MADRID.- El Ministerio del Interior solicitó colaboración ciudadana al difundir las fotos de seis sospechosos contra quienes el juez Juan del Olmo emitió órdenes de busca y captura internacional.
Los investigadores consideran a estos seis sospechosos responsables directos de los atentados, ya sea en la colocación de las mochilas-bomba en los cuatro trenes o en la preparación y ejecución de la masacre.
Entre los 24 sospechosos detenidos hasta hoy figuran familiares de los seis presuntos terroristas contra quienes el juez emitió órdenes de busca y captura, y cuyas identidades y fotografías fueron difundidas por Interior, apelando a la colaboración ciudadana.
Se trata de los marroquíes Jamal Ahmidan, alias El Chino y alias Mowgli; Rachid Oulad Akcha, Mohammed Oulad Akcha, Abdennabi Kounjaa, alias Abdalá, Said Berraj, y el tunecino Sarhane Ben Abdelmajid Fakhet, alias El Tunecino.
La policía sospecha que huyeron de España -probablemente a Alemania, Reino Unido o Marruecos-, después de que casi todos abandonaron sus domicilios y sus lugares de trabajo en España pocas horas después de los atentados.
"El Chino" es hermano de dos arrestados (Said y Hamid Ahmidan), y Mohammed y Rachid Oulad Akcha son hermanos de otros tres detenidos (Khalid, Naima y Farid).
Los seis presuntos terroristas, cuyas órdenes de captura fueron enviadas a Interpol y a los máximos responsables de seguridad de los países de la Unión Europea, pasarán a formar parte de la lista de los delincuentes más buscados del mundo.
La policía cree que los autores materiales de los atentados fueron entre seis y ocho terroristas, de los que se da por encarcelados a tres, los marroquíes Jamal Zougam y Adderrahim Zbaj y el sirio Basel Ghayoun, reconocidos por varios testigos.
La difusión de las identidades y las fotografías de los seis prófugos coincide con la reunión que mantuvieron hoy en Madrid investigadores de España y Marruecos con el objetivo de estrechar cooperación, ya que las pesquisas apuntan al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), el grupo al que se le imputó el atentado de Casablanca de mayo de 2003.
Los miembros del GICM, grupo financiado por Al Qaeda, se autodenominan defensores del salafismo y como tales soldados que deben luchar contra el imperialismo occidental.