KABUL.- La Administración Interina afgana mantuvo hoy su primera reunión, un día después de asumir el poder, empujado por la urgencia de reconstruir un país devastado por 23 años de guerra y resolver el asunto de la seguridad que forzó la llegada al afganistán de tropas internacionales.
Todos los 30 miembros que integran la Administración Interina, entre ellos dos mujeres, acudieron al palacio presidencial, en el corazón de la capital afgana donde tuvo lugar el encuentro que encabezó su Presidente, Hamid Karzai.
En la agenda de trabajo figuraban los primeros objetivos de la nueva administración afgana, pero las discusiones se centraron en el asunto de la seguridad, amenazada por combatientes armados de diferentes facciones y los “ejércitos” privados de líderes políticos o tribales.
“El principal asunto fue seguridad” declaró Karzai, de la mayoritaria etnia afgana de los pastunes elegido presidente de la Administración Interina en la conferencia de Bonn mientras negociaba la rendición de los talibanes en el antiguo bastión de la milicia, la provincia sureña de Kandahar.
Paradójicamente algunos miembros del gabinete llegaron a la reunión escoltados por sus propios milicianos, todos armados y algunos portando lanzacohetes.
Ismail Jan, gobernador de la provincia occidental Herat y uno de los líderes destacados de la Alianza del Norte, la coalición que derrocó a los talibanes con la ayuda de los ataques estadounidenses, llegó escoltado por decenas de sus propios soldados.
El pasado jueves, el ministerio de Defensa prohibió la salida a la calle de personas armadas que no fueran miembros de las fuerzas policiales.
Al día siguiente llegaron a Kabul soldados del ejército británico, la avanzadilla de las fuerzas internacionales de seguridad que, según los acuerdos de Bonn serán desplegadas primero en la capital y sus alrededores.
Con el tiempo se esperan que lleguen a Afganistán entre 3.000 y 5.000 soldados de estas fuerzas internacionales que aportarán fundamentalmente los países de la Unión Europea, aunque Turquía y Jordania también enviarán efectivos.
La misión de las tropas internacionales, cuyo despliegue ha sido aprobado por el Consejo de seguridad de la ONU, será garantizar la seguridad, aunque podrían respaldar también a la administración de Karzai para lograr la rehabilitación de la infraestructura afgana.
Otro de los objetivos prioritarios de la administración de Karzai es la reconstrucción económica del país, carente de todo tipo de infraestructuras, y con un tercio de la población dependiendo de la ayuda internacional para sobrevivir el invierno.
De acuerdo con el Banco Mundial y la ONU, se necesitarán 9.000 millones de dólares en los cinco primeros años, para poner en marcha la reconstrucción de afganistán.
Dirigiéndose a las 2.000 personas que asistieron ayer a la toma de posesión de la Administración Interina, Karzai instó a la comunidad internacional a ayudar a la reconstrucción de su país, mientras se comprometía a reintegrar Afganistán en la esta comunidad y respetar todas las leyes internacionales.
Según lo establecido en Bonn, Karzai gobernará el país por un periodo de seis meses, dentro de los cuales convocará una “loya yirga” o gran asamblea de ancianos y líderes tribales.
Esta asamblea, que será inaugurada por el antiguo rey Zahir Sha, actualmente exiliado en Roma, se encargará de establecer un gobierno de transición hasta la convocatoria de elecciones generales.
Karzai se comprometió también a seguir luchando contra el terrorismo, mientras los soldados estadounidenses continúan la búsqueda de Osama Bin Laden, en la zona oriental de Tora Bora, donde fue eliminado el último reducto de Al Qaeda, la organización terrorista que él lidera.