la armada no dijeron la profundidad a la que se encontraba el submarino, pero una versión noruega dijo que el Kursk se hallaba a 150 metros de profundidad, lo que dificultaría cualquier rescate debido a la enorme presión del agua.
Kuroyedov dijo que al parecer el submarino sufrió fuertes daños después de chocar con otro objeto, pero no dio detalles. Los submarinos rusos y occidentales suelen seguirse mutuamente en la región.
En el lugar se congregaron buques de rescate para tratar de asistir al submarino averiado. Las autoridades de la armada habían dicho poco antes que estaban en contacto radial con el sumergible, pero no estaba en claro si se mantenía la comunicación.
El vocero de la armada rusa, Igor Dygaol, dijo que el submarino de clase Oscar no llevaba armas nucleares y que no había riesgos inmediatos de filtraciones de radiación ni de explosiones. Agregó que los dos reactores nucleares del aparato habían sido apagados.
El sumergible no podía moverse pero no se sabía por qué, dijo Igor Babenko, vocero de la Flota del Norte, a la que pertenece el submarino.
"Por cierto la situación es seria", agregó.
La televisora NTV dijo que durante un ejercicio de disparos se había filtrado agua por los tubos de los torpedos y que se había inundado el frente del aparato.
Si el submarino estuvo involucrado en un choque que dañó el casco, podría haber una posibilidad de filtraciones radiactivas.
Noruega, que tiene un buque científico en la región, dijo que el submarino se encontraba en el lecho oceánico a unos 150 metros de profundidad frente a la Península de Kola. El vocero de la cancillería, Karsten Klepsvik, dijo que no había indicios de filtraciones radiactivas.
El Mar de Barents está en aguas del Artico que bordean las costas del noroeste de Rusia y el extremo norte de Noruega.
En casos de emergencia, un submarino trata de ascender a la superficie. Pero Dygalo dijo que el aparato se vio obligado a descender al lecho oceánico, lo que indica que la tripulación perdió el control.
Vladimir Gundarov, especialista de Estrella Roja, diario oficial de los militares rusos, dijo que los rescates de submarinos son muy difíciles. La armada rusa no cuenta con submarinos de rescate modernos, según las publicaciones de referencia naval.
"La situación es extremadamente negativa", dijo.
Los tripulantes podrían utilizar cápsulas de rescate, pero en el peor de los casos tendrían que tratar de escapar nadando por los tubos de los torpedos, dijo. "Es extremadamente arriesgado, pero todos están entrenados para hacerlo", afirmó.
El submarino, llamado Kursk, fue construido en 1994 y entró en servicio en 1995, lo que lo constituye como uno de los más nuevos de la armada rusa. Es un submarino estratégico nuclear que puede llevar hasta 24 proyectiles nucleares, principalmente para guerra naval. El Kursk lleva una tripulación de 107 personas y pesa unas 14.000 toneladas, según la guía Jane's Fighting Ships.