WASHINGTON.- George W. Bush ha intensificado los preparativos para asumir el gobierno de EE.UU. el 20 de enero con el camino despejado por dos decisiones jurídicas que asestaron un golpe casi mortal a las aspiraciones de su rival, el vicepresidente Al Gore.
Sin embargo, abogados del candidato demócrata y legisladores de su partido han reiterado que continuarán la batalla en los tribunales. Las tareas de la transición a un gobierno republicano están a cargo del candidato a la vicepresidencia, Dick Cheney, en Washington, y del propio Bush en Austin, la capital de Texas, estado del cual es gobernador.
Condoleezza Rice, su probable asesora de seguridad nacional si es proclamado presidente electo, dijo que Bush mantendrá reuniones sobre la transición este martes en la sede del gobierno del estado.
Karen Hughes, directora de comunicaciones de la campaña del candidato demócrata, manifestó que Bush analizó ayer lunes los principales problemas de la transición con su jefe de gabinete Andrew Card y otros asesores. "Continuaremos esas reuniones con llamadas telefónicas", durante el martes, expresó Hughes.
Las actividades republicanas para asumir el control de la Casa Blanca cobraron un nuevo impulso el lunes, cuando los tribunales revocaron un dictamen para recontar los votos de la elección del pasado 7 de noviembre en Florida y desestimaron una petición para escrutar otros 14.000 sufragios.
Por un lado, el Tribunal Supremo de Estados Unidos respaldó la tesis de Bush sobre la inconstitucionalidad del recuento manual de votos en los condados de Broward, Palm Beach y Miami Dade. Por otro, el juez estatal N. Saunders Sauls rechazó la impugnación demócrata al resultado oficial que permitió al estado de Florida certificar el pasado 26 de noviembre a Bush como ganador.
El partido demócrata apeló este dictamen ante el Tribunal Supremo de Florida, pero fuentes judiciales indicaron que es difícil que se revoque. En su dictamen inicial, el Supremo de Florida había indicado que este proceso tenía que equilibrar el derecho de los electores cuyo voto no fue adjudicado con la necesidad de certificar los 25 representantes del estado al colegio electoral de EE.UU., donde se elige formalmente al Presidente.
Según las leyes federales, Florida tiene hasta el 12 de diciembre para confirmar los 25 delegados al colegio electoral, que se reunirán el 18 de diciembre para elegir al próximo Presidente norteamericano.
Con los 25 votos de Florida, Bush conseguiría 271 votos, uno más que el mínimo para ser proclamado presidente electo. "El gobernador está muy complacido con la decisión deliberada y completa del tribunal de Florida", dijo Hughes.
Antes de emitirse ese dictamen, Bush había hecho un llamamiento indirecto a su rival demócrata a reconocer su derrota en una de las elecciones más reñidas de la historia política de Estados Unidos. "El vicepresidente va a tener que tomar decisiones que él cree que son necesarias y yo sé que los intereses del país serán importantes en sus determinaciones, como lo serían en las mías", dijo.
Sin embargo, los principales líderes del partido anunciaron su propósito de continuar la lucha pese a que los recursos legales virtualmente se han agotado y a que cada día crece más la presión de la opinión pública para que Gore admita su derrota y se ponga fin a la pugna. "Estamos unidos en nuestro apoyo a la decisión de apelar el dictamen del juez de Florida" ante el Tribunal Supremo de ese estado, señalaron en un comunicado Richard Gephardt, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes (Misuri), y Tom Daschle, senador por Dakota del Sur.
Ese apoyo a la continuación de la lucha en los tribunales también fue reiterado por un grupo de 65 legisladores demócratas de la cámara en una declaración conjunta. "Sólo el Tribunal Supremo de Florida puede emitir el dictamen final que se necesita para asegurar el escrutinio más exacto de votos en Florida y la mayor garantía posible de que nuestro próximo presidente será el candidato que logró la mayor cantidad de votos", indicó la declaración.