PUERTO PRINCIPE.- Los haitianos concurren hoy a las urnas para una elección presidencial que nadie duda que ganará Jean-Bertrand Aristide, el ex sacerdote católico que encabezó el establecimiento de la democracia en el país más pobre del hemisferio occidental.
Aristide, de 47 años, quien fue puesto en el poder en 1994 por una fuerza invasora encabezada por Estados Unidos que desalojó a una brutal junta militar, es todavía el más popular político de Haití.
Pero su camino de vuelta al Palacio Nacional está lleno de amenazas.
La elección presidencial haitiana está boicoteada por todos los partidos de oposición y la campaña ha estado empañada por bombas que estallaron en la última semana en la capital, dejando dos niños muertos.
Aparentemente, los únicos problemas importantes en las elecciones haitianas son establecer el margen de victoria de Aristide y saber si la fuerza policial será capaz de mantener la paz en los centros de votación.
"No hay democracia en Haití, hay dictadura", dijo uno de los principales críticos de Aristide, Evans Paul, ex alcalde de Puerto Príncipe y uno de los líderes de la coalición opositora Espacio de Concertación.
"La oposición no puede jugar ningún papel democrático en el país", se quejó.
Una fuerza multinacional de 20.000 efectivos echó al líder militar Raoul Cedras y puso a Aristide en el poder en 1994, como primer presidente libremente elegido, en lo que entonces fue señalado como uno de los mayores triunfos de política exterior de la administración estadounidense de Bill Clinton.
Sin embargo, seis años después, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea están preocupados por el escaso avance democrático del país.
