JERUSALEN.- El Primer Ministro israelí Ehud Barak intentaba este martes conseguir el mayor número de votos para impedir que la oposición derechista haga aprobar un proyecto de ley llamando a elecciones anticipadas.
Barak pidió nuevamente este martes a Ariel Sharon, el líder del Likud, el principal partido de derecha, que acepte integrar un gobierno "de emergencia nacional". "El pueblo, así como los diputados en su fuero interior, no desean elecciones anticipadas", declaró en una entrevista a la radio militar.
El Premier lanza llamados en ese sentido desde el 12 de octubre, oficialmente para hacer frente a la sublevación palestina, pero según sus detractores, con la única finalidad de mantenerse en el poder. El líder del Shinui, un pequeño partido laico que cuenta con seis diputados, Tommy Lapid, dijo que el lunes presentó a Barak y Sharon un documento que debería servir de base para un gobierno de unión nacional.
La Knesset comenzará a las 17.00 hora local (15.00 GMT) a discutir en primera lectura cinco proyectos de ley de la oposición -cuatro de los cuales fueron presentados por diputados del Likud- pidiendo la disolución del parlamento y la realización de elecciones anticipadas. La votación tendrá lugar tarde por la noche.
La aprobación de uno de esos textos no implica la partida inmediata de Barak y ni siquiera garantizaría la disolución de la Knesset y la realización de elecciones anticipadas, ya que para ello serían necesarias dos votaciones más. Pero significaría un golpe terrible para Barak, cuya credibilidad y prestigio cayeron a niveles sin precedentes en la opinión pública.
Como jefe de gobierno, Barak se encuentra al borde del abismo desde el 9 de julio, cuando tres de los seis partidos que formaban su coalición lo abandonaron para protestar anticipadamente contra la realización de la cumbre israelo-palestina de Camp David.
Desde entonces encabeza un gobierno minoritario que sólo cuenta con 40 diputados de los 120 que integran el parlamento unicameral. La situación casi desesperada de Barak quedó ilustrada por el hecho de que uno de los 10 diputados árabes israelíes, aliados tradicionales de los laboristas, Azmi Bishara, anunció que votaría con la derecha de Ariel Sharon -el enemigo jurado de los árabes- para protestar contra la represión israelí de la Intifada, que ya costó la vida a 13 árabes israelíes y a más de 240 palestinos desde el 28 de septiembre.
Las negociaciones en los pasillos de la Knesset continuaban este martes al mediodía, cuando faltaban pocas horas para que se inaugurase la sesión. Los aliados de Barak trataban de privar a la derecha de obtener la mayoría absoluta, ante su negativa de formar parte de un gobierno de unión nacional.