BELFAST.- La violencia amainó el viernes en Belfast, luego de dos noches consecutivas de graves enfrentamientos entre católicos y protestantes por un lado y de ambos bandos contra las fuerzas de seguridad que se interpuso para evitar los choques.
Mientras tanto, en la mesa de negociaciones fracasaron las últimas tentativas emprendidas para salvar el frágil proceso de paz, pues no se registró el menor progreso.
Durante la noche del viernes se escucharon tiros y la policía volvió a recibir las piedras que le arrojaron grupos de jóvenes, aunque los disturbios tuvieron un grado de intensidad muy inferior a los de las dos noches precedentes en los que resultaron heridos 60 policías.