MADRID.- El Parlamento español conmemoró hoy en una sesión solemne el 25 aniversario del reinado de Juan Carlos I, un acto empañado por la muerte del ex ministro socialista de Sanidad Ernest Lluch, asesinado anoche por terroristas de ETA en Barcelona.
En el madrileño Palacio de las Cortes y ante una sesión extraordinaria conjunta del Congreso de los Diputados y el Senado, el Rey dijo que el terrorismo "no conseguirá hacernos renunciar a la libertad, la democracia y el Estado de Derecho".
El monarca condenó y repudió "con la mayor firmeza" el "crimen repugnante" contra Lluch, que se convirtió en la víctima mortal número 21 de ETA desde que la banda terrorista vasca volvió a las armas el pasado mes de diciembre tras un alto el fuego de 15 meses.
"Esta mañana, España amanece de nuevo de luto. Anoche, la banda terrorista ETA asesinó a don Ernest Lluch, que fuera diputado en este Congreso, ex ministro de la Corona y, sobre todo un servidor leal del Estado de Derecho", afirmó el Rey ante los parlamentarios, que guardaron un minuto de silencio en memoria del asesinado.
Juan Carlos I aseguró que "faltan y a la vez sobran palabras para condenar este crimen", que "nos compromete a estar más unidos que nunca" contra un fenómeno que consideró "expresión de un fanatismo cruel e irracional" que busca destruir la convivencia.
El jefe del Estado extendió su "dolor" por la muerte de Lluch a todas las víctimas del terrorismo (más de 800 en los últimos 30 años) y sus familias, con quienes todos los españoles, subrayó, tienen "una impagable deuda de gratitud y reconocimiento".
TRIBUTO A LOS ESPAÑOLES
Buena parte del discurso del monarca estuvo dedicada al problema terrorista, pero Juan Carlos I no quiso olvidar en esta efemérides "la determinación y el buen sentido" del pueblo español, al que atribuyó los avances logrados por España en estos 25 años.
"Hoy quiero dar las gracias y recordar emocionadamente a los hombres y mujeres que, en España o fuera de ella, desde aquí o en el exilio, con diferentes ideas y convicciones, quisieron con sus sacrificios y su palabra ganar la palabra para todos", afirmó.
En su repaso a los cambios vividos por España en este último cuarto de siglo, se detuvo en la vigencia de la Constitución de 1978 y señaló que "es justo afirmar que hoy España se ha reencontrado a si misma en la libertad de una democracia plena".
Elogió los logros que han propiciado el actual grado de bienestar, pero pidió que estos avances "no deben hacernos ignorar que nuestra sociedad tiene carencias y necesidades antiguas, no resueltas, junto a otras que han surgido nuevas".
Se refirió a la marginalidad, la exclusión social, la integración de la población inmigrante y la defensa de los derechos de la mujer, la infancia y los discapacitados, preocupaciones que "han de ser prioritarias en la sociedad española y por cuya resolución debemos luchar sobre la base de un amplio consenso social".
Esos valores deben ser proyectados por España al exterior y especialmente a Iberoamérica, dijo Juan Carlos I, quien también aludió de manera especial a la inmigración: "requerirá, además de un escrupuloso respeto de los derechos humanos, de gran vocación de solidaridad y de unas claras políticas de integración".
La presidenta de las Cortes Generales, Luisa Fernanda Rudi, ensalzó a la Corona como "preciado legado de la Historia" de España, pero también como "esperanza y garantía para un proyecto de convivencia en común", porque los españoles la reconocen como "símbolo de libertad, paz, continuidad y cohesión social".
En el mismo lugar donde hace 25 años Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey, Rudi le agradeció su "servicio a los intereses de España" y su contribución a una España "más abierta, tolerante y moderna, que camina ya definitivamente por la senda del progreso".
Las principales autoridades del Estado acudieron a las Cortes para rendir homenaje al Rey y para demostrar a ETA que su campaña de terror no interfiere en la vida normal de las instituciones.
No obstante, la Casa Real decidió suspender la recepción en el Palacio Real de Madrid para celebrar los 25 años de la proclamación del rey en señal de luto por el asesinato de Ernest Lluch.