ESTRASBURGO (Francia).- La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa se mostró hoy en contra de una acción militar contra Irak sin un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU.
Los parlamentarios aprobaron, por 71 votos a favor y 3 en contra, el proyecto enmendado de resolución elaborado por la comisión de asuntos políticos y presentado en el hemiciclo por el español Guillermo Martínez Casañ (Partido Popular Europeo), en un debate de urgencia centrado en Irak.
Según la resolución "Amenaza de una acción militar contra Irak", los 44 Estados miembros del Consejo de Europa "deben abstenerse de apoyar una acción no cubierta por un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU".
La Asamblea considera que la posibilidad de que Estados Unidos lance una acción armada sin ese mandato "no es conforme ni a los principios del Derecho Internacional ni a los objetivos del Consejo de Europa", que EE.UU., en su calidad de observador, ha de cumplir.
Una acción unilateral, agrega, podría poner en peligro la paz y representar un golpe a la autoridad de la ONU, así como generar divisiones entre los países democráticos y comprometer la cohesión internacional en la lucha antiterrorista.
Aunque acoge con satisfacción la aceptación por Irak del retorno incondicional de los inspectores de desarme de la ONU y opina que se trata de un "primer paso indispensable" para asegurarse de que no tiene armas de destrucción masiva, la Asamblea recuerda que Irak "ha violado en el pasado sus compromisos en varias ocasiones" y expresa sus reservas ante la intención de Bagdad de mantener sus promesas.
Por ello, la comunidad internacional debe seguir exigiendo a las autoridades de Bagdad el "estricto respeto" de las resoluciones de la ONU sobre la prohibición de sus programas de fabricación de armas de destrucción masiva, añade el texto.
Indica también que los inspectores y los expertos en desarme de la ONU han de poder reanudar inmediatamente, con acceso ilimitado y garantías, su trabajo sobre el terreno para informar al Consejo de Seguridad del respeto o no de sus resoluciones por parte de Irak.
Para la Asamblea, antes de que el Consejo de Seguridad estudie ese informe debería evitarse cualquier conflicto armado, que podría profundizar las diferencias entre Occidente y el mundo musulmán.
Al respecto, expresa su satisfacción por la posición de los países árabes que han presionado a las autoridades iraquíes para que acepten las exigencias de la ONU.
Durante su ponencia en la sesión de otoño de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que se celebra desde el lunes hasta mañana en Estrasburgo (noreste de Francia), Martínez Casañ instó a los Estados miembros, los observadores y los invitados especiales a intensificar sus esfuerzos para evitar una guerra y hallar una solución según los principios y mecanismos de la ONU.
Casañ opinó que un conflicto armado pondría "en peligro la paz y la estabilidad mundiales".
Resaltó que el motivo de que el presidente iraquí, Sadam Husein, aceptara el retorno de los inspectores fue la presión internacional y mostró su satisfacción por la "unidad" en ese punto de Occidente y los países islámicos, por lo que "no se puede hablar de dos mundos, sino del dictador y de la comunidad internacional" en su conjunto.
El británico Terry Davis, del grupo socialista, dijo que hay que ser "muy prudentes" antes de comenzar un conflicto armado y destacó que el uso de la fuerza debe ser autorizado por la ONU.
Ningún país puede asumir esa atribución y el Presidente estadounidense, George W. Bush, no tiene derecho a ello, señaló Davis, quien precisó que esta situación pone a prueba a la ONU y su autoridad.
Los representantes de Israel, que tiene estatus de observador en la Asamblea, consideraron preferible hallar soluciones pacíficas, pero si fallan -sostuvieron- habrá que recurrir a las militares, y en tal caso los principios del Consejo de Europa no estarían en contradicción con una intervención en Irak.